𝗣𝗔𝗥𝗔𝗠𝗡𝗘𝗦𝗜𝗔 | Los hermanos Hanagaki regresan a su presente con la idea de que todo, por fin, se ha mejorado. Pero no. Los problemas apenas comienzan. Hyeon está confundida, alarmada y no sabe quién es o como fue que se convirtió en la prome...
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❪ Pov's Hye ❫
RONQUIDOS.
LEVES RONQUIDOS FUE LO QUE me despertó, pero para ser sincera, no eran de esos molestos.
Si, lo sé, los ronquidos son muy molestos pero, en mi caso, estos solo me hacían sentir más somnolienta de lo que ya estaba. Sonaban iguales a las de un niño pequeño.
La pesadez de mis ojos fue un gran obstáculo para abrirlos. Me sentía cansada, con el cuerpo adolorido y unas ganas inmensas de dormir por miles de años seguidos, no obstante, algo debajo de mi me hizo rebotar muy levemente y se me hizo imposible ignorarlo.
Jamás creí que me encontraría a Sano Manjiro, el comandante de la ToMan, el asesino del futuro, el ser más hermosos y peligroso de mi existencia, dormir profundamente debajo de mi como un bebé.
Detuve hasta mi respiración por la abrupta presencia que mis ojos veían, sin dejar de verlo por un absurdo temor de que quizás desaparecería de mi vista por arte de magia.
Estábamos en mi habitación, tumbados sobre mi cama con todo absolutamente apagado y a oscuras. Ni siquiera la luz entraba por las cortinas. El frío de Agosto me hizo estremecer pero no me atreví a moverme.
Mikey mantenía su cabeza sobre uno de sus brazos como almohada y su cabeza un poco ladeada con los labios entreabiertos, dejando salir leves sonidos que reconocí como la razón de mi despertar. Perseguí su otro brazo con mi vista dándome cuenta de que lo usaba para abrazarme y a la vez sujetarme sobre él de manera suave.
Me pregunté cómo coño mi peso parecía no afectarle en nada.
Ahí me quedé, apreciándolo, memorizando cada una de sus facciones relajadas como si se tratara de una obra de Picasso. Suavemente puse mis manos sobre su pecho y apoyé mi mentón sobre estás para mejor equilibrio.
"-Mikey comenzó a purgar a los antiguos miembros de la ToMan".
Las palabras de Kazutora hicieron que la sonrisa que se me había asomado desapareciera poco a poco hasta convertirse en una mueca.
No quería pensar en eso, así que simplemente volví en si y disfruté de cada momento en esa línea temporal. Ya no sabía que pasaría a partir de ese momento, pero si sabía que aprovecharía cada segundo con el pequeño rubio que se había robado mi corazón sin importarme nada.
