Capítulo 26: Ahora o nunca

138 7 2
                                    


— Aomine-kun... —

— Ah, ¿sí? —

— Por favor, ¡acepta mis más sinceros sentimientos! —

— No, lo siento. Ya estoy interesado en alguien más. —

Mi corazón latía fuertemente detrás de la columna beige que me protegía de haber sido un tercero mediante una penosa declaración de amor. Todavía no daba credulidad a lo que mis ojos vieron y escucharon; en realidad me dirigía a buscar a Aomine para darle un anuncio que la entrenadora me encargó pero justo antes de llegar al salón ya vacío, Hiromi, la chica de la carta, lo había llamado.

— Tetsu. —

La mención de mi nombre me hizo saltar de mi lugar, ¿cómo pudo haberme visto cuando me escondí tan rápido? No había movido ni un solo músculo desde entonces, hasta ahora tomé una bocanada de aire porque también me olvidé de respirar.

— A-aomine-kun, venía a decirte un mensaje de la entrenadora. — Asomé la mitad del cuerpo tras la columna mientras soltaba una risita nerviosa. La chica se sonrojó al verme ahí también y de inmediato se disculpó y marchó del salón de clases. Ella estaba huyendo.

— Soy todo oídos. — Exclamó sentándose abruptamente en una silla.

— Bueno, para ser sincero, Akashi-kun me envió un mensaje de texto antes... Tendremos un partido de práctica con los chicos este fin de semana. Se hará aquí en Seirin, ya pidieron el gimnasio prestado. —

— Me preguntaba porqué había algo de demora en ello, supongo que son por sus horarios. Hmm... Oye, Tetsu. —

— Dime, Aomine-kun. —

— Hace tiempo que no entrenamos juntos. ¿Te parece si jugamos como solíamos hacer? —

— Por supuesto que sí. — Sonreí, con mi corazón latiendo frenético de la felicidad.

Tan pronto salimos de la preparatoria nos dirigimos al parque donde entrenamos la última vez, cuando le pedí ayuda al moreno para mejorar mi tiro.
Apenas la tarde cae sobre la ciudad y no hace tanto frío, pero no me atrevería a quitarme la sudadera, sinceramente. Estiro los brazos hasta que los escucho tronar y aquella acción me saca un suspiro aliviado.

— ¿Por qué te escondiste hace un momento? — El tono curioso de su voz y la repentina culpabilidad me invade, enseguida lo miro también estirarse y retirar su saco para quedarse solo con su camisa blanca ahora arremangada.

Juro que mi corazón se detuvo unos instantes.

— ¿Cómo que porqué? ¿No es obvio? La chica se te estaba declarando, no es correcto interrumpir algo así. De todas maneras salió despavorida... — Susurré lo último a la par que sujetaba el balón, rebotándolo vacilante en un intento de calentamiento.

— No sabía cómo rechazarla sin herirla demasiado. Mi sinceridad me hacía decirle un "no" sin tacto. — Levantó la mano indicando que le pasara el balón y así lo hice.

— Me alivió escuchar tu respuesta. —

— ¿De verdad? — Diablos, había hablado en voz alta. Él me sonrió y yo correspondí.

— ¿Te lanzo mis mejores pases? —

— Sí. —

Aomine no dudó en lanzar el balón con fuerza hacia mí y sin preocuparse por mirar si lo había recibido corrió hasta el extremo de la canasta, de inmediato golpeé el cuero logrando lanzar el balón lo suficientemente rápido para alcanzar su ritmo y permitirle que hiciera una clavada donde se quedó colgado del aro unos segundos.
Él sonrió y yo también. Aún teníamos química juntos; cada paso que dábamos sabíamos a dónde se dirigía cada uno y cuando era el momento oportuno para aprovechar a movernos, ir por un pase o distraer al adversario. En los entrenamientos regulares generalmente nos encontrábamos sincronizados aunque todavía no nos habían puesto a jugar como dupla por mucho tiempo. La entrenadora quería que Aomine se acoplara primero a los demás integrantes de Seirin porque conmigo, según ella, ya estábamos más que listos.

Memories ; AoKuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora