✨Capítulo 27✨

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A diferencia de Ludian, Ferdi no era un genio nato.

Ludian estaba especializado en el manejo y uso de su poder, pero Ferdi se destacaba en el campo de la investigación académica y los estudios. Además, esto también era porque la "locura" de Ferdi era peor que la de los demás.

Ferdi solo podía usar aproximadamente la mitad de la habilidad que Ludian podía usar. Por lo tanto, significaba que podía enseñarle mejor a Thiel cómo utilizar su habilidad.

—¿Un dibujo?

—Sí, imagina usando tu habilidad "apropiadamente".

Ferdi miró la llama que ondulaba en la mano de Ludian y juntó las manos lentamente.

*¡Shwaaaa!*

Una enorme llama apareció en la mano de Ferdi.

Thiel abrió los ojos de par en par.

—Imagina, una y otra vez.

La suave voz de Ferdi llegó a los oídos de Thiel.

Poco después, el fuego creció hasta el punto de que atravesó el techo de la sala de entrenamiento y osciló más salvajemente que el fuego de Ludian.

—Imagina lo que quieres hacer.

Las llamas de fuego cambiaban su velocidad de acuerdo a los murmullos de Ferdi.

Como si reconocieran a su dueño, rápidamente las llamas de fuego envolvieron a Ferdi como si no quisieran que nadie se le acercara.

—¡Este loco...!

—¡Oh!

Ludian se acercó rápidamente a Thiel, luego la cargó y retrocedió.

Thiel miró atónita a Ferdi en medio de las llamas.

Se formó una brecha entre las llamas y se pudo ver el rostro de Ferdi. Ciertamente era una habilidad asombrosa, pero...

«Algo va mal.»

El rostro de Ferdi estaba pálido como... Como el de una persona a punto de ser devorada por el fuego. No, como alguien que ya ha sido devorado.

Pronto, el fuego se hizo aún más grande.

Ludian, que aún sostenía a Thiel entre sus brazos, insultó a Ferdi.

—¡Loco bastardo! ¿Por qué no te detienes ahora mismo? ¡La niña está asustada! ¡¿No conoces tu estado ahora mismo?!

—... Oh, sí... —murmuró Ferdi—. Decidí enseñarle a Thiel...

Ludian apretó los dientes.

Thiel miró a Ferdi con preocupación.

«Ferdi está raro.»

Parecía que Ludian también sabía eso, pero solo el propio Ferdi parecía no darse cuenta.

—¡Detente!

Ferdi actuaba como si no pudiera escuchar.

Thiel abrazó con fuerza el cuello de Ludian al ver las feroces llamas devorando la sala de entrenamiento.

—¡Her-Hermano!

—¡Tch! Sabía que esto sucedería —murmuró Ludian mientras dejaba a Thiel en un rincón seguro—. Este bastardo se ha vuelto completamente loco. No te muevas, quédate aquí. Si te mueves, te harás daño.

—S-Sí.

—Nunca, nunca te muevas.

Después de que el chico se lo pidiera repetidamente, se apartó de Thiel y en su mano creó una llama de fuego que era tan grande como la de Ferdi.

Bebé leopardo de las nieves de la familia de las panteras negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora