𝗣𝗔𝗥𝗔𝗠𝗡𝗘𝗦𝗜𝗔 | Los hermanos Hanagaki regresan a su presente con la idea de que todo, por fin, se ha mejorado. Pero no. Los problemas apenas comienzan. Hyeon está confundida, alarmada y no sabe quién es o como fue que se convirtió en la prome...
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s e ñ o r a h a n m a
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18 de Noviembre del 2017, 4:57pm.
HYE ESTABA ENCERRADA EN LA HABITACIÓN increíblemente grande de aquel penthouse dónde parecía vivir. Caminaba de un lado al otro, registrando sus teléfono una y otra vez pero no lograba encontrar el maldito nombre Naoto por ningún lado.
Hace tan solo más de media hora había vuelto a ese presente y parecía que su cabeza iba a explotar.
Logró deshacerse de Hanma diciendo que su cabeza dolía lo demasiado como para seguir hablando. El hombre la dejó en la habitación diciéndole que solo había pasado por unas cosas antes de la reunión con el mando superior.
"-¿Mando superior? -repitió en ese entonces Hye.
-Si, cariño. Ya lo sabes, los de siempre. -entonces, después agregó:- Tú hermano también estará ahí."
Había encontrado el nombre de Takemichi en los contactos pero el desgraciado no contestaba por más que lo llamaba.
Terminó tirando el teléfono sobre la enorme cama irritada, sentándose en un pequeño sofá mientras pensaba.
Sin embargo, se lanzó de nuevo buscando su celular cuando escuchó que este timbraba. Era un número desconocido.
-Que más da. -dijo antes de contestar,- ¿Aló?
-Hyeon.
Escuchó al mismísimo Dios en persona, a un rayo de luz, a la palabra "alivio/esperanza" si tuviese voz y a Jesucristo después de haber resucitado al tercer día.
-¡Naoto! -el pelinegro en la otra línea juró escuchar que por poco se ponía a lagrimear como su hermano,- Dios mío, ayúdame. No se dónde estoy, ni que ha pasado. No he visto a mi hermano, tampoco me contesta los mensajes. ¡Estoy comprometida con una rata asque-...
-¡Hyeon! -la de rizos semirubios se calló de golpe, controlando su respiración,- Calle Takoyumi Myoto, al diagonal del supermercado "luv". Verás un teléfono de servicio/cabina. En treinta minutos, no tardes.
-¿Qué, qué, qué? -se perdió en un segundo,- ¿Takoyu-qué? ¿Myto-qué?
Solo escuchó un suspiro antes de que la línea colgara. Llamó su nombre varias veces, pero al no escucharlo, ahogó un grito y por poco arrojó el teléfono al piso de no ser porque este vibró. La femenina miró sobre la pantalla de notificaciones, se trataba de un mensaje con la dirección escrita que Naoto le había dicho perfectamente.
No podía enviar mensajes porque era un número privado.
-En treinta minutos... treinta... -repitió, mirando a todas partes sin saber que buscaba.
