✨Capítulo 15✨

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*Toc. Toc*

Thiel tocó con cautela la puerta. Entonces, los sirvientes parados a ambos lados anunciaron su llegada en voz alta.

—Señor Cassius, la señorita Thiel está aquí.

Poco después, los sirvientes abrieron las enormes puertas.

Thiel vaciló por un momento, luego asomó la cabeza entre la puerta abierta.

Frente a un enorme escritorio al final de la oficina, se encontraba un hombre de cabello despeinado y ojos dorados idénticos a los de Thiel.

Se trataba de Cassius Celeste Asterian, el dueño de la habitación y el padre de Thiel.

Thiel miró a Cassius un momento y abrió lentamente la boca.

—¿Pu-Puedo pasar?

—Ah, pasa, Thiel —respondió Cassius mientras dejaba con cuidado el bolígrafo que sostenía.

Thiel asintió y se adentró en la oficina.

De inmediato, los sirvientes de afuera cerraron la puerta.

—Siéntate ahí, bebé.

Cassius dejó a un costado los lentes de medida que se había puesto y señaló el sofá que estaba en medio de la oficina.

Thiel se sentó en el extremo del sofá obedientemente, tal como le había indicado Cassius. Sin embargo, él frunció ligeramente el ceño y se acercó.

—Así no.

Cassius sonrió y abrazó ligeramente a Thiel.

Sorprendida por la repentina acción, Thiel abrió los ojos de par en par.

—¡Se-Señor Cassius!

A Cassius no le importó si Thiel forcejeaba o no, solo la cargó y la sentó contra el respaldo del sofá. Gracias a esto, Thiel, que estaba sentada en el borde del sofá, pudo estar cómoda.

Cassius sonrió satisfecho y se sentó en el sofá frente al de Thiel.

Thiel parpadeó hacia Cassius mientras permanecía hundida en el enorme y mullido sofá.

«Me asusté...»

Se sorprendió mucho cuando de repente se acercó y la abrazó, pero su intención era acomodarla en el sofá. Por supuesto, era algo que nunca había experimentado en Nestian.

En Nestian, para Thiel, el contacto con cualquier adulto era algo aterrador y brutal, así que el toque de Cassius fue extraño y agradable.

«Nunca he recibido esta atención...»

La cautela de Thiel hacia Cassius se redujo a un pequeño grado.

Cuando Thiel sin darse cuenta miró a Cassius con curiosidad en lugar de miedo, él esbozó una leve sonrisa.

«Me alegro de que parezca adaptarse rápidamente.»

Le preocupaba que la niña no bajara la guardia, pero ahora parecía estar tan tranquila que su preocupación disminuyó.

Cassius estaba feliz, pero también se sentía triste porque, ¿cómo podía bajar la guardia tan fácilmente con solo unas palabras y toques cálidos a pesar de todo el maltrato que sufrió? ¿Cómo la trataron todos estos años?

«Qué clase de trato y qué tipo de vida llevaba sin que yo lo supiera...»

Los brillantes ojos dorados como el oro de Cassius hirvieron con intenciones asesinas hacia Nestian, pero pronto reprimió su ira y se llenaron de calma porque le preocupó que Thiel le tuviera miedo.

Bebé leopardo de las nieves de la familia de las panteras negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora