CAPITULO 2

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Llegamos a Cambridge y, al bajar del auto, me despedí de mi madre. Cuando iba a entrar, quedé con la boca abierta; parecía un castillo. Juraría que aquí estudian las princesas de Disney. El césped era de un verde vibrante y los edificios estaban pintados en tonos crema, oro y blanco. Había árboles por todas partes. No podía creer lo que estaba viendo; todo parecía un sueño. Afuera, había una fila de bicicletas y en el patio, estudiantes sentados en el césped conversaban y otros disfrutaban de sus comidas.

Cuando miré hacia la fuente, vi a nada menos que a Stella y Elina hablando. Decidí asustarlas.

Entré al patio y me acerqué lentamente, caminando hacia la fuente. Les tapé los ojos a las dos.

-¿Quién es? -preguntó Stella.

-¿Quién sea que es? -respondió Elina, un poco molesta-. No es gracioso.

-¡Soy yo! Elowin -dije, quitando mis manos de sus ojos.

-¡Eloy! -gritaron las dos al unísono.

-No puedo creer que nos asustes así, ¡babosa! -exclamó Stella.

-Casi se nos va el alma -protestó Elina.

-Lo siento, bebés -dije, mientras les daba un abrazo grupal-. No puedo creer que estamos juntas de nuevo.

-Sí, y veo que sigues siendo muy hippie y apasionada por la naturaleza -dijo Stella-. ¡Y hermosa como siempre! Tu cabello está muy largo. ¿Qué shampoo usas? Y mira este crop top, ¡me encanta!

-¡Ay! Stella, no has cambiado nada. Sigues obsesionada con la moda. Te diré algo: deberías ser modelo. O sea, mírate, este cabello rubio lacio y esas piernas largas y lindas. Te pareces a la Bella Durmiente. A veces siento que te equivocaste de carrera, deberías ser modelo.

-¡Ay, cariño, no exageres! -respondió Stella-. Ya sé que soy muy hermosa, pero en realidad nunca me ha interesado el modelaje. Ser abogada ha sido mi sueño desde que era niña. Además, es bueno ser una abogada sexy y hermosa.

-¿Y tú, Elina? -pregunté-. ¿Por qué te cortaste el cabello? Antes lo tenías largo y rojizo.

-Quería cerrar ciclos, cariño -respondió Elina-. No quería seguir viéndome igual que en la secundaria. Siento que ahora me veo más hermosa e inalcanzable.

-Sí, te ves muy sensual -comentó Stella.

-¡Sí! Las dos están preciosas. De hecho, parecen sacadas de un cuento de hadas.

-¡Gracias, mi cielo! -dijo Stella.

-¡Chicas! ¡Chicas! Miren -ordenó Elina en un tono suave-. Ese chico que está saliendo del auto parece que su familia es muy adinerada y viene con su mejor amigo.

Stella y yo nos giramos a mirar.

-Déjame adivinar -dijo Stella-. Es uno de esos típicos chicos que tienen padres ricos que les regalan un carro para sus cumpleaños y creen que pueden sorprender a cualquier chica.

-¡Wow! Es realmente muy lindo y atractivo -exclamé-. Parece sacado de un libro. Es tan alto, de piel clara, con su cabello ondulado. Y ni hablar de esos pantalones de tela negra y ese saco; parece que va a defender un caso.

-¿No me digas que ya te gusta, Eloy? -agregó Stella.

-¡Claro que no! ¿Cómo creen? Además, mejor entremos porque ya van a empezar nuestras clases.

DesilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora