Entrada 14

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"Alejito" como lo llamaba su madre, tiene una tendencia suicida tan prominente que raya en lo gracioso.

En parte por el hecho de que es un niño de 4 años, en parte porque no siente dolor, y en parte por su completa inconsciencia de lo perturbadoramente desgraciada que es su suerte, lo cual nos da como resultado alguien con una completa carencia de sentido de la muerte y de todo lo que esto fuera a representar al menos dentro de las personas "normales" o dentro de los límites de las escalas del dolor o dentro de los límites de lo no paranormal o al menos dentro de los límites de los que se creen Superman.

Cuando nos acercamos a la casa Alejandro estaba jugando en el patio y se paró justo detrás de la camioneta quedando a solo unos centímetros de ser golpeado por Joan quien quedó con los pelos de punta al ver que el niño se había acercado tan rápido.

Al entrar a su casa él fue adelante anunciando nuestra llegada, una pila de libros que había en una estantería estuvieron por caer en su cabeza, por suerte mis reflejos fornidos me hicieron agarrarlos antes de golpear la cabeza de Ale.

Su madre estaba preparando el almuerzo, salió de la cocina con un delantal puesto, en la radio sonaba una canción notablemente antigua.

"Van a disculpar mis fachas, es que no esperaba que llegasen tan puntuales"

"No se preocupe, más bien gracias por recibirnos sin tanta antelación..." hice una seña para presentar a Joan "Él es Joan Faianini es un psicólogo y parapsicólogo respetado en nuestro oficio"

"Oh vaya, no sabía que el caso Alejandrito fuera a ser de tanto interés" respondió notablemente preocupada pero sonriente.

"Mil disculpas la molestia" respondió Joan amable " pero un caso de alguna persona con Insensibilidad congénita al dolor es algo de verdadero fenómeno de estudio debido a su rareza"

Me sorprendió lo serio y cordial que se comportaba y lo mucho que hacía énfasis en su enfermedad cuando realmente era lo que menos nos interesaba.

"Podría ayudar a comprender alguna de las bases conscientes del dolor" añadió.

"Justo eso" atino Joan.

"¿Entonces tendrán que lastimarlo para sus experimentos?" preguntó Luz preocupada.

"No, no, para nada, solo tenemos que hacerle algunas preguntas y conversar con el aquí"

"Bueno pues seguiré cocinando mientras ustedes entrevistan a Alejandrito"

En realidad no teníamos intención de entrevistar a Alejandro, pero necesitábamos estar cerca de él para poder realizar el proceso de hipnosis para saber que lo estaba acechando, si bien ya descubrimos que a mí me visitó una persona debemos de terminar por descartar el hecho en Ale para llamar a la policía con algo más de evidencia, aunque sería algo difícil de explicar, sería posible aunque sea inventar una historia lo suficientemente creíble para que pudiesen actuar. El lugar se mantenía higiénico, y ordenado, pesé a las claras carencias económicas de la familia se notaba la dedicación de una buena cantidad de tiempo a la limpieza.

Yo me encargaría de distraer a Ale, a Luz y a Kevin si aparece, en lo que él encuentra a los "espíritus", al mismo tiempo que seré la encargada de sacarlo en caso las cosas vayan mal como me pasó a mí.

Antes de venir tuvimos que adaptar su Dispositivo de inducción a sobre activación de ondas cerebrales ( renombrado mejor por mi como Ese coso de mierda) para no tener que cubrir todas las ventanas y generar un ambiente lo suficientemente oscuro; solo le tuvimos que poner una manta lo suficientemente gruesa encima de su usuario y el dispositivo.

Joan se puso a trabajar, encendió la máquina, se cubrió con la manta y me dio la mano. Yo comencé a entablar conversación con Ale

"Dime Ale ¿cómo estás?" Pregunté

Caso 7B: Casa ViejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora