CAPITULO 3

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Entramos al aula y nos dimos cuenta de que todos ya estaban ocupando sus asientos; al parecer, éramos las últimas en llegar. Las chicas y yo nos sentamos junto a las ventanas y, de repente, entró un hombre con aspecto serio, vestido de negro y con corbata. Llevaba unos libros en la mano. ¿Será nuestro profesor? Cuando comenzó a hablar, se confirmó.

—¡Buenos días! Chicos y chicas, me presento: soy Walter Johnson y seré su profesor de Derecho. Espero que durante este año mantengan la mente atenta en las clases, ya que en esta carrera necesitamos usar mucho la cabeza para convertirnos en futuros abogados. Así que les pido que sean puntuales y que se enamoren de su carrera. ¡Gracias!

—¡Buenos días, profesor! —nos disculpamos por llegar tarde—. No volverá a pasar.

—¡Está bien, chicos! —respondió el profesor—. Pero que sea la última vez, porque los dos que llegaron tarde se quedan afuera.

No puede ser, ¡es el chico que vi afuera con su amigo en el carro!

—Tomen asiento, chicos —dijo el profesor.

—¡Chicos! Ahora quiero que ustedes me digan sus nombres y apellidos, pero primero comenzaremos con los muchachos que llegaron tarde. Levántense, chicos.

—¡Buenos días! Mi nombre es Asher Jones —dijo el chico adinerado.

—¡Hola! —dijo su amigo—. Mi nombre es Milán Thompson.

—Muy bien, muchachos. Pueden sentarse.

—Ahora vamos con las tres chicas que están sentadas al lado de las ventanas.

"Ay no, qué vergüenza, ya nos toca."

—¡Buenos días! Mi nombre es Stella Anderson.

—¡Buenos días a todos! Mi nombre es Elina Jess.

"Es mi turno, qué nervios."

—¡Buenos días! Mi nombre es Elowin Harvey.

—¡Excelente, chicas! Pueden sentarse, gracias. Ahora continuaremos con los demás.

El profesor siguió presentando a los otros compañeros y yo no podía dejar de pensar en cómo Asher estaba en nuestra clase. Pensé que estudiaría otra carrera. También noté que estaba con su amigo, que tenía un estilo que parecía sacado de los 80; llevaba jeans, tenis blancos, una camiseta y encima una chaqueta negra. Era muy atractivo, con cabello castaño, ojos verdes y una sonrisa encantadora. Apuesto a que él y Elina harían una buena pareja.

—¡Chicos! ¡Chicos! Necesito que me presten atención, por favor. Quiero que me hagan un informe sobre los derechos humanos. Tienen 20 minutos.

—¡No puede ser! —exclamó Stella—. Es nuestro primer día y ya nos están dando un informe.

—¡Tranquila, Stella! —intervino Elina—. Es solo un informe, es fácil. Recuerda que estuvimos buscando información sobre esto la semana pasada en la casa de Eloy y ya lo sabemos de memoria.

—¡SÍ! —confirmó Elina—. Tiene razón, hagámoslo, es fácil.

—¡Está bien! —aceptó Stella.

Mientras nos preparábamos para hacer el informe, noté que Asher estaba mirando a Stella, con los ojos fijos en ella. Stella no se dio cuenta porque estaba hablando con Elina sobre el informe. ¿Por qué la miraba de esa manera?

DesilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora