Capítulo 12: Encuentros

275 22 0
                                    

— Ya se hablan con normalidad aunque pelean mucho... Creo que todo está bien ahora. — Escucho a  Koganei murmurar con los compañeros de Seirin.

Ninguno de ellos sabía que no solo nos hablábamos como si nada hubiera pasado, sino que también ahora éramos más cercanos... No sabían que acepté salir con Kagami-kun. Todavía no encontrábamos el momento adecuado para contarles, simplemente era difícil buscar un lugar entre el cansancio después del entrenamiento o antes de despedirnos al terminar las clases; sin embargo, habíamos decidido que lo sabrían.

Mis pies se mueven correteando al más alto con Nigou en brazos.

— Vamos, Kagami-kun, es solo un perrito. No puede ser que le tengas tanto miedo, mira esos ojitos, jamás te harían daño. — Veo su piel crisparse y su cuerpo se cubre, defendiéndose por total inercia.

— ¡Aleja esa cosa de mí, Kuroko! —

Durante los entrenamientos solíamos pelearnos casi con regularidad. Por alguna razón me gustaba hacerlo enojar, me sentía atraído incluso en esa faceta suya: Hombros tensos, ceño fruncido y sus ojos iluminados con una pizca de furia.

Solo era cuestión de minutos para que la entrenadora nos separara y comenzáramos a hacer los ejercicios previamente establecidos de la semana.

Había escuchado un rumor por parte de Koganei-kun acerca de un nuevo plan para mejorar nuestras habilidades durante las vacaciones de verano. Estaba intrigado, los desafíos me emocionaban aunque ello significara una gran demanda de energía, realmente quería mejorar antes de volver a enfrentarme contra la generación de milagros. En realidad, ninguno de Seirin quería volver a experimentar una derrota abrumadora como la anterior.

— Toma, casi lo olvidas. — Extiende un pequeño libro cuya carátula es beige con simples trazos del título. Se trataba de otra novela romántica que había comenzado a leer hace un par de días. Disfrutaba de esas historias en mis tiempos libres.

— Gracias, Kagami-kun. — Tomo y guardo el libro dentro de mi maleta. Pero vuelvo a mirarlo, no pasando por alto la ligera incomodidad que veo en su persona. — ¿Seguro que quieres venir? —

— Sí, solo estoy pensando... — Me invita a salir del salón primero, solo entonces le creo. Él no haría nada que lo hiciera sentir comprometido, no era su estilo.

Usualmente yo era una persona que tardaba en guardar sus cosas en la mochila, así que casi siempre era el último en salir del salón hasta que Kagami empezó a quedarse para esperarme, se había vuelto una rutina.

Sonreí mientras lo miraba de reojo. Algunos lo creían muy intimidante a simple vista, pero no era más que un chico tranquilo cuyo rostro sereno se asemejaba a uno molesto. Kagami era un chico que poseía cualidades y virtudes bondadosas.

Kise-kun me había mandado un mensaje de texto esta mañana pidiendo salir de compras a un centro comercial cercano a su instituto, y Kagami había insistido en acompañarnos después que le contara el plan.

— ¿Quieres una malteada, Kuroko? — Aunque sus intenciones eran lindas yo sabía que existía otra razón para que el pelirrojo nos hiciera parar en un Mcdonald's. Seguramente moría de hambre.

Sonreí, asintiendo despacio y tomando su mano para correr al establecimiento cercano.

Desde que conocí a Kagami, mas cuando se trataba de asistir a algún lugar, llegar impuntual se volvió rutinario.

En la lejanía podía ver una melena rubia moverse impaciente mirando en varias direcciones, aunque no me sorprendía. Llevábamos como veinte minutos atrasados y la pila del móvil se gastó, no tuve cómo avisarle del retraso.

Memories ; AoKuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora