Sin tiempo

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El tiempo se había acabado, el día finalmente llegó, ya en Suiza los Desmond tenía una reunión con los Blutegel, se reunirían en un hotel que pertenecía a ellos, en una gran sala ubicada en el piso más alto entraron los tres ojimiel, vestidos íntegramente con trajes negros haciendo uso de la personalidad de negocios más fria que podían tener en ese momento, no por orgullo y si por las necesidad resistir cualquier impulso de agresividad que pusiera pasarles por la mente, tenían el ceño fruncido y una expresión de pocos amigos, estaban allí no por voluntad propia más si por voluntad del destino, al entrar Donovan se sentó en una punta de la gran mesa que estaba en el centro de la sala, sus hijos se sentaron a su derecha e izquierda, al otro lado de la mesa estaba Dominic y a su izquierda una joven rubia de cabello largo y ondulado con la mirada baja, probablemente estaba mirando sus dedos

-Dominic- Exclamo Donovan

-Donovan, Demetrius y Damian Desmond, es un placer verlos finalmente juntos y quien diría que nos encontraríamos en mi mesa de negocios- La voz de ese tipo expresaba un alto sentido de superioridad y burla, algo que era poco común para ellos, casi nadie se atrevía a hablarles así, además era asquerosa, su voz generaba repudio en el estómago de Damian

- Que pena que no viniste con tu sexy noviecita Damian, me hubiese gustado verla, si quieres podrías usarla para mejorar un poco el acuerdo que estas por firmar – Si había una forma de sacar de quicio a Damian y era metiéndose con Anya, se le olvido por una fracción de segundo que no debían caer en tentaciones, levanto la mirada, estaba furioso iría directo a él a partirle la cara pero Donovan lo sujeto antes, sabia de lo que su hijo sería capaz.

- Dominic, no creo necesario que involucres a terceros en esta conversación –

- Si si, lo lamento, es solo que realmente la señorita podría convencerme por lo menos un poco si conversara una noche o dos conmigo – Dominic tenía una sonrisa despreciable en el rostro, saco una foto de su bolsillo para contemplarla fijamente, en ella se veía a Anya, estaba cambiándose de ropa por lo que parecía era el café donde trabajaba, eso dejaba claro que había estado siguiéndola, le dio un beso a la foto y después la desplazo por la mesa hasta hacerla llegar muy cerca de Damian

- Hay más de donde vino esa, pero esas las tengo en mi reserva personal para usarlas en la noche, aunque creo que esta es mi favorita – Le lanzo otra foto, esta vez se veía la escena donde Damian le ponía el anillo a Anya mientras estaban en la playa, fue cuando le pidió que fuese su novia hace poco más de un año, Damian estaba quebrándose, no quería levantar más la mirada, no quería imaginarse todas las fotos que tenia de ella y peor aún era el mensaje que les estaba dando, ella no estaría segura hasta que no resolvieran este problema, él la había estado persiguiendo sabrá Dios desde cuándo, Damian se culpaba porque debido a él ella estaba en esa situación.

- ¿Por qué haces esto maldito bastardo? – reclamo Demetrius levantándose de la silla, estaba visiblemente irritado – Vinimos aquí por negocios no a esto -

- Tranquilo, tranquilo, también tengo de tu querida esposa – Dominic esbozo una gran sonrisa al ver la cara de pánico que Demetrius puso, parecía disfrutarlo, estaba haciendo eso con el único propósito de desesperar a los hijos de Donovan, era un juego mental sádico donde él tenía el control – Si no las quieres ver te recomiendo que te sientes – dijo amenazándolo

- Dominic, venimos aquí para hablar de negocios, no para esto – exclamo Donovan fríamente, Demetrius y Damian estaban con la mirada clavada en sus propias manos mientras apretaban sus dientes y puños para contenerse, se estaban clavando las uñas en la piel para intentar disipar la rabia que sentían en sus pechos, había sido un golpe bajo y sucio utilizarlas a ellas.

UNA HERMOSA CASUALIDAD - ARCO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora