Caminé sin rumbo alguno sopesando lo que acababa de hacer. El ojo derecho experimentaba un ataque de ansiedad y mis piernas continuaban moviéndose solas bajo la tormenta.A veces no sabía con exactitud lo que sentía, me consumía un terrible mar de emociones las cuales pasaba por alto la mayor parte del tiempo.
¿Qué es amar y ser amado?
Parpadeo asombrado cuando las luces de un auto me advierten de lo cerca que estuve de ir hacia el otro mundo, la bocina del claxon hace mella en mi cabeza y caigo hecho bola sobre la acera cubriendo mis oídos de los fuertes ruidos de mi propia mente.
Mi pecho se oprimía a gran velocidad, tanta, que el aire con trabajo llegaba a mis pulmones y pensaba que en cualquier momento podría desfallecer sobre la carretera húmeda en plena oscuridad. Espera... ¿Oscuridad?
Tetsu.
Tetsu, maldita sea. Había derrochado toda mi rabia contra su frágil persona y lo había abandonado en el césped frente al río.
¿Qué hora sería?
¿Por qué había sido tan despiadado con él?
Corro tan rápido como las piernas me lo permiten, esquivo cualquier obstáculo que se interponga en el camino dando saltos torpes y tardo quizá unos cuarenta minutos en llegar al destino aún si apresuro el ritmo; mis piernas se adormecen del cansancio.
Con cada paso verifico que había caminado durante horas sin darme cuenta, sin un rumbo fijo. La lluvia había cesado hacía tres horas atrás, mi ropa solo estaba húmeda y casi aparecía el primer destello de luz de un nuevo día en Tokio.
Caigo sobre mis rodillas dónde yace un círculo de plantas totalmente aplastadas las cuales simulaban una cama en medio de la... nada. Hay rastros de solo un par de huellas que trazan un camino irregular que desaparecen al llegar en la carretera.
— Tetsu... — Entierro las manos en el mismo sitio donde él estuvo anteriormente postrado, con el corazón a punto de morir de tristeza, o al menos así se sentía.
Soy un completo idiota. Mismo idiota que acababa de perder a la única persona que le hacía sentido a su vida, pero que aún no sabía cuánto significaba para él hasta que ya no estuvo más a su lado.
Un mal día en la memoria de una persona podría fácilmente olvidarse por completo y estaba seguro de que yo no olvidaría este momento.
Un mal día en la que una persona fuera incapaz de contener sus emociones y dejarlas salir de la manera correcta costarían amistades, confianza, amor. Pero, ¿Acaso hay una manera correcta de librarse del sentir humano? ¿Existe un manual para despojarse de todo aquello que duele?
No, quizás solo estoy tratando de justificar mi incompetencia.
¿Me perdonaría si se lo pidiese? ¿Volveríamos a ser como antes?
El poder de mis palabras pesaba en su alma, y también en la mía. ¿Cómo remediar algo que no se puede?
Por la mañana mis padres me habían informado que se irían a otro viaje de negocios impuesta por su respectivo trabajo. Esta vez sería poco más de un mes en su completa ausencia, aunque eso ya era una costumbre para mí. Es como si viviera solo, como un huérfano que se sostenía por la pensión de sus difuntos padres. A veces pensaba en si habría alguna diferencia en que ellos murieran o siguieran conmigo.
A la edad de once años comenzaron a limitarme el dinero para evitar que lo utilizara con fines fuera de lo común, es decir, para drogas, alcohol o necesidades de "hombre". Desde entonces empecé a ahorrar el dinero que me sobraba de la mesada sin que ellos supieran; de esa manera sabía que tenía un seguro conmigo para cualquier situación de emergencia.
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Memories ; AoKuro
Fanfiction- El único que puede vencerme, soy yo mismo. - Kuroko Tetsuya ha intentado olvidar su pasado y continuar adelante en la preparatoria Seirin, sin embargo, cuando su antigua luz vuelve en un encuentro inesperado, revive la historia que los unió durant...