Como nací siendo una híbrida y mi abuelo materno abusó de mí porque era una niña inútil que no heredó ninguna habilidad de la familia de mi padre o madre, y finalmente terminé muriendo. Por alguna razón regresé al pasado con mis recuerdos, pero mis...
El día en que los invitados del Palacio Imperial llegaron a la Mansión Nestian, todos estuvieron sumamente ocupados. Incluso Thiel, que estaba en el ático, podía decir que era un día importante.
Las sirvientas limpiaron meticulosamente la mansión, los jardineros podaron los árboles del jardín y en medio del patio se erigió una enorme estatua de hielo con la forma de un copo de nieve.
La mansión, cuidadosamente decorada por los sirvientes de la familia Nestian, se veía más bonita de lo esperado.
Thiel miró desde la ventana del ático a los sirvientes moviéndose afanosamente.
«Será difícil con tanta gente.»
Los sirvientes estaban ocupados, pero no tanto como para no ver escapando a Thiel. Además, según su abuelo su cabello era "seco y feo", por lo que llamaría la atención y sería atrapada en menos de 10 minutos.
«Será mejor escapar cuando oscurezca.»
Thiel asintió en silencio.
«Cuando oscurezca, será fácil escapar porque todos estarán dormidos.»
Thiel revisó cuidadosamente el plan que elaboró durante dos días.
Primero, se colaría en la oficina de su abuelo.
«Porque hay muchas cosas brillantes en los cajones de su oficina.»
El abuelo siempre guardaba cosas valiosas en el cajón de su oficina, como monedas brillantes o hermosas plumas estilográficas. Además, Thiel sabía que él nunca cerraba la puerta porque a Rowen le gustaba entrar y salir.
A Thiel no le agradaba Rowen, pero ahora estaba agradecida con ella.
Sabiendo que las cosas brillantes valían dinero, Thiel planeó robar los objetos de valor de la oficina de su abuelo y escapar.
El siguiente paso en el plan de Thiel era darle los objetos de valor a un cochero y pedirle a cambio que la llevara a la residencia Asterian.
Si una niña llevaba objetos de valor, podría ser denunciada o castigada, pero era información que Thiel no sabía.
Tras pensar cuidadosamente en su plan, Thiel abrazó la vieja manta como si estuviera satisfecha.
Debajo de la manta había escondidos dos trozos de pan duro. Se trataba de la comida de emergencia para su camino a Asterian.
De repente, desde el exterior se escuchó una conmoción.
Thiel miró por la ventana del ático.
Un hombre vestido con un elegante uniforme y un muchacho que parecía un asistente se bajaron de un carruaje mucho más lujoso que cualquiera de los de Nestian.
Mirar el lujoso carruaje del Palacio Imperial le hizo darse cuenta de que, efectivamente, hoy se escaparía de la mansión.
Thiel continuó mirando el enorme carruaje y juntó cuidadosamente sus manos sobre su palpitante corazón.
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