Los Gatos Guerreros #1 - La Tensión de los Clanes: Zarpas Salvajes

Capítulo 12

El sol ya estaba en lo más alto, así que Zarpa de Luz se levantó de un salto de su lecho de musgo y se acercó a la guarida de los guerreros con alegría. Garra de Abeja estaba compartiendo lenguas con Corazón de Baya, pero al ver al aprendiz se le acercó a toda prisa. Sus ojos ámbar parecían brillar mucho más de lo normal y su sonrisa era más la verdadera que había visto.

– Suerte en tu evaluación Zarpa de Luz. Sé que lo lograrás esta vez.– Ronroneó la guerrera.

– Solo no te pongas nervioso. O te podrías caer de un árbol.– Agregó Corazón de Baya, con una suave risa que no parecía ser burlona.

Asintiendo, Zarpa de Luz se alejó rápidamente, prestando atención a todo a su alrededor para evitar pensar en lo que pasaría cuando se encontrara con Estrella Hueca a las orillas del lago.

El canto de los pájaros y el sonido de las hojas lo mantuvieron calmado por casi todo el trayecto, pero cuando estaba a pocos zorros de distancia de llegar al lago, el fuerte olor de Salto Marrón le hizo sentir un nudo en el estómago. ¡¿Porqué tenía que meterse en todo?!

– Zarpa de Luz, finalmente llegaste. Veo que no tienes mucha prisa.– Comentó Estrella Hueca, indicándole al aprendiz que se sentara frente a él.

– Ya que fallaste tu primera evaluación, Salto Marrón y yo concordamos en que es necesario que ambos podamos ver tus habilidades.– Continuó el gato blanco y negro.

El aprendiz blanco tragó saliva, nervioso y sin escuchar lo que estaba diciendo el lugarteniente de pelaje marrón en ese momento. No le hacia ninguna gracia estar con Salto Marrón observando al mismo tiempo que Estrella Hueca y además, sin estar con Garra de Abeja cerca para animarlo. Respiró profundo antes de volver a prestar atención.

– Y no te preocupes.– Comentó el lugarteniente, poniendo su cola en el hombro de Zarpa de Luz. – Con todo el entrenamiento adicional, no tendrás problemas.–

El aprendiz asintió antes de internarse al bosque rápidamente. Aún se sentía nervioso, pero al menos podía correr por el bosque con el olfato y el oído bien atentos. Avanzó por un buen rato hasta detenerse en seco al sentir el olor de una presa. Miró a todos lados mientras avanzaba en posición de acecho, hasta que encontró a la presa. Una pequeña bola de plumas, que descansaba en el pasto muy cerca de un árbol. Parecía una presa fácil, pero Zarpa de Luz quería impresionar a Estrella Hueca y a Salto Marrón.

– Rebotaré contra ese árbol y lo atraparé.– Pensó, mientras ponía su plan en marcha de inmediato.

Se acercó hasta quedar a menos de una cola de distancia del árbol, siempre atento a cualquier movimiento de su presa. La parte que seguía era la más complicada: Debía saltar hacia el tronco del árbol y luego rebotar rápidamente hacia el ave antes de que se fuera volando.

Se aseguró dos veces de que se encontraba en el lugar perfecto antes de saltar a toda velocidad hacia el árbol.

– ¡Cardos y Espinas! – Bufó, luego de haber chocado con el árbol y caer en el pasto, asustando a la presa.

Zarpa de Luz se levantó sin perder el tiempo y continuó avanzando en busca de otra presa. Se estaba acercando a la frontera con el Clan de la Sombra cuando sintió el aroma de un roedor cerca suyo. Se colocó en posición de acecho de inmediato y empezó a seguir el rastro oloroso del animalito hasta encontrarlo casi al frente suyo. Era una musaraña, no muy rolliza pero tampoco muy delgada. Zarpa de Luz se preparó sin pensar demasiado y saltó hacia el animal, que atrapó y mató rápido.

– Gracias Clan Estelar.– Murmuró, enterrando la presa y continuando su cacería, porque ya estaba cerca de atardecer y no quería fallar de nuevo.

Ahora estaba casi en la frontera con el Clan de la Sombra, pero eso no lo iba a detener. Había un pequeño ratón cerca, así que repitió lo que había hecho con la musaraña. Cuando saltó y lo atrapó, estaba en territorio del clan vecino. Tomó el ratón y lo enterró rápidamente en el territorio de su clan, preparado para irse. Sin embargo, el frío contacto con el pelaje de otro gato le hizo dar la vuelta, con el pelaje erizado.