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Debo de hablar con bastante sinceridad a este punto, pese a mi intuición profesional no pude evitar sentir una picada energizante en el momento que el chico mencionó a "Los niños muertos de Camiri".

Más específicamente porque Camiri era un pueblo grande en medio de la nada el cual carecía de agua potable la mayor parte del tiempo, así como también de medio de entretenimiento que hiciera que mereciera la pena tomar un viaje de aproximadamente 4 horas hasta el lugar. El clima era árido, la gente lo era aún más, era un lugar que intentaba aferrarse a sus viejos días de gloria en los que había una fuente de petróleo cercana y esta le trajo muchas riquezas a todo el pueblo condenándolo una vez este se termino.

"La sucursal de cielo" pregonaba su eslogan buscando atraer turistas desesperadamente, siendo obviamente un gancho más que falso e incluso podría ser considerado irónico, dado a que el clima me solía hacer pensar durante mi juventud el estar más cerca del infierno que del cielo .

Crecí en el lugar en los años cuando sus días de gloria ya se estaban esfumando.

Pero la pizca de energía brindada por el testimonio del niño se escapo muy pronto al pasarlo por aquellos años de lógica y experiencia, los niños son brutalmente imaginativos y no tienen filtros al decir mentiras con tal de llamar la atención, lo más probable haya sido que escucho de algunos crímenes en su kínder y lo quiso replicar creándose una fantasía que no tenia nada que ver con lo sucedido aquí, pero intente creerle un poco para no perder su confianza.

"¿Y qué más te dicen los niños de Camiri?" le seguí el juego.

"Siempre me dicen que no deje que los señores se me acerquen" contesto "Dicen que ellos me quieren para su gran baile, el mismo de la otra vez"

"¿Cual gran baile?"

"No sé, pero creo que me quieren porque soy un super héroe como Superman" dijo animado.

"Eres como Superman" ya lo tenia en la esquina para atrapar su mentira, algo bueno de los niños era que no son buenos para mantener historias porque su cerebro es un poco menos capaz de hacer grandes conceptos a futuro, me preparé para reencaminar la conversación "¿entonces puedes volar?" dije animosa.

"No" dijo sonriente.

"Puedes correr super rápido" afirme 

"No" soltó una pequeña risa el pequeñajo.

"¿Entonces qué haces?" pregunte finalmente.

Me hizo una seña para que me acercase y me dijo al oído:

"No siento nada cuando me pegan los otros niños"

Mis ojos se abrieron como platos.

"¿No te duele?" 

"No" 

En un ultimo intento por sacar algo de verdad de esta torcida conversación pregunté

"¿Ni si quiera cuando tus papás te pegan?" 

"Mis papás no me pegan, hablan y hablan, y solo se callan cuando los obedezco, por eso les hago caso"

"Entonces no te duele nada"

"No me crees" puso su mano sobre una de los apósitos bien cubierto con cinta Micropore de esa que parece piel.

Lo que hizo luego me paralizó.

Se saco las vendas, y metió sus dedos en una de las heridas por las cuales había entrado, abriéndola aún más vi en cámara lenta como separaba la piel desde la ya existente herida haciendo que esta se ensanchase aún más, detalladamente la piel, tejido subcutáneo y grasa se mostraban hasta llegar los músculos.

Caso 7B: Casa ViejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora