Culpa

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-Llevas una hora aquí, dijiste que solo querías aire-

- ¿Como supiste que estaba aquí? -

- Es el mejor lugar del hospital para llorar - Demetrius observaba el horizonte mientras sentía los rayos del sol que se iban ocultado poco a poco en el atardecer

– Aquí es a donde yo vengo cuando necesito respirar – Ambos se encontraban en la azotea del hospital, en teoría estaba prohibido subir allí, pero ese fue un aviso que ambos ignoraron antes de entrar. Demetrius estaba de pie junto a Anya dejando que la brisa fresca alborotara su cabello apoyado en la cerca de metal, mientras Anya se encontraba sentada abrazada a sus piernas con el rostro enrojecido y sus parpados inflamados

- Damian te está esperando ¿lo sabes verdad? -

- Lo sé – respondió ella

- Deberíamos volver –

- Lo sé – La chica solo respondía en voz baja, parecía agotada, se quedaron quietos mientras ambos eran cómplices del silencio que reinaba en el momento, sumergidos en pensamientos que no llegaban a ningún lugar, pero acababan desembocando en sus pechos en forma de dolor y presión

– Esto es un caos, un caos sin solución – finalmente comento

- Lo sé – Ahora era el turno de Demetrius de concordar, se quedaron allí otros treinta minutos en silencio, escuchando el sonido de las hojas de los árboles que se movían con el viento, el canto de los pájaros que volaban en varias direcciones buscando ocultarse de la noche que se avecinaba y el frio que comenzaba a aparecer mientras el sol desaparecía detrás de las preciosas montañas que marcaban un paisaje espectacular

- ¿Vamos? - Finalmente Demetrius giro su rostro hacia Anya extendiéndole la mano muy educadamente invitándola a levantarse del suelo, Anya elevo su triste mirada aceptando su amabilidad mientras se ponía de pie

- Vamos – Afirmo ella, ambos bajaron en silencio hasta llegar a la habitación, solo estaba Donovan de pie junto a la ventada mirando a Melinda, del otro lado estaba Damian a lado de su madre sujetando su mando, la imagen hacía sentir como si el pecho de Anya comenzara a quemarse, respiro profundamente para controlar lo que sentía, prensaba quedarse allí, pero Demetrius la sacó de sus pensamientos, sintió el toque de su mando en su hombro

- Ve por él, es hora de irnos –

- ¿Por qué yo? – Cuestiono ella

- Porque es a ti a quien él espera – respondió con una sonrisa muy dulce mientras acariciaba su cabeza en señal de tranquilidad. Anya lo dudo unos segundos, pero acabo yendo hasta el otro cuarto, lo vio allí de espalda a ella, continuaba concentrado en su madre mientras sujetaba su mano, Anya no quería decir nada, pero sabía que tenían que irse, incluso a pesar de no tener apetito, sabía que tenían que comer alguna cosa, abrazo suavemente a Damian por la espalda paseando sus brazos por encima de sus hombros

- Hola Melinda, no sé si me recuerdas, pero soy Anya – Damian se estremeció un poco cuando sintió sus brazos rodeándolo, pero se calmó al ver quien era, solamente sostuvo su mano delicadamente.

-Volviste- Dijo muy calmadamente

- Te dije que lo haría – Respondió ella apoyando su rostro en el de él

- Te amo ¿lo sabes? –

- Yo también te amo a ti, ¿lo sabes? –

- Con toda mi alma – el chico finalmente giro su cabeza para poder decirle eso de frente mostrándole una dulce sonrisa a su pelirosa, ella se enderezo tomándolo por las mejillas mientras lo acariciaba suavemente con sus pulgares, era un tacto cargado de gentileza y dulzura, ambos parecían perdidos en los ojos del otro ignorando totalmente que estaba siendo observados y escuchados desde el otro lado de la ventana

UNA HERMOSA CASUALIDAD - ARCO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora