Trato hecho.

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Estaba acostada boca arriba viendo al techo, mis pensamientos me consumían toda completa y no había manera de evitarlo.

Hace rato que habíamos llegado al hotel y desde que cerré la puerta de mi habitación no había podido dejar de pensar en lo que haría, es decir, parte de mi pasado se estaba diluyendo en mi presente y tenía la certeza de que tendría impacto en mi futuro. Tampoco había podido dejar de pensar ni un mísero segundo en la intensidad de sus ojos y la forma en la que me hicieron perderme en más de una ocasión mientras estábamos en el aeropuerto.

* ¿Qué importa ahora todo lo que pasó hace años? Este es tu presente. Es lo que siempre haz querido ¿lo dejarás ir? *

La voz en mi cabeza parecía escucharse aún a kilómetros de distancia. Me confundía, me revolvía el estómago y hacía que mi corazón diera un vuelco dentro del pecho. Cerré los ojos para tratar de despejarme y cuando lo hice, justo como si hubiera sido el día de ayer, se me vino un Flashback.

Flashback.
Me aferré a mi almohada y conté las palabras que había escrito en la hoja, conté las probables fallas que habría tenido y las razones por las que no había funcionado.

Mi cabeza no dejaba de formular oraciones que sólo lograban que me sintiera estúpida, vulnerable y totalmente perdida, como hace unos meses mientras veía al techo y suspiraba. ¿Quién iba a decirlo? que esta historia no era más que una estrella fugaz en el cielo, y esas letras, esos suspiros y mi luz, se quedarían estancados en algún lugar entre la distancia que se recorría del lugar en el que él estaba, al mío. 

- ¿Y cómo estás?- mi mejor amiga se sentó en la esquina de la cama y me sonrió.

Yo no era tonta, sabía que esa era una sonrisa floja, forzada, sabía que no le gustaba verme así y tal vez ella la estaba pasando mal, no podría decir que el dolor de las dos penetraba en la misma magnitud sin embargo tenía la certeza de que aún cuando sólo fuera una pizca, había tomado lugar en su sistema. Había estado pensando en los últimos días que las personas que me rodeaban y sabían lo que había sucedido sólo querían lo mejor para mí, incluso si eso significaba hacer bromas sin sentido y dejar de lado sus ocupaciones, pero mi razonamiento era: Si no les gustaba verme así entonces ¿por qué venían?

- ¿En serio tengo que contestar eso?- la miré de reojo y suspiré.

- Escucha, ya sé que no servirá de nada todo lo que yo te diga, pero un día tú misma me dijiste que nada dura para siempre- volteé a ella y luego al suelo.

- Lo sé, ya lo sé- mi voz apenas era audible- pero cuando alguien se va de tu vida, se lleva parte de ti- ella sólo me abrazó.

Después de un rato tuvo que retirarse porque ya era tarde así que la acompañé y despedí, cerré la puerta de la casa y volví a mi cuarto. Me cubrí con las cobijas y apagué todas las luces.
Y bueno, respecto a nuestra conversación, yo aún estaba tratando de encontrarme, porque él me había llevado toda completa.
Fin de Flashback.

Abrí los ojos y parpadeé frenéticamente por unos segundos mientras me recuperaba de la vuelta a la realidad, tomé una respiración honda, me senté al borde de la cama para finalmente levantarme y dirigirme hacia el mueble que había frente al baño.

No sabía si después de todo, iba a poder perdonarle que no hubiera estado ahí mientras yo caía lentamente por él, o en todo caso, no tenía la certeza de que yo me hubiera perdonado ya el fallarme de esa manera dejándome caer por él.

Impredecible. (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora