Anya no respondió, solo lo agarro por la camisa y siguió besándolo más desenfrenadamente que antes – Damián – era lo único que la pelirosa susurraba una y otra vez, no podía ocultarlo, estaba demasiado emocionada, feliz y excitada, Damián por otra parte intentaba no hacer ningún movimiento estúpido, no quería que ella se molestara, se frenaba siempre que quería tocarla, buscaba con su mirada la aprobación de todos sus movimientos. Para Anya esto era una tortura, ella no sabía si era por el efecto del alcohol por la resaca o por el hecho de que tenía 4 años sin verlo, pero ella no estaba dispuesta a ir despacio.
– Por favor hazme llegar de una vez, te lo imploro, me estas volviendo loca – fue un comentario que Anya le susurro al oído, al escuchar esas palabras a Damián se le olvido si alguna vez fue un caballero, le bajo el escote que tanto quería quitarle y le empezó a lamer sus pechos, podía escuchar como los gemidos de Anya inundaban todo el cuarto mientras sentía como ella lo aguantaba por el cabello, sus pechos eran deliciosos, suaves y él sabía exactamente como era que a Anya le gustaba que se los mordisquearan, intercalaba entre sus pechos y su boca, sin embargo después un momento bajó hasta quedar con la cabeza entre sus piernas, quería probar su sabor nuevamente.
Comenzó a lamerla tanto como lo había deseado por todos estos años, Anya estaba muy húmeda, él podía apreciar el dulce sonido de sus gemidos que gritaban su nombre una y otra vez, mientras veía como arqueaba su espalda entre cada orgasmo, Damián se emocionaba más, para él era muy fácil hacerla llegar al clímax porque fue con él, en sus días del edén, con quien ella aprendió como era que gustaba hacerlo, Damián subió nuevamente a sus labios pero dejo uno de sus dedos jugando dentro de ella, quería que llegara más veces y eso lo consiguió en un par de minutos masajeándola por dentro rápidamente, Anya por otro lado apenas y podía articular una palabra, estaba perdida entre tanto placer y los ojos color miel del amor de su vida.
Damián saco los dedos que estaban dentro de ella y procedió a lamerlos, era un sabor único y muy delicioso -No hagas esooo – Ella le recrimino avergonzada -Sabes deliciosa- fue lo que escucho en respuesta - ¿quieres probar? – le preguntó antes de comenzar a besarla nuevamente, efectivamente no sabía mal como ella creía
Damián continuaba acariciando con una mano uno de los pechos de Anya y con otra su intimidad que estaba exageradamente húmeda -Déjame meterlo por favor ya estoy al límite- ahora era él quien le imploraba – Puedes hacerme lo que tú quieras – escucho en respuesta, Damián estaba mas excitado que antes, se sentó encima de sus rodillas y contemplo la belleza de su dulce Anya, ella por otra parte también decidió sentarse, pero apoyo su cuerpo en sus codos dejando su cabeza al nivel de la cadera del chico – Es mi turno – le susurro mientras sonreía pícaramente, abrió la cremallera del pantalón de Damian hasta dejar expuesto eso que tanto deseaba -Es. . . pera – Con muchísima dificultad él quería detenerla, sabia que si ella le hacia eso no duraría nada. Imploración que fue totalmente ignorada.
Anya comenzó a lamer y chupar el miembro duro de Damián, realmente estaba demasiado excitado, él solo gemía mientras la sostenía por el cabello, ella chupaba cada vez más rápido y lo metía cada vez mas profundo en su garganta – Esto es el cielo – logro escucharlo entre gemidos, ella también había aprendido como era que a su dulce amor le gustaba que se lo hicieran, su plan era continuar pero el chico en un rápido movimiento quedo nuevamente encima de ella – No me vas a hacer llegar así – dijo mientras sonreía, Anya volvió a abrazarlo por el cuello y solo le susurro en el oído -Por favor hazme tuya nuevamente – en un suave movimiento el empezó a penetrarla, todo estaba húmedo y tibio allí dentro, podía escuchar los gemidos de placer de Anya comenzaban a sonar un poco más alto en cuanto sentia sus palpitaciones.
Él por otro lado quería disfrutarla mas tiempo, tenia que concentrarse, pero estaba muy deliciosa y lubricada, en fragmentos de tiempo su mente se perdía junto con su autocontrol -Dame duro- ella le imploraba -Si te doy más duro llegare muy rápido- intentaba calmarse – Entonces llega no me importa, pero por favor dame más duro- las piernas de Anya estaban rodeando todo el cuerpo de Damián, aunque este quisiera huir no iba a poder hacerlo.
La poca cordura que le quedaba a Damián se fue al carajo. Comenzó a embestirla tan rápido como él y ella querían, le dio varias veces, juraba que su cama se terminaría desarmando, pero ni eso los detuvo. Los gemidos de su amada habían aumentado de nivel y ahora estaba más húmeda, él se inclinó un poco para atrás, quería contemplarla, esa fue una mala idea, consiguió ver como el entraba y salía de adentro de ella, sintió como una corriente le corría por el cuerpo, iba a llegar al clímax dentro de poco, así que aprovechó de darle más y más, era un deleite ver y sentir como ella llegaba una y otra vez mientras arqueaba su espalda, lo apretaba con sus dedos y con otra cosa también, pero ahora era su turno de correrse, siguió embistiéndola hasta que no pudo más, echo su cuerpo hacia atrás para conseguir terminar afuera de ella, no estaba usando preservativo, no podía llegarle adentro, pero ahora su preciosa y jadeante Anya junto a su linda ropita estaban totalmente manchadas de semen.
Lo siento jeje – pudo decir mientras intentaba recobrar el ritmo de su respiración – eso fue arriesgado, había olvidado totalmente ese detalle – respondió Anya moviéndose lentamente para tratar de alcanzar unas toallas húmedas que tenia cerca de la cama, ambos estaban muy agitados y estaban intentando recobrar el aliento, al cabo de un rato Anya ya se había limpiado pero su ropa era un desastre, empezó a desnudarse lo poco que le quedaba de ropa y se inclinó hacia Damián nuevamente -Dame tu camisa – fue lo único que le dijo -¿Qué? ¿Por qué? – pregunto Damián desconcertado - porque tu manchaste mi ropa, así que yo quiero tu camisa – si había algo que el no iba a hacer era decirle que no, así que para deleite de Anya él comenzó a quitarse la camisa, notablemente estaba diferente, mas musculoso y mucho mas sexy, por otro lado Damián pensaba que definitivamente el busto de Anya había aumentado desde la ultima vez que se vieron, intentaba no verla demasiado pero era difícil – Listo ten mi camisa- le dijo mientras le entregaba la prenda -Gracias jejej así no podrás huir – respondió dandole un beso en la mejilla mientras se subía nuevamente encima de él y se abrochaba la camisa -Así que ese era el verdadero motivo – cuestiono Damián, a lo que escucho un -Uhumm- en respuesta.
Puede que acabaran de terminar recientemente, pero ambos por impulso comenzaron a besarse nuevamente, Anya solo estaba vistiendo su ropa interior y la camisa de Damián, al estar encima de él podía sentir las manos de Damian paseando entre sus piernas y nalgas, era excitante, para ella no seria problema continuar toda la noche, eso pensó hasta que de la nada, la puerta de su cuarto se abrió – ¿Amiga estas allí? Ya me estoy preocupado porque ni tu ni Damián me responden – parece que Becky le había estado escribiendo y llamando a Damián, pero el señor estaba demasiado ocupado para atenderle - ¿PERO QUE CARAJOS? - grito Becky al verlos en esas condiciones - ¿COMO ES QUE YA ESTAN EN ESO? PENSE QUE IBA A HABLAR – Anya intento ir a detener a su amiga -Becky espera espe ....- no termino de hablar cuando Becky ya había cerrado la puerta.
Anya estaba totalmente avergonzada, en la cabeza de Becky esos dos iban a CON-VER-SAR, después de unos segundos abrió la puerta de nuevo -TOMA, USA ESTO, IDIOTA- le lanzó una pequeña caja en la frente a Damián y después cerró la puerta con mucha fuerza nuevamente -*Son preservativos, que sorpresa* – pensó Damián, sin embargo, Anya que tenía sus poderes activados sin querer pudo escuchar el pensamiento y por impulso le respondió - ¿ EN SERIO DIO ESO? – Damián solo alzo la mirada y se la quedo viendo, se acercó un poco a ella para decirle -Es trampa si me lees la mente –mientras le agarraba la barbilla y se quedaba muy cerca de sus labios, Anya estaba un poco nerviosa, si bien Damián se había enterado de sus poderes, nunca llegaron a hablarlo – Lo siento – Respondió tímidamente, lo único que recibió en respuesta fue un beso pero en la mente de Damián se podía escuchar claramente -*Ahora si te lo puedo hacer toda la noche*- pensamiento que avergonzó a la pelirosa inmediatamente.
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UNA HERMOSA CASUALIDAD - ARCO 2
RomanceAmbos se amaban desesperadamente, pero sus decisiones y el rencor de Damián los mantenían separados por kilómetros de distancia. Que pasara cuando la vida los coloque en el mismo camino 4 años despues de su separacion?