+18 Esto es lo más tranquilo que puedo estar

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Narra Anya:

Me sorprendió demasiado verlo allí, pero no lo podía negar, yo deseaba que el me besara, seguíamos recostados del mueble de la cocina, podía sentir el roce de la lengua de Damián contra la mía jugueteando sin parar, cada toque me hacía sentir pequeños espasmos, principalmente porque su mirada estaba clavada a la mía, sentía que poco a poco se calentaba mi cuerpo, era excitante, continuamos besándonos por unos segundos, de vez en cuando nos separábamos para respirar pero luego seguíamos. Mis manos estaban enredadas entre su cabello, me encantaba agarrarlo así, él tenía sus dos manos paseando por mis muslos, esa sensación me calentaba el cuerpo aún más, su mirada se calvaba en mi principalmente cada vez que metía la lengua un poco más profunda dentro de mi boca eso me hacía soltar pequeños gemidos que era ahogados por nuestras bocas, a cada segundo que pasaba mi respiración se aceleraba y mi cuerpo se tensaba un poco más, ahora mis manos estaban en su pecho.

Pensé que lo tomaríamos con calma – murmuré aun contra sus labios

Esto es lo más tranquilo que puedo estar bajo estas condiciones – escuche que respondió

No dijimos nada más, sentí como sus manos apretaban un poco más mis muslos y en un movimiento pudo levantarme hasta dejarme sentada encima del mueble, cuando se acercó más a mi le rodeé el cuerpo con mis piernas hasta dejarlo muy cerca de mis bragas, yo traía puesto un vestido de playa de tela muy suave, pude sentir claramente su erección rozando contra mí, estaba duro y yo también estaba excitada, sus manos continuaban masajeando mis muslos, quería que me tocara más, no sé si era por la sensación de peligro de ser descubiertos pero quería que él ya actuara

Comencé a mover mi cadera suavemente rozando mis bragas contra su dura erección mientras lo veía fijamente, podía sentir como me calentaba cada vez más mientras soltaba pequeños gemiditos por culpa de la excitación.

Estas jugando con lo poco que me queda de autocontrol ¿sabías? – escuche que me dijo con una sonrisita

Su mano comenzó a subir hasta llegar a mis bragas, era eso lo que quería, sentí como entro detrás de la tela, el toque de sus dedos contra mi piel era delicioso y me hizo gemir mientras arqueaba un poco mi espalda hacia atrás

Increíble, ya estás muy mojada -Escuche que me decía, al cabo de unos minutos comenzó a juguetear con mis labios vaginales mientras que se movía lentamente frotando su erección contra mí, esa acción me excitaba más, por reflejo aprete más mis piernas acercándolo más a mi mientras dejaba salir otro gemido, esta vez un poco más fuerte -ahaah Damián- al cabo de unos minutos hizo lo que tanto deseaba, comenzó a penetrarme con sus dedos suavemente mientras seguía besándome esta vez en el cuello, sentía la gloria mientras me tocaba y llegaba cada vez más adentro con sus dedos.

Al cabo de unos minutos parecía que mis bragas estorbaban, sentí como me levanto suavemente y me las quito dejándolas apenas en una de mis piernas, sabía lo que se venía, no había ni necesidad de leerle la mente, pero mi situación era muy comprometedora, Damián me había subido todo el vestido hasta la cadera, sus manos estaban dentro de mi jugueteando una y otra vez, si alguien entraba a la cocina, esta situación iba a ser peor que la última vez – aaahn Damián, Damián aaahn espera alguien nos puede ver – le dije difícilmente entre gemidos -Solo será un poco- respondió, sí que era terco


Narra Damián

Sabía que ella tenía razón, pero yo quería sentirla un poco antes de bajarla, podía sentir mi pene palpitando, el vestido debajo de Anya estaba empapado de su excitación, ya no podía aguantar más, yo moría por penetrarla nuevamente, sé que habíamos dicho que íbamos a tomarlo con calma, pero nuestros cuerpos parecían querer otra cosa.

UNA HERMOSA CASUALIDAD - ARCO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora