𝗣𝗔𝗥𝗔𝗠𝗡𝗘𝗦𝗜𝗔 | Los hermanos Hanagaki regresan a su presente con la idea de que todo, por fin, se ha mejorado. Pero no. Los problemas apenas comienzan. Hyeon está confundida, alarmada y no sabe quién es o como fue que se convirtió en la prome...
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capítulo veinticinco; LAS PERSONAS EN LAS QUE CONFÍAS SON LAS QUE MÁS TE HIEREN
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NAVIDAD ERA UNA DE LAS FECHAS más importantes para todas las familias del mundo entero. Paz, tranquilidad, felicidad y buenos deseos. Incluso en algunas iglesias hacían actos de caridad a los más necesitados y les daban comida y obsequios humildes para que no estuviesen solos en una fecha tan linda como esa.
No obstante, una de las iglesias no era participe de esa actividad, y al contrario de lo que se esperaba, una guerra a puño y sangre adornaba la alfombra del pasillo que daba con una de las estatuas bíblicas siendo testigo de la masacre limpia que algunos miembros de la ToMan recibían por el líder de los Black Dragon, Shiba Taiju.
Irónicamente, quien no sabía defenderse como era debido era quien le había frente al líder de la banda contraria. A pesar de recibir fuertes puñetazos y patadas, Takemichi continuaba ahí como un campeón, soportando eso y más.
A sus espaldas, Hakkai miraba la escena con cierto miedo al sentir sus manos temblar descontroladamente al no poder controlar sus emociones. Su plan de asesinar a su hermano mayor y apoderarse de los Black Dragon para no volver a vivir en sufrimiento, había sido totalmente cancelado al sumarse a la batalla el rubio teñido y los demás de ToMan.
A unos metros, Chifuyu y Mitsuya respiraban agitadamente, debido a que ellos al ser más fuertes intentaron detener a Taiju, sin embargo, era más de lo que podían masticar.
Después de que Hanma y Kisaki traicionaron a Chifuyu y lo dejaron atado, ingeniosamente fue el mismo Chifuyu el que logró contactar con Mitsuya para que llegara al lugar y lograra liberarlo, uniéndose así a la batalla.
Parecía ser que esa tregua que había hecho Mitsuya con Taiju ya no valía absolutamente nada.
-¡Ya basta, Takemichi! ¡Te va a matar! -exclamó Chifuyu, adolorido.
Pero Takemichi siguió corriendo hasta Taiju sin importar las veces que esté lo derribara o golpeara. Logró darle un puñetazo en la mejilla, pero a la vez el líder de los Black Dragon lo golpeó en la cara o por su fuerza, hizo que Takemichi saliera volando unos metros hasta chocar con una de los asientos de la iglesia.
-Takemichi, por favor, ríndete. -pidió Hakkai con un hilo de voz, sin siquiera parpadear.
-Hakkai... -logró levantarse y ponerse frente a Shiba con una débil sonrisa,- dar lo mejor de ti no es doloroso. Lo más doloroso es estar solo.
En un sinfín de emociones, Hakkai acabó poniéndose de rodillas al sentir el mar de lágrimas bajar sin detenerse. Mitsuya observaba todo con una sonrisa, dándose cuenta del poder de esas palabras que afectaron a su sub-capitán y como Takemichi siempre lograba penetrar en el alma de los demás.
