[•ʙᴀɪʟᴇ ᴅᴇ ʟᴜɴᴀ ʟʟᴇɴᴀ•]
«ɴᴀʀʀᴀᴅᴏʀ»
Tres días habían pasado, tres días en los que el dúo de chicas conformado por Shapire y Akako habían logrado descifrar más de la mitad del libro, obteniendo avances importantes en la investigación de como extraer la joya de la inmortalidad del cuerpo de Shapire. Actualmente era jueves, el día en el que se celebraría el baile de fin de primavera.
- ...este no... mmh este no me convence, ¡quizás se te vería mejor uno rojo! ... - Eran las cosas que decía Yukiko mientras veía los casi 50 vestidos en el gran armario de su hija, intentando encontrar uno decente para la ocasión.
- Mamá, ¿por qué solamente no escoges algo simple?, no quiero ser el centro de atención. - Ella negó y me apunto con un dedo.
- Usted señorita, debe ir a ese baile a brillar, por lo que un vestido simple no está entre nuestras opciones. - Habló y luego siguió buscando. La castaña de ojos zafiro, rendida, siguió mirando con su rostro recostado en la palma de su mano a su madre buscar el "vestido perfecto" para la ocasión.
Pasaron minutos hasta que Yukiko tomó un vestido blanco, corto al frente, unos 5 dedos por sobre la rodilla, y largo detrás, casi que tocaba el suelo, mangas anchas y largas y de hombro caído. - Es ese mamá - Dijo Shapire mientras de levantaba y tomaba el vestido para observarlo mejor, un vestido simple y a la ves que llamaba la atención, simplemente perfecto.
- Como esperaba de ti, tienes los mismos gustos de tu madre, ¡te verás hermosa en el! - Alagó la de risos a su hija, quien le sonrió y apretó el vestido contra su pecho.
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Había llegado el tan esperado momento, la noche, tan llena de brillantes estrellas, la magnífica luna, y aquel silencio y tranquilidad por las que se caracterizaba.
Eiko se miraba una y otra vez al espejo, observando el llamativo vestido rojo que traía, tomó un labial de brillo y lo paso por sus labios, quedando estos brillantes.
El timbre de su casa comenzó a sonar, pero no hubo necesidad de preguntar quien era, porque seguramente era aquel rubio que había prometido venir a buscarla.
- ¡Vaya..! - Exclamó Chris nada más Eiko abrió la puerta - estas hermosa, seguro serás el centro de los reflectores esta noche - Elogió recargado en el marco de la puerta. Eiko le miró de arriba a abajo, un traje rojo con corbata blanca, sin duda se veía increíble.
- Supongo que vos no te ves mal...
- Eres fría como un iceberg conmigo...
Sin más que decir, caminaron hasta el Mercedes-Benz negro del rubio, quien se montó en el asiento del piloto mientras ella iba a su lado sin decir una palabra.
Al llegar al intituto, pudieron escuchar la fuerte música. Bajaron del auto y entraron, caminando hasta el lugar en donde habían organizado la fiesta.
El lugar era levemente iluminado por algunos reflectores, perfectamente decorado con flores, adornos y luces de colores, también habían mesas en donde algunos estaban sentados hablando o comiendo algo, mientras otros bailaban al ritmo de la escandalosa música.
Eiko se sentó a hablar con algunas amigas, estuvo así recibiendo alagos por parte de jovenes o simplemente hablando con ellos unos 30 minutos hasta que a lo lejos sus ojos observaron al dueño de sus suspiros, Kaito Kuroba acababa de hacer presencia en aquella fiesta con un traje blanco y una corbata roja, su cabello hacia sido peinado hacia detrás, aunque varios mechones aún caían por su rostro, sin duda tan elegante y guapo como un príncipe de cuento.
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𝗟𝗮 𝗛𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗦𝗵𝗶𝗻𝗶𝗰𝗵𝗶 𝗞𝘂𝗱𝗼
Fanfic❝𝑩𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂, 𝒅𝒐𝒔 𝒂𝒎𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒃𝒂𝒊𝒍𝒂𝒏 𝒂𝒍 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂́𝒔, 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂𝒏̃𝒂 𝒎𝒆𝒍𝒐𝒅𝒊́𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐, 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒆𝒇𝒊𝒆𝒓𝒆𝒏 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂𝒓 𝒄𝒂𝒔𝒖�...