CAPITULO 11

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"Elowin:"

Logramos calmar a Stella, y tras unas horas, entramos a nuestra aula. Ella me preguntó dónde estarían los chicos, pero no importaba. Tomamos asiento y el profesor comenzó a revisar los trabajos. Al finalizar la clase, las chicas y yo salimos para despedirnos.

—¡Cuídense mucho, niñas! Que tengan un feliz fin de semana, nos vemos pronto.

—¡Igualmente, nena! Cuídate mucho —respondió Elina.

—¡Hasta luego, linda! —se despidió Stella mientras subía a su auto.

Después, me dirigí a mi auto, donde ya me estaba esperando mi madre.

—¡Buenas tardes, mamá!

—¡Buenas, cariño! ¿Cómo estuvo tu día?

—Más o menos.

—¿Qué pasó? Te noto un poco decaída.

—Hoy Stella lloró por mi culpa.

—¿Por tu culpa? Explícame bien.

—Tuve una discusión con su novio.

—¡No me extraña!

—¡Mamá, por Dios!

—¿Por qué discutieron?

—Alguien me dijo que Asher hizo un comentario hiriente sobre mí, dijo que me vestía horrendo. ¿Puedes creerlo, mamá?

—Quien te haya dicho eso miente. Él nunca diría algo así sobre ti, es un chico muy respetuoso.

—Porque todos dicen lo mismo. Él lo dijo el primer día que llegué a la universidad y también mencionó que nunca se metería con alguien como yo, como si yo quisiera estar con alguien así. ¡Qué ridículo!

—Cariño, eso ya pasó. Fue el primer día y aunque te haya dicho esto o no, ya quedó atrás. Algo que he aprendido es que a veces los hombres se expresan así porque no pueden tener lo que desean y ven el camino difícil. Así que relájate, eres muy hermosa y no hay de qué preocuparse.

—¡Está bien, mamá! Lo que tú digas, intentaré olvidar esto. Tienes razón, ya quedó en el pasado.

—¡Así se habla, mi niña!

"MINUTOS DESPUÉS"

Llegamos a casa, entré en mi habitación y me tiré en la cama, necesitaba descansar. Tenía mucho sueño y mañana sería un día productivo y tranquilo, sin el fastidioso de Asher. Mejor me levanto para tomar una ducha.

"Están tocando la puerta.

—Cariño, la cena está lista.

—¡Sí, mamá, ya bajo!

Me puse mi pijama y bajé a cenar. Después de un rato, volví a mi cuarto y me fui a dormir. Mañana mi madre tenía el día libre y esperaba hacer muchas cosas con ella.

Al día siguiente

Me desperté por la luz del sol que entraba por mi ventana. Miré la hora: eran las nueve de la mañana. Hice mi cama, arreglé un poco mi cuarto y luego fui a darme una ducha. Me vestí con unos shorts cortos y una blusa floral con mangas. Luego bajé a desayunar.

—¿Buenos días, mi niña? ¿Cómo amaneciste?

—¡Buenos días, mamá! Amanecí de maravilla.

—Qué bueno, cariño. Come tu desayuno que necesito que vayas al mercado por algunos vegetales.

—Claro, mamá. Ahora mismo termino.

Tomé mi desayuno y empecé a comer.

—Cariño, parece que el tanque de gas está dando problemas, no quiere cerrarse.

DesilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora