Memories ; AoKuro

Capítulo 20: Festival de luces

Vivo soñando con estar en el pódium, sonriente, la medalla en mi cuello agitándose y las voces de mis compañeros en un bonito eco de risas felices.

Otro día más que me tumbo alegre contra la silla de madera y divago mirando hacia la ventana. La nieve cae y el suave e irritante sonido del reloj continúa marcando lo que pareciera venir a pasos agigantados el final del primer año en Seirin.

— El examen estuvo del asco. — Se queja el pelirrojo mientras recarga su cabeza sobre el escritorio. Por inercia estiro el brazo para acariciar sus cabellos.

— No estuvo tan mal, este fue el último, Kagami-kun. —

— Siento que últimamente estás de muy buen humor. —

— ¿Tú crees? — Asiente rápidamente regalándome una enorme sonrisa. — ¿Es posible que el invierno me ponga más sensible? —

— ¿Cómo saberlo? —

La puerta corrediza es tocada tres veces anunciando la llegada del maestro Toriyama, siempre con su porte serio y su peinado perfectamente hacia atrás. Toma asiento y se dispone a explicar que nos daría el resultado de sus exámenes uno por uno, así que debíamos esperar pacientemente a su llamado.

Cuando llega mi turno el profesor me felicita por al menos haber sido el puntaje más alto al resto de mis compañeros, la mayoría tomaba aquella clase como una de las más aburridas debido a que involucraba literatura japonesa como parte de: Clásicos japoneses.
Luego de mí llaman a Kagami-kun y lo espero afuera del salón, sintiéndome relajado de que la mayoría de las materias las tenía ya aprobadas.

La puerta es deslizada por mi novio, rasca sus cabellos y se coloca a mi lado, pensativo.

— ¿Te encargó leer más libros de nuevo? —

— No... No aprobé el examen, creo que no podré ir contigo a la feria de invierno, perdón. —

— ¿De qué estás hablando? Por supuesto que tu examen es más importante que cualquier cosa. Te ayudaré a estudiar hasta entonces. —

Como prometí estuvimos tres días estudiando del mediodía hasta la noche, al menos lo más básico o aquello que se le complicaba. Para mí no representaba ningún problema repetir el mismo concepto las veces que fuera necesario para que él entendiera, además, pasábamos tiempo juntos y de esa manera se sentía más reconfortante, había una buena excusa para vernos en las vacaciones.

No sé si era muy mala suerte, pero Kagami presentaba justo el mismo día que habíamos escogido para ir a la feria de invierno, y justo a la misma hora.

— No tienes que faltar por mí, son tus amigos. — Dice guardando los lápices y sus apuntes a un lado de su escritorio.

— Es que no se siente justo ir sin ti, Kagami-kun. —

— Ve a divertirte, me ayudaste demasiado en estos días. Además no es siempre, ¿no? —

— Está bien, pero al terminar vendré a verte. —

— Prometido. — Y en un acto rápido, me robó un beso.

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