Capítulo 18: Sentimientos de una luz

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Yo, 9:43 am.

⟨⟨ ¿Estás disponible hoy? ⟩⟩

Tatsuya

⟨⟨ Sí. ¿Nos vemos en media hora? ⟩⟩



Las palabras de Kuroko resonaban como eco desde anoche cuando me devolvió el anillo. Incluso durante el desayuno Alex me había preguntado a qué se debía mi regreso después de haber terminado la partida contra Yosen. Sin embargo, ella conocía muy bien la respuesta; sugirió entonces que actuara de una vez antes de que el azabache se marchara de Tokio.

Estoy un poco nervioso, las manos me tiemblan ligeramente y aún no he formulado las oraciones correctas para expresar todo lo que quiero decirle. Mientras tanto, trato de mantener a raya los sentimientos asfixiantes que me inundan en lo que juego con la cadena y el collar nuevamente colgado en mi cuello.

De pronto, alguien toma asiento a mi lado y me sobresalto, encontrando a Tatsuya con una sonrisa en su rostro.

— Lo siento, demoré unos minutos más en llegar hasta aquí. Aún no me acostumbro a Tokio. —Ríe apenado. — ¿Querías hablar sobre algo, Taiga? — Ruedo los ojos sabiendo que era algo obvio del porqué lo había citado antes de que se fuera.  Quería aclarar este problema porque no me estaba quedando tranquilo con simplemente haber ganado nuestra partida y haber cumplido la promesa absurda de dejar de llamarnos "hermanos".

— Es verdad, supongo que digo tonterías porque estoy algo nervioso. — Continúa y ahora yo le devuelvo la sonrisa para darle tranquilidad.

— Descuida, Tatsuya. — Tomo unos breves segundos en silencio antes de seguir hablando. — No quiero que dejemos de ser hermanos solo porque somos rivales en la cancha. Ese deporte fue algo en lo que me apoyé para lograr conseguir amigos y generar confianza en mí cuando llegué a un país totalmente nuevo para mí. Me enseñaste algo que amo con toda el alma hasta el día de hoy. Ambos somos fuertes pero no quiero que nos distanciemos más, Tatsuya. —

— Te comprendo, siendo sincero, tampoco quiero romper lazos contigo. — Sinceró. — Seamos hermanos, y la próxima vez que juguemos no te contengas, Taiga. Eres un rival digno y muy fuerte. Sabes que me gustan los oponentes prodigiosos. —

— ¡Qué alivio escuchar eso! —

— Alex me dijo que estás saliendo con Kuroko, el ex compañero de Atsuchi. — Caigo con gran sorpresa, mi sonrisa se borra y no logro comprender a qué viene ese comentario tan abrupto que dirigió totalmente la conversación a otro rumbo.

— Sí, llevamos algo de tiempo juntos... ¿Tatsuya? — Murmuro cuando observo sus manos hacerse puños, él aparta la mirada y sonríe nostálgico. Por un momento mi instinto me indica que algo andaba mal, así que me pongo en alerta.

— Bueno, creo que ahora no vale la pena hablar de eso. Estoy satisfecho de que sigamos siendo hermanos, Taiga. —

Soy yo quien lo toma del dorso de la mano y detiene que se vaya, pues en un abrir y cerrar de ojos el pelinegro ya estaba a dos pasos de distancia de la banca dónde momentos antes estaba sentado. Es un movimiento casi involuntario, pero era justo ahora cuando estaba más que decidido. Señalo con la cabeza la banca y él entiende, entonces toma asiento nuevamente dejando su maleta en el piso.

— Kuroko me hizo entender un par de cosas. Me di cuenta que esos sentimientos que desarrollé cuando estábamos en LA eran distintos a una hermandad, Tatsuya. Me enamoré de ti sin darme cuenta, y cuando lo hice, tampoco quise decirlo ni arriesgarme, no me sentía seguro. —

Memories ; AoKuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora