𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟏

202 25 3
                                    

[•Kᴀɪᴛᴏ Kᴜʀᴏʙᴀ... ¿ᴀsᴇsɪɴᴏ?•]

«ᴇɪᴋᴏ ᴡᴀsᴀᴋɪ»

Tiré el teléfono al suelo al ver como Chris me había colgado, no podía hecharse atrás, no ahora...

– Era tan simple, ¡demonios!

Respira Eiko, respira...

A la mierda, ¡ella tenía que morir hoy!

Comencé a bajar las escaleras del 3 piso del instituto por las que pensaba aventar a Shapire y desaserme de ella. Sin embargo, no logré avanzar mucho en mi bajada debido a una voz llamándome a mis espaldas, gire para ver quien era, pero lo último que vi fue una silueta masculina mirandome desde arriba mientras escuchaba su risa perversa.

– ¿Q-Quien eres? – Pregunté asustada, intenté seguir bajando los escalones sin dejar de verla, él fue descendiendo, hasta que de un momento a otro tomo mi brazo de manera brusca impidiendo que pudiera seguir bajando, me sonrió y pude observar sus ojos, unos ojos verdes brillantes, su pelo castaño despeinado y un elegante traje gris. Y segundos después me empujó, comencé a caer y a golpearme con los escalones, llenándose mi cuerpo de moretones, hasta que mi cabeza fue golpeada por el borde de uno de los escalones, y entonces deje de caer.

El hombre, bajo uno por uno los escalones y al llegar a mi.

– Vete... al infierno... – Murmuré con las pocas fuerzas que me quedaban, el amplio su sonrisa. Sentía algo húmedo bajo mi cabeza, probablemente sangre.

– Y tú vete a dormir eternamente – Dijo y se alejó rápidamente. – Eres despreciable, Eiko, dejaste que tus celos te cegaran y por culpa de estos ibas a asesinar a alguien. No me considero mejor que tu, pero salve una vida acabando con la tuya.

Creo que no habían pasado ni 5 minutos cuando comencé a sentir mis ojos pesados, y antes de cerrar mis ojos por completo, vi como alguien se acercaba, me tomaba del cabello arrastrándome hasta que quede recostada a la pared y dejaba algo en mi vestido y se alejaba de allí, dejándome morir.

╾╼┉╾❁╼┉╾╼

«sʜᴀᴘɪʀᴇ ᴋᴜᴅᴏ»

– Creo que te equivocas – Respondí ocultando mi nerviosismo, el se acercó a mi y tomó mi cara entre mis manos.

– No lo creo... – Me soltó el rostro y me miró fijamente – Tus ojos tienen el brillo de una gema.

– ¿Y eso que? Que mis ojos sean lindos no significa que tenga una joya mágica. – Él negó divertido.

– Aaah~, te pareces tanto a Sakire, ¿sabes algo? reconozco a una portadora cuando la veo, y no podrás escapar de mí, te eh vigilado desde hace mucho, Niévre~ – Abrí mis ojos sorprendida, estuve a punto de negar mi doble identidad, pero fui interrumpida por mi teléfono.

– Shapire al habla – Dije nada más descolgar la llamada. La voz alterada de Aoko se hizo notar pocos segundos después.

– ¡Shapire! ¡HAN ASESINADO A ALGUIEN! – Gritó del otro lado, alterada. – ¡Estamos en las escaleras del tercer piso!

– Voy para allá, Hakuba sabe que hacer, y de paso, llamen a la policía – Respondí para luego colgar la llamada y girarse a ver a Keon, quien me miraba fijamente. – Debo irme, pero... si todavía quieres hablar conmigo, puedes esperarme en mi casa, si has estado espiandome debes saber donde es... – Él asintió y dio media vuelta para irse.

Corrí con aquellos tacones que parecían cuchillos incrustandoce en mis pies, ya me dolía, pero seguí, llegando en pocos minutos, observando la horrible escena.

𝗟𝗮 𝗛𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗦𝗵𝗶𝗻𝗶𝗰𝗵𝗶 𝗞𝘂𝗱𝗼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora