Ya estoy arrepentido

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Damian regreso esa misma tarde a Ostanian, sabia que tenia algo que hacer, algo que él sin duda alguna no quería hacer, él pensó que tendría más tiempo, pero no fue así, él pensó que alguna solución mágica saldría y resolvería todo a último momento, pero la vida no era así, sobre todas las cosas él sabía que por el bien de Anya debía alejarse, no solo porque así se lo pedía el acuerdo después de que se casara, pero si por miedo, miedo a que Dominic la involucrara más en el daño que quería causarle a los Desmond, él quería que todo el odio se dirigiera solo a él y que no la involucrara bajo ningún concepto a ella.

Cuando llego fue directo al departamento a buscarla, pero se llevó una sorpresa, ella no estaba allí, comenzó a llamarla y buscarla desesperadamente pero no respondía

-Ella no está aquí Damian – comento Emile

- ¿A dónde se fue entonces? – pregunto preocupado

- Dijo que estaría donde le abriste tu corazón– Damian entendió claramente esa referencia, se alivió, por un segundo pensó que algo malo le había ocurrido, tomo su abrigo y las llaves de su auto, sabía exactamente dónde encontrarla, condujo una hora hasta que llegó al lugar, entro tranquilamente pero no la vio, siguió de largo hasta el fondo de la casa hasta que la encontró, allí estaba ella sentada en la arena viendo el mar, exactamente en el mismo lugar donde él le había prometido que no se apartaría de ella, el mismo lugar donde le juro amarla para siempre, el mismo lugar donde le dijo que jamás le daría la espalda o se distanciaría de ella, el mismo lugar donde prometió hacer lo imposible para hacerla feliz, ahora regresaba a ese mismo lugar para romper todas las promesas que alguna vez hizo, juro por su honor y por su amor, eso significaba que no tenia ninguna de esas dos cosas, se sentía como la peor persona del mundo, su palabra no valia nada, no tenía fuerzas y se sentía maniatado.

No quiso aproximarse, apenas la observo desde la distancia, miraba su espalda mientras estaba perdido en sus pensamientos, quería buscar las palabras correctas ¿Cómo se lo diría? ¿Cómo le diría que en apenas una semana se casaría? Ella obviamente ya sabía de su compromiso, pero al igual que él no tendría como saber qué ocurriría en una semana, tenia que explicarle muchas cosas, tenían que aceptar muchas cosas, la noche había caído, tenia una hora desde que llegó y no se había movido aún, parecía poético, su promesa inicio en el atardecer de aquel día y terminaria con la oscuridad de esta noche.

Damian finalmente se aproximo a ella, se sentó a su lado poniéndole su abrigo encima, era una noche muy fría para estar allí, estaba intentando buscar las palabras correctas que a pesar de haberlo pensado por una hora no había encontrado, ella lo saco de sus pensamientos

-Así que una semana – él se sorprendió al escuchar esas palabras, cuando presto más atención lo sentía, ella le había estado leyendo la mente todo este tiempo sin que él se percatase

-Anya- exclamo el sorprendido

- No es mi culpa que no te dieras cuenta – Giro su rostro apara mirarlo fijamente, no había nada que explicar, él sin quererlo ya le había dicho todo, bajo su mirada para intentar ocultar los sentimientos de culpa que lo invadían

- Lo lamento Anya – Murmuro, ella no respondió, simplemente se recostó su cabeza en su hombro para seguir escuchando las olas, Damian la abrazo fuertemente, solo repetía lo mucho que lo lamentaba, sentía que la había traicionado, se casaría con otra, otra mujer que ni conocía, Anya elevo su rostro para plantarle un beso amargo en los labios, amargo por lo que sentían, amargo por sus lágrimas, amargo como su futuro, en un suave movimiento desabrocho su collar, el collar que él le había dado hace varios años atrás, se lo puso delicadamente en el cuello

UNA HERMOSA CASUALIDAD - ARCO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora