CAPITULO 19

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"Asher"

Me quedé reflexionando sobre cada interacción entre Elowin y este chico. Siento como si estuviera siendo eclipsado, reemplazado. Cada risa compartida, cada gesto amistoso, me retuerce por dentro; el peso de la incertidumbre y la envidia me consume mientras lucho por contener mis emociones y mantener una fachada de tranquilidad ante ellos.

—¡Oye! Asher, ¿estás bien? ¿Qué sucede? —pregunté.

—Nada, no pasa nada —respondió.

—¡Entonces! ¿Por qué dijiste que no podía irme con Chris?

—Ahh, esto... lo que en realidad quise decir es que no puedes ir sola por la ciudad, acuérdate de que no conocemos nada aquí.

—¡No iré sola! Estaré con Chris —le contesté.

—¡Yo también quiero ir! Si pasa algo, que nos pase a los dos —agregó Asher.

—Pero tienes que descansar —insistí.

—¡Estoy bien! —dijo Asher mientras se ponía de pie.

—Elowin tiene razón, Asher. Tienes que descansar; acabas de salir del hospital —añadió Chris.

—¡Dije que estoy perfectamente bien! Iré con ustedes —respondió, un poco enojado.

—De acuerdo, como tú digas —contestó Chris en un tono calmado.

—¡Oye, Chris! ¿Me puedes dejar a solas un momento con Asher, por favor? —ordene.

—¡Está bien, Elowin! Estaré esperándolos en la sala.

Cuando Chris salió de la habitación, miré a Asher con una expresión muy enojada.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué tratas así a Chris?

—Yo no lo traté mal; solo le dije que estaba bien.

—Le hablaste en un tono muy feo. En realidad, no sé qué te está pasando —dije, envolviéndome el cabello. Últimamente actúas de manera extraña.

—Déjatelo suelto, así te ves mejor —comentó Asher, mirándome con ojos brillantes y una mirada profunda.

—¿Qué?

Se levantó de la cama y se acercó a mí con pasos delicados.

—¿Oye, qué haces? —dije, retrocediendo hasta que mi espalda chocó suavemente contra la pared de la habitación. Luego me miró de arriba abajo y comenzó a ajustar los botones de mi camisa.

—¿Cómo te atreves a dejarte esos botones así? ¿Quieres que todo el mundo te vea el cuerpo desnudo? —agregó Asher.

—No seas payaso. No podías solo decirme que me lo ajustara, son solo unos botones.

—Qué mal agradecida. Al menos di gracias.

—¡Gracias!... Bueno, vámonos, que Chris nos está esperando —dije, tratando de controlar mis nervios.

Salí de la habitación con Asher, sintiéndome un poco apenada después de lo que había sucedido. Caminé hacia Chris con una sonrisa. Él abrió la puerta y seguimos sus pasos mientras él se adelantaba a buscar su auto. Miré a Asher, muy molesta, y luego Chris nos llamó para que entráramos al auto.

Entramos al auto, las ventanas estaban abiertas dejando entrar la brisa fresca. Mientras Chris encendía el auto, me relajé un poco, olvidando que estábamos perdidos en la ciudad de Italia. Mientras Chris conducía, contemplé la deslumbrante belleza de este país y sus paisajes pintorescos, mientras él nos señalaba cada lugar de Italia.

DesilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora