𝗣𝗔𝗥𝗔𝗠𝗡𝗘𝗦𝗜𝗔 | Los hermanos Hanagaki regresan a su presente con la idea de que todo, por fin, se ha mejorado. Pero no. Los problemas apenas comienzan. Hyeon está confundida, alarmada y no sabe quién es o como fue que se convirtió en la prome...
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capítulo veinticuatro ; INDAGANDO EN EL PASADO
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❪ pov's omnisciente ❫
LOS DÍAS SE CONVIRTIERON EN SEMANAS, para ir cayendo lentamente en meses largos y callados en la casa de la familia Hanagaki.
De algún modo, las cosas habían cambiado de una forma tan sutil que poco a poco se fue convirtiendo en un gran cambio que tomó desprevenido al menor de la familia.
¿Por qué? Sencillo.
Sentía que le faltaba algo.
En el sentido de que ya no se sentía perseguido de forma tan exagerada como antes.
Después de clases, siempre solía tener a su hermana mayor detrás de él para asegurarse de su bienestar y sus emociones, cosa que Takemichi intentaba ignorar y hacerse pasar por desconocido cuando se reunía con los pocos amigos que tenía al salir de sus clases.
Pero eso había cambiado.
Y curiosamente comenzó esa noche en que vió a Hyeon salir de noche con ese amigo desconocido.
Al inicio, todo iba exactamente igual. Hye solía seguirlo a todas partes, le ofrecía su ayuda e intentaba iniciar temas de conversación para poder jugar. Luego, ya no iniciaba tantos temas y solo le preguntaba cómo estaba ese día; luego tan solo se aseguraba de que su hermanito no tuviese dificultades para sus labores escolares.
Hasta que de un momento a otro, no le dirigía la palabra de no ser por saludos y despedidas con leves sonrisas y miradas agachadas.
Por supuesto, a Takemichi no le interesó hasta que esa actitud siguió las siguientes semanas. Ya no tenía a quien ignorar o a quien inventar le excusas para no jugar y así poder salir con sus amigos a hacer cualquier cosa que no fuese estar con ella.
Por ende, ya no tenía a quien fastidiar para que le hiciera sus tareas o deberes, porque ya ni eso se ofrecía a hacer Hye.
Solía gustarle ese sentimiento de superioridad que tenía cuando su hermana le suplicaba para hablar de algo o jugar juegos de mesas, pero ya ni eso hacía. Por ende, comenzó a sentirse algo extraño y un tanto incómodo por su cambio de actitud que decidió investigar más a fondo la razón de ese cambio.
Por su lado, Hyeon pasó de escaparse una vez a la semana a hacerlo todas las noches cuando su familia dormía. Iba al mismo lugar, a la misma hora, con la misma compañía. De por sí, ambos niños eran mejores amigos, desde esa plática nocturna Hye sintió un apego instintivo hacia Shuji que la hizo sentir protegida y en paz lejos de el martirio de su hogar.
Y por supuesto, Hanma no podía estar más que contento y satisfecho de que poco a poco, la femenina quisiera estar con él a todas horas. Había logrado hacer que su amada mejor amiga tuviera ese instinto de apego emocional que podría controlar a su antojo para poder manipularla cuando quisiera, incluyendo en la elección de sus decisiones.
