Capítulo 10: Te debo un favor

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Fue extraño, pero me sentí un poco frustrado al alejarme de los brazos de Kagami-kun.

— Te veré luego, Kuroko. — Estaba sorprendido tanto o más que yo, pero no utilizó esa excusa para quedarse apoyar si en algún momento lo necesitábamos. El azabache solo quería mi presencia sin haberlo pronunciado a viva voz, claramente Kagami no tenía el tacto necesario para situaciones como ésta.

Takao-kun no destaca por ser un chico irritante, engreído o cualquier actitud que se le asemeje; él siempre es honesto, le encantan los retos, vive con una gran sonrisa en el rostro y su comportamiento es atractivo hacia cualquier persona del planeta. Así que el motivo de su visita hecha un desastre a pleno atardecer en Seirin lograba construir un nudo en mi estómago.

Avanzando lejos del gimnasio mastrujo mis ojos eliminando cualquier evidencia que pudiera probar estuve a punto de llorar en ese momento dónde mi neutralidad se quebró con las memorias de un pasado doloroso.
En silencio había invitado a Takao-kun a caminar hasta un lugar más tranquilo para charlar, porque se sabía de antemano, sería una conversación larga e íntima.

Hay un sitio en la preparatoria que es alejado y el campo generalmente está vacío a esta hora ya que la mayoría de los estudiantes se han ido y los chicos de fútbol no entrenan los martes.

Soy el primero en tomar asiento bajo el gran árbol de cerezo; mi corazón se estruja porque no encuentro el rastro de la persona juguetona y divertida que se la pasa haciendo algunas bromas o comentarios ingeniosos.
La persona en su lugar no deja de hipar por breves momentos, su cuerpo tiembla al descender su temperatura corporal en un día templado. Su uniforme luce bastante arrugado y está manchado por un líquido oscuro que no logro descifrar.

Este no eres tú, ¿cierto?

— ¿Qué sucedió, Takao-kun? — Preocupado, llevo la mano frotando calmo su espalda en un intento de darle el mejor consuelo que puedo ofrecerle ahora.

Como también estoy sensible, siento el incómodo nudo en mi garganta pero no dejo ninguna lágrima escapar porque quiero ser la figura fuerte que lo proteja y pueda ser su refugio en este momento. Sin rencores del pasado, incluso ignorando su confesión de odio durante nuestro enfrentamiento en un juego de básquet.

— Sucedió algo terrible, Kuroko... — Sorbe la nariz y me acerco al cuerpo hecho bolita todavía más preocupado intentando que sus palabras no se me dificulten de entender debido a sus sollozos, y también para generar un ambiente en dónde solo él y yo estuviéramos en complicidad.

— Te escucho, Takao-kun. — Susurré.

— Me he enamorado. — Y mientras confesaba, me pareció tierno ver sus mejillas rojas de la vergüenza a pesar de que sus lágrimas no dejaban de caer; su intento de sonreír observando un vacío que tal vez su mente llenaba con recuerdos de esa persona justo ahora.

Sin dejar de frotar su espaldita, sonreí levemente.

— Durante el entrenamiento de hoy el altavoz del celular de Shin-chan se activó justo después de que los mayores se retiraran del gimnasio. Oha Asa dijo: "Cáncer, hoy alguien te confesará su amor. Tienes una compatibilidad maravillosa con Acuario, pero aléjate de los Escorpio, no aportan a tu buena suerte." — Necesité de unos momentos para procesar la información obtenida. Casi no creo en el zodiaco, así que ubicarme en la conversación me toma unos breves segundos antes de mirarlo sorprendido. — Kuroko... ¿Shin-chan no está enamorado de ti ni tú de él, verdad? — Sus ojos atraparon a los míos. Desesperación, tristeza, molestia, todo eso reflejaba su mirada.

Para Midorima-kun Oha Asa nunca se equivocaba, era fiel como si estuviera casada con ella y sus predicciones en base a nuestros días de nacimiento.
Por un instante me vi claramente identificado cuando en busca de una respuesta sincera e inmediata casi supliqué a Kise-kun que me dijera, no salía con Aomine-kun.

Memories ; AoKuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora