Buenas noticias.

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Prendí todas las luces y saqué los expedientes del cajón. Ya no tardaba en aparecer la luz del día y estaba ansiosa por qué llegara Julie. No era muy temprano y el edificio era un completo caos considerando que faltaban cinco escasos minutos para las ocho.

Suspiré una vez más y me perdí. Me quedé viendo un punto fijo. Hacía tan solo dos semanas después de nuestro viaje a París y Maxwell me había hablado tan sólo para ver los avances. Me dolía pero sabía que era obligatorio continuar, aunque no puedo negar que en ocasiones cuando el insomnio me ganaba, a oscuras, yo sola, me ponía a pensar en las posibles fallas que había tenido, tal vez dije algo, o hice algo que simplemente no estuvo bien.

Tocaron a mi puerta y parpadeé repetidas veces .

- Adelante- me aclaré la garganta. Era Bloom.

- Thompson, necesito que vengas a la sala de juntas- apenas asomó la cabeza y su respiración estaba agitada.

- ¿Pasa algo?- me paré apresurada y caminé junto a él.

Bloom negó levemente mientras apresuraba el paso a mi lado y conducía entre los pasillos.

- Sólo tenemos algunos problemas con varios casos.

Abrí la puerta de la sala de juntas, ahí estaban los especialistas de mi dirección que posaron su mirada en mí en cuanto di un paso dentro del salón. Los nervios me invadieron debido a la repentina muestra de interés y aclaré mi garganta por segunda vez en el día.

- Buenos días a todos- se escucharon los saludos por separado, llenando la sala y escabulléndose de un lado a otro.

- Thompson, he terminado de leer los expedientes, elaboré mis diagnósticos, he entrevistado ya a todos mis sospechosos y no hay rastros del culpable- Amy tenía el ceño fruncido y se notaba a leguas cómo mordía el interior de su mejilla con fuerza.

Enarqué una ceja y me dirigí hacia ella. El sonido del tacón de mis zapatos al chocar contra el suelo inundó la sala y la mirada de la mayoría seguía posada en mí. Bloom se quedó parado frente a la puerta metálica cerrada.

- ¿Los revisaste de nuevo?- ignoré los veinte ojos que me veían y pregunté.

- Más de cinco veces- fruncí el ceño y empecé a quebrarme la cabeza para saber que era lo que estaba pasando.

- Eso no es todo- el tono de su voz inundó el salón y volteé a ver a Michael- tenemos cuatro casos con el mismo fin- continuó.

- ¿Cómo?

- Si, hemos leído los expedientes más de una vez, elaboramos los diagnósticos las veces que fueron necesarias y ya se realizaron las entrevistas.

- En cuatro casos distintos- dije por lo bajo más para mí misma que para los presentes, de repente todo empezaba a conectarse.

- Así es- Michael me había escuchado.

- ¿Y cuales son sus conclusiones?- todos en la sala se quedaron callados, expectantes de lo que podría decir el otro- ¿Michael?- agachó la cabeza- ¿Allie?- negó suavemente- ¿Amy?- era mi ultima esperanza y apartó la mirada, respiré hondo y sonreí- chicos, siempre hemos hecho equipo con la dirección de autopsias ¿No es así?- asintieron- bien. Solicitaremos otro reporte, tenemos que investigar todas y cada una de las acciones que han determinado el comportamiento del criminal, otra vez. Si llegamos al mismo final, eso sólo puede significar una cosa- hice una pausa y seguí- estos cuatro casos presentes tienen un mismo culpable. Necesito que trabajen en equipo.

Recargué mis palmas en la mesa rodeada de personas frente a mí y los miré severa. Los ojos de Michael brillaban, era obvio que su trabajo lo emocionaba bastante.

Impredecible. (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora