NUEVE

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『9』 ➳ bienvenido al último espectáculo

Me separé de mi mejor amiga y caminé hasta Daniela, al estar cerca me abracé a ella con fuerza, como si quisiera cambiar todo. Cómo si quisiera mantenerla siempre cerca mío, como si fuera a perderla luego se esto.

El sonido de mi móvil nos hizo separarnos, así que le sonreí antes de dejar un beso casto sobre sus labios; luego de eso, tomé su mano y la lleve a sentar al lado contrario de Manuela. Entonces, las posiciones en la mesa quedaron así: del lado derecho estaban Manuela, Juli y Abi, mientras que del lado izquierdo estaban Daniela, Laura y Luis.

—¿Les parece si pedimos la entrada?— comenté y ellos asintieron, levanté la mano para llamar a un mesero y luego de ordenar, tomé mi móvil para ver la notificación.

Gmail.
1 nuevo mensaje en la bandeja de entrada.

Suspiré, miré a todos en la mesa y luego entré a la notificación.

¡feliz aniversario!

*****@gmail.com
Sweet Coffee & Art.

Supongo que si estás en la cena, significa que no leíste o miraste nada del correo anterior. Significa también que no miraste las imágenes del primer correo. ¿Por qué te cuesta tanto?

Podemos adelantar un poco las cosas, así que... Luego de la cena, dirígete a la casa de tu mejor amiga, ahí esta la respuesta. O si quieres un adelanto, aquí se encuentra:

[Imagen]

Sentí mi garganta arder, pero aún así lo ignoré. Bloqueé el teléfono y luego le sonreí a Laura, quién me miraba con curiosidad. Tomé la mano de Daniela por sobre la mesa para que la enlazara con la mía, y así lo hizo.

Manuela nos miró y sonrió mientras acomodaba su cabello negro hacia el costado derecho. —¡Uy, Manu! Los mosquitos están duros estos días, ¿no?— Juliana bromeó haciendo que Manuela riera.

—¿Qué te diré? A mi mosquito le gusta mucho marcarme.

—¡Oh, por Dios! ¿Ya sales con alguien más?— Laura preguntó con sorpresa. Manuela asintió. —Pensé que luego de la loca de tu ex ya no querías nada con el amor.— recordó.

—Lo siento, vuelvo en un minuto.— me levanté de la silla y solté la mano de Calle para tomar mi móvil e ir al baño.

Al entrar revisé cada uno de los cubículos para asegurarme de que estaban solos. —Okay, la curiosidad mató al gato, pero al menos el gato murió sabiendo la verdad.— me dije en un intento de darme valentía.

Desbloqueé el teléfono y luego fui a la papelera para revisar los dos correos que habían llegado ayer, no quise volver a leer, así que fui directamente a las imágenes.

La primera decía:

Si estás leyendo esto, es porque obviamente desconfías de ella. ¿cuánto daño te ha causado para desconfiar? ¿cuánto daño hace falta que te haga para dejarla?

Suspiré de alivio. Esto era una estupidez.

—Una verdadera estupidez.— hablé y luego salí del baño, por lo menos debía disfrutar este momento.

La charla y la cena fluyó con mucha comodidad; los nervios se estaban apoderando de mí cuando noté que cada vez faltaba menos. Pero como todo, y como siempre, los planes cambiaron cuando Manuela hizo una mueca y llevó su diestra a la cabeza.

—¿Qué pasa?— Daniela fue la primera en reaccionar.

—Está doliendo más que hace rato.— le respondió, toda la mesa se quedó en silencio esperando algo más. —Fue un gusto acompañarlas, pero creo que me retiraré ya.— Manuela comenzó a guardar un par de cosas en su bolso y lo colgó en su hombro.

Reckless (Calle y Poché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora