Reckless (Calle y Poché)

DOS

『2』 ➳ a tu ladito

El regreso a casa fue tranquilo, aunque más bien me quedé dormida apenas Daniela se unió al poco tráfico que había a las cinco de la mañana. Al llegar al edificio fingí dormir para que Daniela me llevara hasta nuestro departamento, y así lo hizo.

Cuando por fin abrí los ojos el reloj marcaba las 08:28 de la mañana. Hice berrinche en la cama antes de tomar mi móvil para revisar la bandeja de mensajes. Había dos de Daniela:
"No quise despertarte, no me esperes para la cena."
"Pero prepara una pequeña maleta, tu y yo nos vamos a la playa el domingo al amanecer".

Sonreí antes de levantarme y caminar nuevamente al baño, estando dentro, recordé lo que estaba haciendo anoche antes de la llegada de Juliana. Lo pensé por unos segundos, podría sacar la prueba de embarazo del cesto de basura o hacer una nueva prueba. ¿En realidad quería saber la respuesta? Apenas tenía ocho días de retraso.

—¿Qué debo hacer?— me miré en el espejo antes de sacar nuevamente una prueba de embarazo. Había cuatro cajas más, siempre había cajas porque cada vez que tenía la sensación de que "podía haber algo ahí dentro" me hacía una prueba.

Diez minutos fueron suficientes para que yo pudiera ver el resultado. Embarazada. 2-3

Sentí que mi energía subió de un segundo a otro. No podía ser cierto, no ahora. Es decir, ¿era una buena noticia, no? ¿Era real?

—¿Debería de llamar a Calle?— me miré en el espejo antes de negar. —Mejor llamaré a la doctora. Sí, esa es la mejor decisión.

Fui por el móvil a la mesita de noche y me paré frente al espejo, me coloqué de lado y levanté mi blusa; mi vientre estaba plano y levemente marcado por el poco ejercicio que hacía. Abrí la cámara y me tomé una fotografía; luego marqué el número de la ginecóloga que me atendía.

Uno. Dos. Tres. Y luego me atendieron. —Buenos días, habla con la asistente de la doctora Norton, especialista en ginecología y obstetricia. ¿Quién habla?

—María José Garzón, soy paciente del procedimiento de inseminación por el método ROPA.— me identifiqué y pude escuchar como la mujer tecleaba.

—María José, un gusto. Ya la recuerdo. ¿Ha tenido algún avance o algún problema que quiera notificar?

—Sí. Yo... Hace unos minutos me realicé una prueba de embarazo, tengo ocho días de retraso y... Y la última vez que eso sucedió, la prueba salió positiva y yo...— me quedé en silencio.

—Entiendo, estoy mirando su expediente. ¿El resultado de esta prueba fue positivo?

—Sí. Así es. Dice 2-3 semanas.— le conté.

—Bien, María José. Tenemos un espacio en la agenda de la ginecóloga a las cuatro y media de la tarde. ¿Tiene algún problema para venir a esa hora?

—No. No, a esa hora estaré.

—Perfecto. Mire, le recomiendo no someterse a situaciones de estrés, cargar cosas pesadas o tener malos ratos. Su historial nos indica que puede tener un desprendimiento durante las primeras nueve semanas, así que... Trate de llevar su día sin preocupaciones y solamente no hacer esfuerzos, ¿está bien?

—Sí. Está bien.

—¿Hay algo más en lo que pueda ayudarle?

—No.

—Perfecto, nos vemos a las cuatro y media en la clínica, si tiene algún inconveniente no dude en llamar yo tomaré su llamada.

—Muchas gracias.