Los calurosos rayos del sol no fueron una molestia sino hasta el mediodía. Lila se despertó con el estómago rugiendo y las patas adoloridas por lo del día anterior, pero aún no le sería imposible continuar el viaje.
Estaba relamiendo sus patas, intentando mantenerse alerta por cualquier ruido que pudiera ser un peligro, cuando escuchó unas ramitas quebrarse y un maullido aún lejano.
– ¡Tengo que esconderme! – Exclamó internamente, intentando ocultarse en un rincón de la cuevita en la que estaba. Siguió atenta a los maullidos que escuchaba mientras trataba de hacerse lo más pequeña posible.
– ¡Te lo digo Zarpa Dorada! – Exclamó una voz, que sonaba como la de Zarpa de Hielo. – ¡No he olido a la gata sin pelo! –
– ¡Tienes peor olfato que ella entonces! – Gruñó la joven gata.– Yo si puedo olerla.–
Dando un suspiro de alivio, Lila se incorporó y se acercó a los tres gatos, que estaban muy cerca suyo ahora. Zarpa Azul traía lo que parecía ser un ratón, pero no se veía igual a los que había en la granja, este era marrón oscuro y no tenía la misma forma.
– ¡Aún estás acá! – Chilló Zarpa Dorada a la gata esfinge.
– Creí que te encontraría un zorro.– Agregó Zarpa Azul, soltando el pequeño animalito muerto frente a sus patas.– Ten, es un campañol, cometelo todo.–
La minina obedeció al gato azulado y le dió un gran mordisco a la criatura. Estaba tibia todavía y tenía un sabor diferente al ratón, pero aún más delicioso. Apenas terminó de comérselo todo, empezó a lamer sus bigotes.
– ¿Tienes a donde ir ahora? – Interrogó Zarpa de Hielo.
– Estoy buscando alguna granja o algo así.– Comentó Lila, rascándose el collar al recordar que aún lo tenía.
– Ven, te sacaremos esa cosa del cuello.– Maulló Zarpa Azul, tomando el collar morado con sus afilados dientes y tirando con fuerza.
Zarpa Dorada mantenia a la gatita quieta, al mismo tiempo que los dos gatos azulados mordían el collar para romperlo. Luego de varios intentos, el collar se rompió, cayendo al suelo de inmediato. Los tres jóvenes lanzaron maullidos de alegría.
– ¡Finalmente eres libre de verdad! – Exclamó Zarpa de Hielo con un tono sorprendente alegre.
– Y hay una granja pasando el territorio del Clan del Viento.– Indicó Zarpa Azul, señalando con su elegante cola azulada hacia el lado de donde habían aparecido. – Solo tendrías que seguir hacia allá hasta encontrarlo.–
– ¿Clan del Viento? – Preguntó Lila.
– Oh... ¡Olvidé que eres una gata doméstica! – Dijo Zarpa Azul con una sonrisa.– Hay seis clanes: El Clan de la Sombra, el Clan del Cielo, el Clan del Río...–
– Y el Clan del Trueno... ¡Esos somos nosotros! – Interrumpió Zarpa de Hielo con un ronroneo.
– Y el Clan de Las Montañas....– Murmuró Zarpa Dorada.
– Clan de las Montañas Altas.– Corrigió Lila, contenta porque sí conocía ese clan.– Una curandera de ahí me salvó.–
– ¡Vaya! – Dijo Zarpa Dorada, ahogando un grito de sorpresa. – Pensé que no habías viajado tanto.–
– Entonces será mejor que sigas tu viaje.– Maulló la gata dorada con una sonrisa, enterrando sus garras en la tierra húmeda.
– Gracias por dejarme dormir aquí... y traerme comida.– Ronroneó Lila, mientras se preparaba para seguir su camino.
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Los Gatos Guerreros #1 - La Tensión de los Clanes: Zarpas Salvajes
Fiksi PenggemarLos seis clanes de guerreros han convivido en calma durante muchas lunas, pero el nuevo liderazgo del Clan del Trueno ha generado conflictos en el lago, poniendo en riesgo la tranquilidad de los otros clanes. Mientras los clanes buscan mantener la...