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Marzo 17, 2019.

—Gracias por sacarme del ensayo, enana, ¿Te sientes muy estresada? No me trago el cuento de que solo querías fumar un poco, tú traes algo más. —Dijo Luke pasándole aquel cigarro extraño a Camila.

Era de noche y ambos se encontraban acostados en medio del bosque con luciérnagas revoloteando y el cantar de los grillos. Aunque era costumbre que los faros los alumbrarán, están vez habían decidido apagarlos, para solo quedar con la luz de la Luna y sus pequeñas acompañantes.

—¿Cuando te vas a ir? —Respondió después de dar una calada.

—En menos de un mes, ¿Por qué? ¿Sientes que vas a extrañarme?

Camila miraba al cielo, mientras le pasaba el cigarro a Luke.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Dime lo que te pasa, mapita.

—¿Pero vas a ser honesto conmigo?

—Solo escupelo.

—No quiero que te burles de mi.

—Jamás.

—Hablo enserio, Luke.

—No lo haré.

—¿Qué se siente tener sexo?

—¿Para? ¿Tienes curiosidad?

—Algo así.

—No es la gran cosa —dió una calada, retuvo el aire unos segundos y después lo soltó—. Cuando era joven... Aún más que tú, pensaba que era algo mágico o algo así. Tenía la idea de que sería como una conexión con mi ser amado... Pero no es nada del otro mundo.

—¿Cómo fue tu primera vez?

—Mm —volteó a verla—. Estás de curiosa. La mayoría de las personas que conozco se ríen después de fumar, pero tú te pones reflexiva. —Sonrió.

Se mantuvo en silencio unos segundos que para la alterada percepción de Camila se sentía como una eternidad. Veía el cielo, sentía que las estrellas bailaban para ella, dando un espectáculo mágico solo para ellos dos.

—No fue la gran cosa —respondió Luke después de unos segundos— Yo era un niño y ella una idiota, ¿Que te digo? Yo era solo un niño que pensaba en el lado bueno de las personas y ella solo una idiota que buscaba aprovecharse del lado más vulnerable que yo tenía, todo fue un maldito juego que seguramente orquestó Ca... No importa.

Le pasó el cigarro a Camila.

—¿Ca?

—Un castroso de sus amigos. Ya dije, no importa. La primera vez es algo estúpido que a la larga se vuelve poca cosa.

—Ya... quiero intentarlo. —Las palabras salieron junto con el humo de sus labios.

—¿Con Calum? —Dijo mofandose.

—No.

—Ya veo, por eso estás tan estresada. No te presiones tanto, casi nadie tiene una experiencia agradable la primera vez. Aunque conociéndote, seguramente esperas al amor de tu vida —se rió—. Es una estupidez, solo acuéstate con quien tú quieras cuando estés lista.

—¿Cómo quien? —Volteó a verlo.

—Aún soy voluntario. —Bromeó

—¿Y que pasaría si acepto? —Dijo seria.

La mirada de Luke cambió, miró hacia el volar de las luciérnagas antes de responder. Perdido en la luz que salía de ellas, sintiendo que tal vez solo era un mal entendido.

La Ley de Camila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora