La mansión Asterian se volvió un completo caos.
El viejo mayordomo, tras comprobar el color de los ojos de Thiel, se apresuró a abandonar su lugar para ir a buscar al jefe de familia y al Marqués. Mientras tanto, las sirvientas escoltaron a Cédric, Ian y Thiel hacia el salón de recepción.
Thiel se sintió interiormente aliviada al ver que los amables Ian y Cédric la acompañaron al salón. Al principio, se juró que haría todo sola para no causarles más molestias, pero...
*Glup*
Thiel pasó saliva con dificultad y miró hacia el techo de la mansión.
Un majestuoso candelabro tachonado con enormes zafiros se reflejó en los pequeños ojos dorados de Thiel. Luego deslizó la mirada hacia un costado, en donde vio una hermosa y extravagante pared tapizada con papel de oro.
«... Es enorme.»
El candelabro, las estatuas de la entrada y las enormes puertas de la mansión estaban glamurosamente decoradas.
Todo en la mansión Asterian era mucho más grande y lujoso que en la mansión Nestian, así que Thiel no tuvo más remedio que agachar la cabeza por la sensación de aturdimiento.
A este ritmo, parecía que ni siquiera sería capaz de mirar a los ojos de su padre y mucho menos decirle que era su hija.
En semejante situación, la compañía de Ian y Cédric era un pequeño alivio.
Thiel miró a Ian, que caminaba mientras sostenía su mano. La razón por la que lo miró fue para recordar el rostro del amable rostro de su benefactor que probablemente ya no vería en el futuro.
Ian y Cédric parecían creer que la familia Asterian le darían la bienvenida...
«En realidad... No creo que quieran verme.»
Cender le repitió varias veces que la familia Asterian la odiaban terriblemente porque mató a su madre cuando nació.
De hecho, Thiel también estaba de acuerdo con esas palabras y se sentía culpable por la muerte de su madre, así que sabía muy bien que no había forma de que la familia Asterian la recibiera como la "hija menor".
Al llegar al salón de recepción, Ian señaló un mullido sofá.
—Siéntate allí.
—Puedo estar de pie...
Sin previo aviso, Ian cargó a Thiel y la sentó sobre el sofá.
—Y-Yo...
—Cierra la boca y siéntate. Es extraño que todos estén sentados y que la protagonista esté de pie —dijo Ian para calmar a Thiel.
Thiel se quedó quieta al sentir que Ian tenía razón.
Pronto, las sirvientas de Asterian entraron al salón con bandejas de bocadillos sencillos, té y diferentes tipos de bedidas que una niña de siete años podría tomar.
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Bebé leopardo de las nieves de la familia de las panteras negras
RandomComo nací siendo una híbrida y mi abuelo materno abusó de mí porque era una niña inútil que no heredó ninguna habilidad de la familia de mi padre o madre, y finalmente terminé muriendo. Por alguna razón regresé al pasado con mis recuerdos, pero mis...