💭🛌💭

1.8K 49 9
                                    

Abrí mis ojos y aún estaba muy oscuro. Lo único que iluminaba el lugar era la luna que filtraba su luz por aquella ventana.
Supuse que aún era de noche, tenía sed. Traté de salir de mi habitación por un vaso de agua, pero una voz grave me detuvo.
- ¿A dónde cree que va señorita?
Esa voz... esa voz ¡era la voz de mi jefe!
Escuché como alguien se aproximaba a mí y me quedé en shock.
Sus brazos rodearon mi cuerpo en un abrazo y descansó su cabeza en el espacio de mi hombro.
Podía sentir su respiración tan tranquila y como sus manos jugueteaban en los bordes de mi pijama (una pijama de seda rosa conjunto de short y blusa)

- Vuelve a la cama. Ordenó en mi oreja para después depositar un casto beso en mi cuello y romper el abrazo.
Mi piel se erizó ante tal orden, me encantó.
Rápidamente y sin pensar obedecí y me senté en la cama.

Pude mirar por la poca luz cómo abría uno de mis cajones y sacaba algo metálico que hacía bastante ruido.
Se acercó a mí y se agachó para besarme.
Aquel beso era tan suave y sensual que no quería que se acabase.
Se alejó terminando el beso y mirándome fijamente soltó:
- Al parecer debo tomar medidas más severas contigo, para que no trates de escapar de nuevo.
Sonrió.
Para después empujarme a la cama bruscamente y subir encima de mí, tomó mis dos brazos y los puso por encima de mi cabeza para después colocar aquello que parecían ser unas esposas de cuero negro con correas en mis muñecas.
-Debe ser castigada adecuadamente, señorita.
Dejó tus manos esposadas por encima de tu cabeza y empezó a besarte de nuevo, sus manos tocaban tu cuerpo a su antojo.
No paraba de hablarte sucio y eso te encantaba.
- ¿Te gusta cuando toco y froto aquí? ¿Si?
- ¿quieres tocarme? Que pena no puedes.
- ¿Sientes eso? Quiero metértelo hasta hacerte llorar.

Tomó tus shorts y los bajo descubriendo tu bonita ropa interior, igualmente quitó tu blusa y se dedicó a chupar, lamer y morder cada parte de ti. Dejando muchas marcas.
A este punto estabas demasiado exitada y tu cuerpo pedía. No. Rogaba por más.

-Chris por favor~ gemiste mientras tocaba tu zona delicada de una forma tan torturante por encima de tus panties.

- ¿Por favor qué? Princesa, solo las chicas que se portan bien obtienen su premio. En cambio tú, te has portado muy mal. Dijo tan excitado esperando a que le rogaras por tocarte por debajo de la ropa.
Le encantaba ver cómo te volvías un desastre por correrte.

-Por favor te necesito, lo necesito.
Dijiste con los ojos llorosos, necesitabas llegar a tu orgasmo.
Arrancó tus panties y se apresuró a sentir tu gran mancha de humedad en sus dedos, arrastró tus fluidos hacia tu clitoris y puso atención allí hasta que sintió que temblabas para meter sus dedos y llevarte a tu orgasmo.
Casi en un grito te soltaste y gemiste demasiado duro.
Chris se dedicó a ver cómo te derretías sobre sus dedos y siguió tocándote mientras atravesabas tu orgasmo haciéndote sentir insoportablemente sensible.
- Eres un desastre mírate, llorando y suplicando por que mis dedos te follen el coño.
Con ambas manos abrió tus piernas y sin romper contacto visual contigo comenzó a comerte tan bien, su lengua frotando y chupando tu clitoris, la escena te hacía querer volver a venirte mientras tu cuerpo se retorcía ante él.

Y lo hubieses hecho si no hubiese sido por el sonido de la alarma que te despertó de golpe.
Genial, acabas de tener un sueño húmedo con tu jefe y no solo el sueño está húmedo ahora.

Papi BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora