VEINTISIETE

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Y si les digo que ya casi llegamos al final...
Aquí el otro porque llegaron a 40 estrellitas.

『27』 ➳ no he podido olvidar aquellos ojos soñadores que yo amé

Punto de vista de Daniela Calle.

Olvidar era el paso más difícil de una relación terminada.


Si soy sincera, durante algunos meses intenté conquistar a Poché, pero no funcionó; al contrario, me di cuenta que mis absurdos coqueteos le hacían daño.

Así que, el sólo pensar que le hacía daño, me hacía daño también. Y no quería eso ni para ella ni para mí. Al contrario, quería que estuviéramos en paz por el bienestar de nuestra hija.

Igualmente, había momentos en los que me perdía en aquellos ojos soñadores, sus ojos con tonalidades olivos de vez en cuando se centraban tanto en otra cosa que no se daba cuenta que también era admirada, justo como esas obras de arte que ella y sus clientes hacían.
Me gustaba verla feliz, justo como ahora.

—Deja de mirarme.— dijo con seriedad, giré mi rostro y me encontré con una Aura de ocho meses jugando con el césped que estaba en la orilla de la manta.

Era febrero, domingo 14 para ser exactas. Y aunque tenía una cita en la noche, decidí que quería pasar tiempo con la mamá de mi hija y mi hija. Habíamos dejado que Aura eligiera el plan (con tarjetas de imágenes que Poché había hecho para ella), así que terminamos sentadas bajo un árbol en nuestro parque favorito.

Eran las diez de la mañana, así que había muchas personas ejercitándose, Aura llevaba un vestido rosado con corazones rojos, su abrigo rojo, unas medias rosa claro y sus zapatitos del mismo tono que el abrigo. En su cabello había un par de moñitos que sostenían el poco cabello que tenía.

Mi...— balbuceó llamando la atención de Poché.

—¿Qué sucede, amor?— Poché dejó de lado su lienzo y centró su atención en Aura.

La niña extendió sus manos y empezó a cerrarlas y abrirlas, Poché rió antes de acercarse lo suficiente para dejar su cabeza cerca de Aura, la pequeña comenzó a jugar con su cabello, sus mejillas y sus orejas. Aura reía junto a su madre debido a las cosquillas que sus deditos podían causar.

...— Aura extendió su mano hacia mí y la tomé, ella la llevó hasta el cabello de Poché. —Mi, sshh...— y entendí lo que decía.

Me acerqué más a Poché y tomé su cabeza para que la colocara en mis piernas, ella sonrió un poco apenada y luego miró a Aura. Comencé a mover mis dedos en su cabello, dejando caricias con parsimonia mientras nuestra hija seguía jugando con su rostro.

Poché terminó dormida a los diez minutos, Aura la dejó tranquila y luego me miró. —... Sshh.— llevó su dedito a sus labios y yo asentí.

❀   ❀   ❀

Regresar al departamento era divertido, pues Aura amaba balbucear mientras miraba todo a su alrededor. Yo cargaba a la niña junto a su maleta y Poché llevaba la canasta que llevamos al parque y su mochila con las cosas que necesitaba para pintar.

—¿A qué hora tienes tu cena?— Poché preguntó luego de que dejamos a Aura en el piso acolchado de su habitación, estaba acostada bebiendo su leche mientras veía la caricatura que se transmitía en el techo gracias al proyector que había en su habitación.

—A las siete, ¿necesitas algo?— pregunté y ella asintió.

—¿Puedes venir a las seis por Aura y por mí? Iremos donde Karen, su empresa tiene un evento por el San Valentín, así que me invitó.— ella me explicó, y antes de que yo pudiera preguntar ella agregó: —Me llevaría el auto, pero sabes que no me gusta conducir de noche, así que con Karen vendremos al departamento y dormiremos aquí.

Reckless (Calle y Poché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora