Entrada 34

15 1 0
                                    

Dudo que esos bastardos hayan fallado en hacer sacrificios un solo día desde que empezó el ritual, no pude detenerlos, no puedo salvar a Alejandro, ni siquiera llegué a sospechar de la verdadera culpable de todo esto, cuando viéndolo ahora resulta tan obvio.

Fracase en todo lo que intente hacer en esta investigación.

Fracase en todo sentido durante este proyecto.

Al final solo debí escapar a algún lugar al otro lado del mundo sin avisarle a nadie para evitar seguir siendo una pieza del juego de estos enfermos.

Ahora solo estoy condenada a este calabozo hasta que hagan conmigo lo que deseen hacer.

Intentando hacerme la heroína acabe jodiendo todo aún más.

Todo por querer encontrar un significado a mi vida.

Estaba mejor cuando no lo tenía.

Aún cuando el personal de Arminda y Enrique puedan hacer algo en contra de estos bastardos, no hay garantía de que puedan detener el ritual, o de encontrarme antes de que muera de inanición.

Me quedé estancada en mis susurros desde que Patricia vino a visitarme a la celda.

La maldita solo me saludo y dejándome un plato de avena en el piso de mi celda.

Fui una estúpida por no darme cuenta de que ella estuvo detrás de esto desde un principio.

No hubo ninguna charla ceremoniosa acerca de su plan, no hubo un monólogo maligno; solo me mostró placer absoluto con una sonrisa al verme encerrada allí, como un animal.

Sin posibilidades de escapar, con frío y hambre.

Pero contrario a lo esperado por mi, no lloré, tampoco pensaba hacerlo, mi respiración se mantuvo siguiendo un ritmo constante desde entonces.

Ya había pasado más de un día desde que desperté.

No puedo dormir, aún en la noche estando en completa oscuridad en casi totali silencio salvó por algunos movimientos de los sectarios desde afuera, estaban bastante ajetreados con la preparación del ritual final

En la celda carecía de medios para salir, solo tengo la grabadora y mis pensamientos.

"Ya todo estaría perdido" me repetía.

Hasta que varios sonidos de disparos se escucharon a lo lejos.

Mi mente rebota de un lado a otro buscando algún sonido reconocible que pueda ayudarme a saber qué era lo que sucedía fuera de la cueva. Pero solo oía disparos, rebotando entre las diferentes rocas gigantescas.Me apegue lo más posible a los barrotes, intentando otra vez moverlos con la fuerza de mi cuerpo, deseaba ayudar a quien sea que se enfrentará a los Guīyeia, debíamos detenerlos.

Mis infructuosos esfuerzos se detuvieron por el golpe seco de alguien cayendo cerca a la entrada de la cueva, una figura delgada pero no muy grande, se alzaba confundida apoyándose en la formación natural intentando recomponerse, buscando a tientas guiado por la luz de la luna.

Tenía el porte de un puberto.

"¡¿Cristian?!" Pregunté entre temerosa y emocionada.

"Señora Victoria" respondió inmediatamente.

"Gracias al cielo estás aquí ¿tú eres el que estuvo disparando?"

"Fueron los hombres de don Ricardo, vinimos a sacarla de aquí, pero parece que nos estaban esperando"

"Estos cabrones vienen planeando todo esto desde hace tiempo ya"

"No sé preocupe enseguida la sacó de aquí y resolvemos todo"

Caso 7B: Casa ViejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora