Dímelo.

75 9 0
                                    

Prendí la computadora y empecé a buscar los archivos de mi investigación. Desde el momento en el que salí del gimnasio en la madrugada no había podido dejar de pensar en nuestra conversación. ¿En serio él pensaba que nadie lo quería? ¿O al menos no de la manera en que yo lo hacía?

Estaba en el lobby, necesitaba despejarme, no dormir no me dejaba nada bueno. Me metí a la página de uno de los periódicos más famosos y bien elaborados que existían. Eso ayudaría bastante para saber cómo iba todo, estaba acostumbrada a verlo porque bueno, mi trabajo implica eso y muchas cosas más.

Todo iba bien hasta que vi una nota que captó mi atención, estaba el nombre de Niall en negritas y algunas fotos de él la noche anterior. Esto no podía ser nada bueno. Me fui directo a la página que marcaba la noticia y sí, ahí estaba, eran solo fotografías pero no cualquiera, eran fotografías demasiado comprometedoras y en ellas pude reconocer a una de las chicas que salió con él del club, bastante pasada de copas para mi gusto.

Sentí como un ligero regaliz rojo me inundaba las mejillas y algo extraño me quemaba por dentro. La sangre hervía dentro de las venas, haciéndome daño, quería drenarla de mi cuerpo porque el nivel de ardor que circulaba estaba lastimándome. El chico rudo tenía todo el derecho de golpear a Niall por lo que veía en la noticia del periódico. Mis ojos habían quedado impresionados por las letras, dificultando el apartarlos de la pantalla del portátil.

- Jane que bueno que te encuentro- Niall estaba agitado.

Cerré de golpe mi computadora, recobré el aliento tratando de respirar lentamente, asegurándome de que el regaliz ya se había evaporado de mis mejillas y le presté atención.

- ¿Pasa algo?

- Si, bueno, iré a un campo de golf y me preguntaba si querías ir conmigo.

- Si, bueno, es obvio, soy tu guardaespaldas Horan- me encogí de hombros restándole importancia.

Se agarró la nuca y un destello de confusión se adueñó de sus facciones. Guardé la computadora en la funda color verde que me pertenecía, me puse de pie y comencé a caminar hacia uno de los elevadores.

- ¿Pasa algo Jane?

- No, voy a cambiarme.

Caminé más aprisa, estaba enojada, demasiado. Las letras del articulo se habían quedado en mi cabeza y no había manera de sacarlas, la chica se había aprovechado del mal estado de Niall para ganar fama y él se había prestado a todo. No entendía exactamente qué era lo que estaba pasándome justo en ese momento, no estaba segura de que fuera decepción o tristeza, era más bien una especie de coraje combinado con angustia, no podía despegar la mirada del suelo ni evitar el sentirme como un chiquilla que ha perdido un juguete y no sabe cómo decirle a sus padres o qué hacer para recuperarlo.

***

Por fin llegamos al campo, no habíamos hablado nada en todo el camino. No quería hacerlo, no hacía falta hablarle. Estaba bastante enojada. Él paró el coche y puso los seguros.

Fruncí el ceño sin disimulo y volteé a verlo alarmada por sus acciones, él me miraba fijo y con atención. Los nervios comenzaron a escalarme las puntas de los pies y el corazón martillaba contra el pecho.

- ¿Jane pasa algo?

- No- mi voz inundó el espacio.

- ¿Segura? Haz estado más callada que de costumbre.

- ¿Por qué te importa tanto?- había explotado ya, es que simplemente no podía con todo.

Él me veía asombrado, al parecer le había robado las palabras. Se quedó estático por unos minutos y luego abrió los labios nuevamente.

Impredecible. (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora