UNA HERMOSA CASUALIDAD - ARCO 2

Sé que nos volveremos a encontrar

Cuatro meses habían pasado después de la boda del año, todos comentaban que finalmente alguien había atrapado al menor de los herederos Desmond, Anya había decidido regresar a casa de sus padres, muchas veces no controlaba su mente y terminaba escuchando los pensamientos de sus amigos, estaban muy preocupados por su estado de ánimo, por lo menos ya no lloraba, pero le costaba mostrar interés en alguna cosa y su falta de apetito representaba un problema, supo por muchos rumores que varias familias se unieron a los Desmond en diversos proyectos y volvieron a reactivar las fabricas y empresas que por algún motivo nadie sabía porque estaban congeladas.

Se reunió muchas veces con Becky pero evitaban hablar del tema, ella sabia que estaba preocupada por su estado de salud, su falta de apetito genero que bajara mucho de peso al punto de dejarla demacrada y la falta de sol le termino generándole otros problemas también, pero ella no tenía energía ni ganas para salir de casa, en una oportunidad intento buscar empleo pero al final termino desistiendo, ella realmente podía escoger no trabajar por mucho tiempo, durante toda la época universitaria trabajo incansablemente y ahora podía darse ese lujo, aunque el dinero estaba destinado inicialmente a un proyecto de su carrera profesional, ella realmente no tenía energía para pensar en ello, solo quería descansar y no saber nada de Damian Desmond.

En una oportunidad Becky sugirió sutilmente que se reencontraran, estaban en la misma ciudad y no era prohibido que fuesen amigos, parecía que Damian no la estaba pasando mejor que ella y solo se dedicaba a trabajar día y noche, ella se rehusó, seria egoísta lastimarse mas solo por cumplir el capricho de volver a verse, hacerlo solamente les dejaría más heridas y podría poner en riesgo todo por lo que él estaba trabajando, pero no podía engañarse, tenia deseos de volver a verle, abrazarlo y hablar con él.

Sabía que su autocontrol no le duraría mucho tiempo, adicionalmente siempre sentía el deseo buscarlo en la ciudad con la mirada con la esperanza de volverlo a ver aunque fuese por accidente, por ese motivo decidió que lo mejor era irse, si quería salir adelante tenia que hacer todo lo posible por alejarse del deseo de volver a tenerlo al lado, necesitaba tiempo, bastante tiempo para poder crear coraje y fuerza y así poder verlo sin lanzarse a sus brazos, sabía que él sentía lo mismo, el día que salió de la iglesia tenía una expresión fúnebre en el rostro, expresión que solo esbozaba dolor y vacío.

- Voy a extrañarte amiga – Becky se encontraba al frente del departamento de los padres de Anya, el camión con la mudanza ya había partido, era una de las pocas veces que Anya salía a la calle en cuatro meses, estaba delgada y pálida, llena de ojeras intentando mantener una sonrisa en el rostro, Becky supo por su madre que incluso había tenido que ir al medico para que le recetaran un tratamiento para la anemia que su falta de alimentación le generó.

- Yo también voy a extrañarte mucho – Respondió la pelirosa sin zafarse del abrazo

- ¿Podrías cambiar de idea por lo menos y darme tu nueva dirección? –

- Ya lo hablamos amiga –

- Lo sé, lo sé, quieres estar lejos por lo menos un año – Becky sonrió, se había sorprendido cuando Anya le comento que se mudaría de ciudad y se sorprendió más aun cuando ella le pidió que no la visitara por un tiempo porque quería espacio para sanar y sabía que no sería fácil para nadie, ella lo hacia principalmente para no tener que leerles la mente por accidente y enterarse de cosas que no debía, cuando ellas estaban juntas no dejaba de pensar en Damian y lo mal él se encontraba.

- Es solo un año, el tiempo pasara rápido, ya verás – Dijo sonriéndole, luego de abrazarse varias veces Anya subió al auto dejando atrás a su amiga y a la ciudad donde vivió por tantos años, inconscientemente paseaba los ojos por las calles buscándolo en vano, después de treinta minutos de camino el silencio se rompió en el vehículo