CAPITULO 6

170 79 7
                                    

—¿Tú de nuevo? ¿Me estás siguiendo o algo así?

—No seas payasa. ¿Por qué te seguiría?

—Entonces, ¿qué haces parado aquí? Sigue tu camino.

—Yo vivo cerca de aquí. ¿Acaso no puedo tomar la carretera o también me vas a reclamar por eso?

—Por supuesto que puedes tomar la carretera, pero lejos de mí. Estoy muy cansada como para discutir contigo. Mejor sigue tu camino.

—Va a llover y estás sola en la calle. Te puedes mojar y, además, nadie se va a detener para ayudarte.

—¿Y por qué te importa tanto? ¡Vete! No necesito tu ayuda.

—Pongámoslo así: voy a salir esta noche con Stella y quiero darle una buena impresión. No voy a dejar a la amiga de la chica que me gusta sola en una calle tan solitaria, y para empeorar, va a llover.

—A ver si entiendo... ¿me estás utilizando para darle una buena impresión a Stella?

—¡Afirmativo, niña! Además, tómalo como una ayuda de mi parte.

—No me llames niña, no soy una niña.

—Pues actúas como una. Deja de ser tan terca y súbete al auto.

—Ya te dije que no necesito tu ayuda. Ya lárgate, llegarás tarde a tu cita.

—Si no te subes al auto, me quedaré aquí toda la tarde, y tu amiga se quedará plantada. ¿No querrás eso, o sí?

—¿Me estás sobornando?

—¡No, niña! Solo intento hacer que tu pequeño cerebro funcione, porque al parecer no lo está haciendo.

—¡Está bien, subiré al auto! Pero no te creas la gran cosa, que lo hago por Stella.

—Ya nos estamos entendiendo. Dame la dirección de tu casa.

—Cherry Hinton.

—Vivo cerca de aquí, así que entra, su majestad.

Asher me abrió la puerta del auto y no me quedó otra que entrar. Además, ya empezó a llover. Esto lo hago por Stella; si fuera por mí, preferiría mojarme antes de entrar al auto de este chico. Escuché cómo las gotas de lluvia comenzaban a caer con más fuerza mientras Asher ya estaba conduciendo. Sentí cómo mis ojos se cerraban poco a poco...

---

—¡Oye, niña!

—¿Qué sucede? —respondí, asustada.

—Ya llegamos, mi lady —dijo Asher con una sonrisa.

—¡Ay, qué pena, me quedé dormida!

—No pasa nada.

—Supongo que debo darte las gracias, pero mejor cuida muy bien a Stella o te las verás conmigo mañana.

—¡Está bien, muñeca! —contestó Asher riendo mientras se alejaba en su auto.

Bueno, ya se fue este chico. Ahora entraré a tomar una siesta... ¿Qué es esto que traigo puesto? ¡No puede ser! Es la chaqueta de Asher. ¿Cómo se atreve a ponérmela? Ahora juega a ser caballero... ¡Qué patético!

—¡Hola, cariño! ¿Ya llegaste? —preguntó Stella.

—¡Sí, hermosura! —dijo Elina—. Dinos, ¿cómo te fue?

—Me fue muy bien, por suerte no me mojé.

—Llegaste muy rápido.

—Adivinen quién me dio un empujón y por eso llegué tan rápido.

—¿Quién? —preguntó Stella.

—Sí, nena, dinos quién —dijo Elina.

—Asher.

—¿Qué? —gritó Stella.

—Así es. Cuando estaba caminando, se ofreció a ayudarme solo porque eres mi amiga y quería darte una buena impresión.

—¡Vaya narcisista! —dijo Elina—. Solo te ayudó para darle una buena impresión a Stella.

—Ya ven, les dije que él es un chico muy amable y dulce. Se portó muy bien conmigo. Ya me está gustando mucho, espero que nos vaya bien en nuestra cita de hoy. Estoy muy emocionada.

—Eso espero, nena, porque si no, se las verá conmigo.

—Querrás decir con las dos —respondió Elina.

—¿Y ya decidiste qué vestido vas a usar, nena?

—¡Sí! Usaré este vestido negro con escote que Elina me ayudó a elegir. Dijo que me veo muy sensual. ¿Qué opinas?

—Opino que te queda muy sexy. Caerá a tus pies, de verdad te ves hermosa.

—Es que yo lo elegí —dijo Elina—. Claro que se ve muy hermosa.

—¡Chicas, tengo que colgar! Están tocando la puerta. Parece que es mi madre. Cuídate mucho, Stella, y cuéntame todo mañana. ¡Bye!

"Bueno, veamos quién es."

—¡Bienvenida, mamá! —dije mientras le daba un abrazo.

—¿Cómo te fue hoy? ¿No te mojaste con la lluvia?

—¡No, mamá! Por suerte, un chico de la universidad me trajo hasta la casa. No me mojé.

—¡Gracias a Dios! Parece que ese chico tiene buen corazón, aunque no lo conozco.

—Un corazón de piedra será —dije susurrando.

—Voy a preparar la cena. Después te vas a dormir, que ya es tarde y tienes que madrugar mañana.

—Está bien, mamá, iré a estudiar en mi cuarto.

"Entré a mi cuarto, tomé el libro y empecé a leer por unos quince minutos. Ya se me estaba cansando la vista, así que fui a tomar una ducha fría...

Salí de la ducha y escuché a mi mamá llamándome. Me puse el pijama y bajé enseguida.

—Hice tu sopa favorita.

—¡Gracias, mamá!

"Tomé la sopa, le di las buenas noches a mi mamá y luego me fui a acostar, ya que era muy tarde. Estoy tratando de dormir, pero no puedo dejar de pensar en ese chico. ¿Por qué me puso su chaqueta si le importo un carajo? Siempre estamos discutiendo; nos caemos mal. ¿Quién sabe qué cosas habrá hecho mientras dormía en su auto? Seguro publicó en sus redes que ayudó a una mendiga...

No le devolveré su chaqueta, para no tener que cruzarme con él otra vez."

---

—¡Aló!

—¡Eloy, ¿qué haces despierta a esta hora?! Tenemos clases mañana.

—¡Lo sé! Pero no puedo dormir.

—¿Por qué no puedes dormir?

—Porque estoy pensando en Asher.

—¿Tú, pensando en Asher? Estás bromeando.

—¡No estoy bromeando! Es que hoy, cuando estaba en su auto, me quedé dormida, y cuando me desperté, vi que tenía su chaqueta puesta.

—¿Qué? ¿Y por qué no nos dijiste nada en la videollamada?

—No pude decirlo porque no quería que Stella se sintiera incómoda. Además, tiene una cita con él hoy.

—¡Tienes razón!

—No le menciones nada a Stella sobre la chaqueta. Yo me encargaré de guardarla en algún lugar y no se la devolveré. Así no tendré que cruzarme con él.

—¡Está bien, nena! Cuenta conmigo. Vamos a dormir, que ya es muy tarde.

—¡Descansa, linda! Nos vemos mañana.

—¡Igual, nena! Descansa.

"Haré todo lo posible para no encontrarme con ese chico otra vez."

DesilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora