Caminó con la cabeza baja por el claro, sin mirar a nadie. Salto Marrón venía detrás suyo, probablemente para asegurarse de que no iba a escaparse de hablar con Estrella Hueca. Sentía un horrible nudo en la garganta, que empeoraba por cada paso que daba, pero ya era tarde para escapar o poner alguna excusa, porque el líder ya lo estaba esperando a menos de una cola de distancia.
– Hola Zarpa de Luz, tienes algo que decirme? – Interrogó Estrella Hueca, mientras lo dejaba entrar a su guarida. El lugarteniente también entró.
– Zarpa de Nube y su mentor me han contado que fue lo que pasó exactamente. – Comentó Salto Marrón. – Zarpa de Luz le gritó con ira luego de fallar una cacería.–
El líder asintió suavemente, observándolo, pero no se veia más molesto que su lugarteniente, por lo que Zarpa de Luz suspiró con alivio. Luego de que Salto Marrón los dejara a solas y en completo silencio a excepción de las aves, Estrella Hueca se sentó en su lecho de musgo adornado con plumas.
– Garra de Abeja me contó lo avergonzado que estabas luego de fallar tu evaluación. No me gustaría que fueras a fallar otra vez, así que espero que te esfuerces más y te molestes menos ¿Está bien? – Murmuró el líder de pelaje negro y blanco.
Zarpa de Luz afirmó con la cabeza, al mismo tiempo que intentaba escuchar el claro principal para saber si Salto Marrón seguía cerca. Luego de comprobar que no estaba, se sintió más seguro.
– ¿Que hay de mi castigo? Salto Marrón probablemente quiera arrancarme la cola si es que no me ve castigado. – Maulló el aprendiz.– Parece ser un gato muy estricto.–
Estrella Hueca dudó un momento y se quedó mirándolo pero con la mirada perdida. Estuvo así un par de segundos antes de volver a hablar:
– Salto Marrón no es tan estricto como dices. Solo le importa que tengamos una buena convivencia con nuestros compañeros de clan.–
A Zarpa de Luz le pareció difícil creerle, por más que parecía decir la verdad. El lugarteniente marrón parecía querer asesinar a alguien con la mirada a cada rato, ¿Como podría un gato así querer buena convivencia si ni él lo hacía?
– En cuanto tu castigo, solo quiero que te disculpes con Zarpa de Nube y hagas algo bueno por él.– Agregó el líder. – Ve ahora, ya es tarde.–
Zarpa de Luz salió a toda velocidad de la guarida de Estrella Hueca, más tranquilo ahora que sabía que el líder no reaccionó como Salto Marrón o Fauces Blancas. En lugar de entrar a la guarida de la curandera como antes, se acercó a la pila de presas, donde estaban Piedra Blanca y Canción de Petirrojo compartiendo lenguas tranquilamente.
– Piedra Blanca, Canción de Petirrojo.– Saludó Zarpa de Luz.
– ¡Zarpa de Luz! – Exclamó Piedra Blanca, empezando a darle lametones en la cabeza a su hijo.
– Hola madre... – Murmuró el aprendiz.– ¿Han visto a Zarpa de Nube? –
Piedra Blanca y Canción de Petirrojo señalaron con la cabeza la guarida de los aprendices casi al mismo tiempo. El aprendiz les agradeció con un ronroneo antes de irse, sin ganas de explicarles porque estaba buscando al gatito blanco de ojos azules. Había sacado un ratón de la pila de presas, confiado en que Zarpa de Nube aceptaría su disculpa.
Al entrar a la guarida, se percató de que Zarpa de Pino estaba allí, mientras que Zarpa de Serbal, el aprendiz de curandero, estaba hablando alegremente con el aprendiz marrón oscuro. Sintió una punzada de temor al darse cuenta de que tendría que pedirle perdón a Zarpa de Nube frente a todos los aprendices.
– Zarpa de Nube.– Maulló, sentándose frente al gatito de ojos azules y dejándole el ratón a menos de un ratón de distancia de sus patas.
El aprendiz tardó un poco en mirarlo y aceptar la pieza de presa.
– Solo quería disculparme. No era mi intención gritarte así. Estaba molesto por no poder enseñarte como cazar adecuadamente.– Explicó casi en un susurro, para evitar ser oído por Zarpa de Serbal o Zarpa de Pino.
– Me asustaste. Pensé que como somos del mismo clan debemos llevarnos bien.– Murmuró Zarpa de Nube, dándole al ratón una mordida que pareció disfrutar.
– Aún podemos llevarnos bien.– Murmuró el gato de ojos amarillos.
Zarpa de Nube pareció dudar un momento. Su expresión no revelaba mucho más, pero Zarpa de Luz podía oler su tranquilidad y una leve alegría. Le lamió la frente al joven aprendiz, esperando su respuesta.
– Está bien.– Zarpa de Nube asintió levemente, mientras ronroneaba y terminaba de comer el ratón. – Pero no quiero que me vuelvas a gritar así.–
– Bueno.– Contestó.– Siempre y cuando no vuelvas a arruinarme una cacería.–
El gatito asintió con una sonrisa, levantándose de su lecho lentamente. Parecía mucho más calmado ahora que habían hecho las pases.
– ¿Puedes mostrarme como cazar? – Preguntó Zarpa de Nube de repente.
Zarpa de Luz observó el cielo, dándose cuenta de lo tarde que era ahora. Ya casi salía la luna y mañana habría otra sesión de entrenamiento. Aunque salir con Zarpa de Nube le pareció una buena idea, Fauces Blancas se molestaría si su aprendiz estaba cansado, más si era por su culpa. Negó con la cabeza a su nuevo amigo.
– Tienes que descansar si quieres entrenar mañana.– Explicó.
Luego de que el gatito aceptara algo desilusionado, Zarpa de Luz salió de la guarida de los aprendices mucho mejor de ánimo. El campamento estaba mucho más brillante ahora que empezaba a salir la luna y el ruido de los pájaros era menos frecuente. Decidido a salir a tomar agua, Zarpa de Luz se encontró con su mentora en la entrada.
– ¡Zarpa de Luz! Ven, tengo grandes noticias para ti.– Maulló Garra de Abeja, llevándolo a un costado.
– ¿Tiene que ver con mi evaluación? – Interrogó el aprendiz.
La mirada que le dirigió la gata amarilla le indicó que sí se trataba de eso. El entusiasmo de la guerrera también le dió la impresión de que eran noticias positivas. Zarpa de Luz se sentó, ansioso por escuchar lo que su mentora le iba a anunciar.
– He hablado con Estrella Hueca.– Empezó la gata.
– ¿Va a tomarme mi evaluación otra vez? – Preguntó de inmediato el aprendiz blanco.
– Si, te tomará tu evaluación.– Confirmó Garra de Abeja.
El corazón casi le dió un vuelco de alegría al escuchar aquellas palabras. Agitó emocionado su cola mientras maullaba victorioso. Su mentora le lamió la oreja cariñosamente antes de empezar a reír.
– Será mañana, cuando el sol esté en lo más alto.– Agregó la gata, maullando más seriamente.– No iré contigo esta vez.
Zarpa de Luz sintió como toda su emoción se desvanecía de golpe al oír eso. Le empezaron a temblar las patas, mientras su corazón se aceleraba. Su mentora debió haber imaginado lo nervioso que se encontraba en ese momento, ya que empezó a limpiarlo como si fuera un cachorro.
– Sé que lo harás bien.– Murmuró la gata amarilla.
Su mentora había estado repitiendo lo mismo desde que falló su primera prueba, como si de verdad supiera lo que iba a pasar. Garra de Abeja solía ser muy positiva, pero la idea de fallarle por segunda vez a su mentora le ponía los pelos de punta. Si ya había pasado vergüenza la primera vez, no quería ni imaginar lo que sentiría fallando de nuevo... y enfrente de Estrella Hueca.
– ¿Que pasaría si no? – Preguntó temeroso. – No quiero volver a decepcionar a todo el clan.–
– Si no te decepcionas a ti mismo, entonces no importa lo que piensen otros.– Ronroneó Garra de Abeja.– Y nunca has sido una decepción para mí.–
Zarpa de Luz le dió un cariñoso lametón en la oreja a su mentora, ronroneando fuertemente. El calor del pelaje de Garra de Abeja lo hacía sentirse más seguro, aunque aún le preocupaba su prueba. Decidió que lo mejor sería no preocuparse por la evaluación hasta que fuera el momento.
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Los Gatos Guerreros #1 - La Tensión de los Clanes: Zarpas Salvajes
FanfictionLos seis clanes de guerreros han convivido en calma durante muchas lunas, pero el nuevo liderazgo del Clan del Trueno ha generado conflictos en el lago, poniendo en riesgo la tranquilidad de los otros clanes. Mientras los clanes buscan mantener la...