UNA HERMOSA CASUALIDAD - ARCO 2

Por mi honor y por mi amor

A la mañana siguiente todos despertaron muy temprano a pesar de que se habían ido a dormir a las cuatro de la mañana, habían más de diez cuartos en esa casa pero todos se quedaron juntos en uno solo porque la noche anterior mientras hablaban simplemente se quedaron dormidos, Bill fue uno de los primeros en despertar porque el pie de Ewen lo tenía metido en su cara, era un verdadero desorden pero ver la escena era muy reconfortante al mismo tiempo, cuando despertó pudo ver a Damián abrazando a Anya, la tenía acurrucada como si tuviese miedo que se le fuese a escapar -Quien diría que estarías tan enamorado Damián Desmond- Bill podría jurar que él estaba sonriendo a pesar de estar dormido.

Cuando dieron las 9 de la mañana todos ya estaban en la playa desayunando y bebiendo café, pasaron un día fenomenal jugando voleibol en la arena y disfrutando el agua de la playa, los rayos del sol y la brisa del mar, entre todos se dividieron las tareas de cocinar y limpiar, puede que fuesen niños ricos, pero con los años habían aprendido a hacer tareas comunes.

La casa era privada pero la playa no, por ese motivo los chicos estaban muy atentos de que Becky y Anya no se quedaran solas mientras estuvieran lejos de la casa, en una oportunidad un grupo de 3 chicos se acercaron a Anya para preguntarle si no quería irse con ellos a divertirse, si Damián era protector cuando era más joven ahora estaba peor, simplemente se le acerco por la espalda a la pelirosa apenas vio la escena y la tomo por la cadera acercándola a su cuerpo sacándola de allí, era obvio que varios cretinos se le acercarían, ella estaba preciosa en su traje de baño, no estaba enseñando mucho pero su belleza natural era más que suficiente para cautivar a varios y poner celoso al chico de ojos color miel.

La tarde había caído en la playa, todo estaba muy tranquilo, un aire de paz inundaba el lugar, se podía ver el cielo pintado de varios colores preciosos mientras el sol se iba ocultando en el horizonte poco a poco, el aire del mar acariciaba el cabello de dos enamorados que estaban sentados en la arena mientras se abrazaban viendo el horizonte, eran Anya y Damián, después de cambiarse la ropa habían decidido dar un paseo por la orilla de la playa y en un momento solo decidieron sentarse a ver el paisaje, se sentían felices y tranquilos caminando mientras estaban tomados de la manos, Anya decidió seguir el consejo que le había dado Becky, seguiría su corazón y disfrutaría de la felicidad que Damián le brindaba.

Habían pasado unos diez minutos desde que se sentaron, Damián tenía abrazada a Anya por la espalda mientras tenía su rostro apoyado en el hombro de la chica, él rompió el silencio para sacarla de sus pensamientos -No creo que pueda vivir sin ti- dijo tomando por sorpresa a Anya quien no se esperaba escuchar ese comentario, pero luego de unos segundos soltó una risita antes de responderle -Yo tampoco creo que pueda vivir sin ti- Hizo una pausa para luego seguir hablando ahora con un tono de voz algo nostálgico -Pero tengo miedo, me entristece imaginar todo lo que has sufrido durante estos años – ella sabía que el mayor miedo que Damián tenía desde pequeño era sentir que nadie lo quería por lo que era y solo por su apellido o su dinero – No estoy segura de ser la mejor persona para ti- Damián no respondió de inmediato, solo acaricio su cabello y le dio un beso en la frente -¿Me amas?- fue lo único que él le pregunto – con todo mi corazón- escucho en respuesta -¿Me amaras para siempre?- pregunto el chico nuevamente, escucho una risita suave antes de escuchar la respuesta – En cuatro años no pude olvidarte y creo que ni en veinte lo lograría – Esa respuesta le hacía sentir como si su alma se completara, el seguía abrazando a Anya por la espalda mientras seguían sentados en la arena contemplando el atardecer -Entonces eso es todo lo que me importa- Finalizo diciendo

- ¿Qué hay de ti? ¿Crees que podrías amarme para siempre? - ahora era ella quien le preguntaba mientras inclinaba su cabeza hacia atrás para recostarse en el pecho del ojimiel, él la tomo por la barbilla y le dio un tierno beso en los labios -te amare por el resto de mi vida, de eso estoy seguro- respondió muy seguro mirándola directamente a los ojos, hizo una pausa antes de seguir hablando -te he amado desde antes de saber siquiera lo que era el amor y siento que te amare para siempre- con su pulgar continuaba acariciando suavemente el rostro de Anya mientras sostenía su mirada directamente en ella, la observaba con mucha ternura contemplando sus lindos ojos -Discúlpame por hacerte sufrir, en serio lo siento- decía Anya dejando salir varias lagrimas mientras lo abrazaba -Yo te hice exactamente lo mismo a ti, soy un imbécil, por favor perdóname- respondió abrazándola fuertemente sumergiendo su rostro en su cabello.