𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟗

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[•¿Qᴜɪᴇ́ɴ ᴇʀᴇs ᴇɴ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ?•]

«ᴋᴀɪᴛᴏ ᴋᴜʀᴏʙᴀ»

Esto comenzaba a ponerme ansioso, noche tras noche, robo tras robo, donde sea que estuviera Kaito Kid ella también. Dudaba sobre las intentaba de Niévre, era como si... quisiera tener en cuenta cada uno de mis movimientos, comenzaba a cansarme de tener a una especie de guardia detrás de mi en cada robo.

Como hoy, en donde simplemente me senté a esperar que apareciera, aunque eso no demoro mucho, porque luego de unos minutos esperando en compañía de la luna y un silencio agradable, ella apareció...

- A diferencia de otros días no has robado nada, ¿a pasado algo? - Habló cuando finalmente tocó el suelo, cerrando instantáneamente sus alas.

- No... solo que... quiero saber de una vez por todas ¿por qué me sigues? - La pregunta no parece haberla tomado por sorpresa, aunque ella siempre actuaba fría en las pocas conversaciones que habíamos mantenido.

- No puedo responder a eso.

- ¿Y por qué no? ¿hay algo o alguien que te lo impide? ¿o simplemente no quieres? - La mire mientras me levantaba del suelo y me cruzaba de brazos.

- No...

- Basta - La interrumpí acercándome más a ella, quien retrocedió varios pasos - Lo único que quiero es que me digas por que me sigues, ¿es muy difícil eso?

- Yo... soy una especie de ángel guardián, y tu eres mi protegido - Me miró, y por primera vez pude ver algo más que frialdad en sus ojos, había algo más... sus ojos ahora brillantes por la luna eran un mar por el que sin duda podrías hundirte y desear no volver a subir a la superficie nunca más, y de alguna forma sentía que la conocía.

- ¿Puedes explicarme mejor? - Pregunté luego de unos minutos en total silencio.

- Mmh, todo comenzó con un sueño, y cuando desperté ya era un ángel, al principio me asuste por las alas, pero aprendí a esconderlas - Explicó mientras bajaba un poco la mirada - De alguna forma, tengo la necesidad y el deber de cuidar a la persona que más amo en el mundo... sin embargo, busque ayuda y ahora por lo menos se más de los poderes que pueda llegar a tener y la intensidad con la que pueda utilizarlos.

Pensé en sus palabras unos segundos, cuidar a la persona que más ama... hay por dios.

- Eso quiere decir... ¿que me amas? - Cuestioné aún pensando en sus palabras.

- Sí, si te sientes incómodo puedo dejar de seguirte... o al menos intentarlo - Sugirió Niévre, algo nerviosa, pero la entiendo de alguna manera.

Me acerqué a ella, quien poco a poco retrocedía, hasta que chocó con una pared y aproveche para atraparla apoyando mis manos a cada lado de su cabeza. Ella me miró con sus ojos abiertos como platos. Pero simplemente tenía que saber si ella era quien yo pensaba.

Su forma de hablar, su apariencia, su altura y su forma de caminar delataban quien era en realidad.

Me acerqué poco a poco a su rostro, a mis fosas nasales llegaba aquel dulce aroma a naranja que tanto me gustaba, definitivamente era quien yo creía que era.

La abracé y escondí mi cara en su cuello, ella no se movía, al parecer estaba sorprendida, aunque por la cercanía podía sentir su corazón latir con rapidez.

- K-Kid, ¿qué haces?

- No te pongas nerviosa, Niévre, ¿o debería llamarte por tu verdadero nombre? - Hablé y levanté un poco mi cabeza para mirar su expresión. - SHA-PI-RE

𝗟𝗮 𝗛𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗦𝗵𝗶𝗻𝗶𝗰𝗵𝗶 𝗞𝘂𝗱𝗼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora