ADVERTENCIAS: Sangre, sangre y más sangre, exhibicionismo y asesinato. Leer bajó discreción. Ni de chiste replicar lo aquí descrito. Etcétera, etcétera. Advertidsx quedan.
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Aunque al principio el bar parecía un lugar pequeño, cuando caminamos hacia el fondo me di cuenta de que no era así. Unas pesadas cortinas rojas que corrían desde el techo hasta el piso, ocultaban otros salones, donde se desarrollaban diferentes actividades. Había jaulas, habitaciones privadas, un cuarto totalmente oscuro, incluso una especie de alberca. Obviamente, todas tenían la misma función.
Pero no nos detuvimos en ninguna de esas, sino que llegamos al final del recinto. La seguridad volvió a detenernos por un instante, detrás de unos telones negros se escuchaban expresiones de sorpresa, música y risas. No pude evitar preguntarme a dónde me estaba llevando.
A San sólo le tomó un par de palabras para que el guardia nos diera acceso. Me detuve con sorpresa al ver de qué se trataba. A lo largo de toda la cámara, encima de unas plataformas rojas, había dos hileras de vitrales, dentro de los cuales había personas teniendo sexo.
No pude evitar abrir mi boca con sorpresa. Aquello era todo un espectáculo, sentía que estaba en una especie de acuario o exhibición de arte, sólo que no de una manera linda.
Los cristales estaban manchado de huellas y vapor. Si te acercabas podías escuchar los gemidos. Los espectadores observaban fascinados el espectáculo y se movían como un río alrededor de los vitrales. Si alguna escena les gustaba, se tomaban un segundo para apreciarla; como obras de arte eróticas que realmente cobraban vida.
Entre más atención ponía a la diversidad y posiciones que hacían dentro de aquellos cristales, menos tenía ganas de estar en ese lugar. Pero San acortó la distancia de su agarre entre la cadena y mi collar, y me observó amenazadoramente.
No dijo nada, pero entendí que era la última advertencia que recibiría. Al final tuve que seguirlo, y como ya me lo temía, tenía un vitral listo para nosotros.
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Las cápsulas eran insonoras pero claustrofóbicas. A pesar de lo que pensé al principio, no olían mal y estaban realmente limpias. Al parecer cada de que una pareja, trio o lo que fuera, terminaba, la capsula tenía un mecanismo para limpiarse y eliminar cualquier rastro de feromonas que pudiera quedar.
La persona encargada de esas cosas cerró con seguro y entonces me di cuenta de lo reducido que era el espacio. Tuve la certeza de que San la había elegido justo por eso. Podíamos estar de pie, o arrodillados, pero no acostarnos. Lo que significaba que no había lugar o modo de escondernos. La única forma de coger era forzosamente dando un espectáculo al público.
Cundo vi a las personas del exterior me replegué e intenté retroceder lo más que puede, pero mi espalda golpeó con el pecho de San. Volteé para observarlo. Estaba asechándome, acorralándome.
Sentí su cálida respiración sobre mi mejilla, a través de la rejilla del bozal. Su miembro estaba duro y sus feromonas comenzaron a concentrarse en aquel lugar. Me tomó de la cadera y me atrajo hasta él para comenzar a frotarse en mi. Como pude di la vuelta para quedar totalmente frente a él, coloqué mis manos a cada lado de su rostro y lo observé por unos instantes con algo de tristeza.
-Por favor, no hagas esto -le pedí.
No pude evitar que mi subconsciente me dijera que esto era su verdadero ser, y no aquella persona con la que había compartido tiernos momentos durante las últimas semanas. Me jaló el cabello para dejar expuesto mi cuello a pesar del collar. Arqué la espalda y pude ver un poco de las personas del exterior, comenzando a revolotear alrededor de nosotros como abejas sobre la miel.
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La Casa De La Mafia: SANSANG
FanfictionSansang. Omegaverse. Kang Yeosang era conocido como Dóberman, un beta de los suburbios más peligrosos de toda la ciudad, dedicado a la trata de la raza más pura de la sociedad, los omegas. No recordaba cómo había llegado a ese negocio, ni tampoco c...