𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟑

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[•Expʟɪᴄᴀᴄɪᴏɴᴇs. Rᴇᴜɴɪᴏ́ɴ ғᴀᴍɪʟɪᴀʀ•]

«sʜᴀᴘɪʀᴇ ᴋᴜᴅᴏ»

Con seguridad puedo asegurar que fue la peor y mejor noche de mi vida. ¿Cómo pude saltar de casi perder a Kaito a ahora tenerlo como novio?

Hace una hora que Kaito me había traído de regreso a casa y no podía conciliar el sueño debido a mis intensas emociones. Lo único que hice durante esa hora fue mirar el techo de mi habitación como si fuera único.

Por unos segundos escuché un golpe en la puerta de mi balcón, lo ignoré pensando que había sido la rama de uno de los árboles cercanos que le había rosado debido al viento. Pero cuando ese ruido comenzó a ser frecuente, decidí levantarme a ver que era, pensando que quizás era Kaito.

Corrí la cortina de la puerta de cristal del balcón para observar a través de esta, viendo inmediatamente a Keon con su capucha puesta recostado a la barandilla mirando atentamente hacia mi.

- ¿Cuándo vas a abrirme?

Rodee los ojos y le abrí la puerta permitiendole la entrada a mi habitación, el entró y se sentó en la silla de mi escritorio en total silencio, me senté en mi cama y observe como bajaba su capucha.

- ¿Has venido a hablar, verdad?

- ¿A qué otra cosa vendría sino? -Me miró alzando una ceja. - En fin, a lo que venía, tu querida detective del siglo XXI, eres la reencarnación de la primera portadora de Pandora quien-...

- Espera ¡¿qué?! - Él peino su cabello con frustración al ser interrumpido.

- Sep, como escuchaste - Respondió - No se si estés al tanto, pero la joya puede absorber el alma de su portador si este se excede usando su poder - Explicó mientras hacía girar la silla sobre su eje lo cual fue fácil debido a las ruedas - Te explico, han habido aproximadamente unas 10 reencarnaciones de la portadora original, Sakire, la princesa heredera del antiguo imperio de Oppra,

Ahora entiendo, por eso siempre iba vestida así, era una princesa, me golpee la frente mentalmente, era algo obvio, digo, llevaba siempre una corona, debí imaginarlo.

Seguí escuchando atentamente su explicación sobre la creación de la joya y su propósito.

- Todo eso me es inútil, porque no confío en ti, ¿cómo se que no me engañas? - Parpadeó un par de veces sorprendido por mi pregunta, pero luego sus labios se elevaron formando una sonrisa.

- Sabes, cuando conocí a Sakire ella tampoco confiaba en mí - Dijo con una voz melancólica pero manteniendo la sonrisa - aunque bueno, nadie confía en un ladrón a primera vista.

- ¿un...ladrón?

- si... - Pasó una mano por su pelo algo avergonzado - la joya principalmente fue creada para salvarme de la pena de muerte impuesta por el padre de Sakire hace ya más de 500 años. Y así fue, gracias a que la traía conmigo el día de mi ejecución no morí, pero lo hubiese preferido antes que vivir sin Sakire...

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Ya era de día, me encontraba sentada en el salón hablando con mi madre sobre los últimos acontecimientos. Shinichi había venido a hacer la visita pero casi al mismo tiempo de entrar, mi padre llegó y se lo llevó a quien sabe donde a hablar.

Anoche, pasada la hora de estar aquí, Keonse marchó, prometiendome volver otro día para ayudarme a dominar a Pandora, ya que antes de irse me contó que a veces la joya, o una entidad que habitaba dentro de esta, podría tomar posesión de mi cuerpo y manejarlo como se le diera la gana, por eso debía enseñarme que hacer en esos casos y como evitarlo.

𝗟𝗮 𝗛𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗦𝗵𝗶𝗻𝗶𝗰𝗵𝗶 𝗞𝘂𝗱𝗼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora