Arianna.
- "¿Dónde estás? Tenemos que hablar."- le dije a Emy nada más salir de la sala donde se estaba produciendo el gran evento de promoción de Beauty Powell, la empresa dedicada al cuidado personal y belleza de grupo Powell.
- "Espera déjame pensar, por tu tono de voz iracundo, han pasado dos cosas, o que te en contrastes con tu marido y no te reconoció, o si lo hizo, pero te ignoró"- dijo Emy muerta de risa.
- "La dos cosas"- dije yo pensado en siete formas de asesinar a mi marido.
- "Espera eso de las dos cosas es nuevo para mí, explícate, porque de verdad entre el embarazo, y que aún no me he podido acercarme a Jason por culpa de estúpido de tu marido, que lo mando a Seattle, a la sede central del grupo por trabajo, llevo dos semanas de un lado para otro como alma en pena."- volví a sentirme culpable y rebajé un poco la tensión de mi enfado.
Era verdad que Emy viajó conmigo para reunirse con su marido, al que le diría que, tras resolverlo todo en las empresas, había viajado a su lado, además tenía que contarle sobre su embarazo, pero la sorpresa fue mayor cuando su marido desde que llegó a Nueva York se fue a Seattle, por órdenes de su jefe. Volvía en dos semanas, de hecho, regresaba mañana.
Así que estas dos semanas nos habíamos quedado en el piso de lujo que tenía Emy en la ciudad, y mientras yo me hacía pasar por la señora Haridian Cortes, secretaria de Malcolm Gordon jefe de distribución general del grupo Powell, Emy se dedicaba a hacer de Emily Graham, dueña de las empresas Taylor Industries, empresas arrebatadas a su padre tras descubrir que ella era la heredera de su madre, a la cual su padre había engañado, y dejado que se suicidara, para quedarse con todo.
Normalmente nuestra Emi, era una chef de renombre, heredera de una de las familias Andaluzas más prestigiosas en la restauración de España, todo le venía por el lado de su madre, de hecho en un principio, tras descubrir lo que su padre había hecho, su idea para vengarse, era vender todo lo que se tuviera que vender de las empresas Taylor, o destruirlo todo, pero gracias a su marido que le hizo ver que lo empleados de Taylor no tenían culpa de que su padre fuera una maldita rata, decidido arrebatarle la empresa a su progenitor, quitándole hasta la última de las acciones que poseyera, y ese fue el trabajo de su abnegado marido, Jason, que aparte de eso, llevaba su propio negocio, los Astilleros Graham, y hacía de niñera para el caprichoso de Keanu Powell.
En ocasiones he llegado a creer que Jason se clona, sino no me es comprensible como pueda con todo, y al mismo tiempo, tenga a su mujer así de satisfecha y enamorada.
- "Hay jaleos en los que os metéis, herederas Powell, que escapan a mi compresión. ¿Me quieres explicar a qué te refieres cuando dices que las dos cosas?"- me dijo Emi insistiendo de nuevo, haciendo que, de paso, regresara de mi sensación de culpabilidad.
- "Que sí me reconoció, pero hizo como si lo me hubiera reconocido, y encima el muy maldito intento ligar conmigo pensando que yo no me había dado cuenta de que sabía que él me había reconocido."- le dije dejando que la ira hablara por mí.
- "Joder con el trabalenguas, en definitiva, que sabe quién eres, pero se hizo el loco, y encima ligó contigo para picarte, y acabaras como estas ahora, muerta de ira."- dijo Emi muerta de risa.
- "Buen resumen"- le dije seria.
- "Estoy en casa, termina cuando quieras y vente, abriré una botella de vino, mientras yo lo huelo, y tomo zumo, tú te puedes emborrachar, porque sospecho que partir de mañana, tras descubrirte, el primogénito de la familia Powell, te va a hacer la vida imposible."- me dijo, y una sensación de alegría hizo temblar mi corazón.
- "Eso espero, es mejor a que me ignore, si ese malcriado CEO, quiere pelea, la va a encontrar, la vida de Keanu Powell ha sido muy relajada estas dos semanas, ya es hora de que ese maldito árbol se agite para ver que cae."- le dije a mi amiga.
Mientras hablaba con ella, terminaba de organizar los documentos que debía tener listo para mañana, para que mi jefe los revisara, todos eran sobre el evento que se estaba realizando en la sala principal del hotel Caroline Powell.
- "Definitivamente las herederas Powell estáis las tres fatal, el amor os ha hecho perder la cabeza, te espero en dos horas, señora Powell, e intente no volver a coincidir con su marido, o la guerra abierta hará que no venga a dormir en toda la noche, por lo menos no en esta cama."- el comentario ultimo de Emy desee que se cumpliera.
Pero sabía que, con el tozudo de Keanu, se debía pagar un precio alto antes de que la cosas entre los dos se arreglaran, no por nada ese estúpido tenía un orgullo de tamaño de un Palacio imperial. Así que lo dejaría todo para mañana, a ver con la que me salía el gran CEO, ahora a trabajar.
Estaba tan concentrada con mi trabajo que no me di cuenta de que ya no estaba sola, hasta que una voz me hizo saltar, y casi soltar todos los documentos que tenía en la mano.
- "¿No le parece de mal gusto, y totalmente asqueroso, que una zorra como tú, intenté seducir al CEO casado y apunto de divorciarse, maldita zorra pelirroja?."- me dijo la voz.
Al girarme, me di cuenta de que estaba delante de una mujer de unos veinte ocho años, alta, de pelo castaño claro, y ojos marrones claros, vestía con un traje de Armani de última temporada azul, eléctrico, y su mirada delataba furiosa, con un deje de altanería.
La miré con extrañeza, hasta que analicé sus palabras.
- "¿Está hablando de mi marido? ¿Quién coño es esta estúpida?"- pensé
-"Perdone, ¿creo que no he entendido?"- le dije representado mi papel de secretaria treintañera casada, muy eficiente, y algo ingenua.
-"Yo creo que sí lo has entendido, y te estás haciendo la estúpida, aléjate de Keanu Powell, es mío, desde que se divorcie de la estúpida con la que se casó, nos casaremos, así que dedícate a trabajar y aléjate de él. Es una advertencia, y no suelo advertir a nadie, lo digo por tu bien estúpida."- me dijo y sin más salió del despacho dejándome totalmente anonadada.
-"¿Pero que demonios ha pasado aquí?, y ¿Quién es esa estúpida que se cree con derechos sobre mi hombre?"- pensé, mientras una ira mezclada con los celos, y un decisión de partirle la cara la próxima vez que me encontrara con esa víbora con forma de mujer, me inundaron.
Sabía que en esto Keanu no tenia nada que ver, sabia que él no me estaba siendo infiel, era una persona muy integra en sus decisiones, y cuando me había prometido en el altar que yo era la única, sabía que era verdad. Además, por exigencias de sus abuelo, no podíamos divorciarnos, y si él lo hacía, yo junto, con Elena y Miriam, éramos las verdaderas herederas del gran Kevin Senior Powell, así que esta estúpida, fuera quien fuera, debía informarse mejor, aunque esto no quería decir que iba a descartar matarla por desear a mi marido. Los celos femeninos son muy peligrosos cuando se despiertan.
Le envía un mensaje a mi jefe que ya todo estaba listo y que ya me retiraba, a lo que él respondió que, sin problemas, pero que recogiera uno con cuidado a esas horas de la noche, sabía que no necesitaba uno, seguro que William ya me esperaba en el aparcamiento junto a los otros escoltas.
Me había costado muchas discusiones que me dejaran ir sola al evento, y sólo lo conseguí cuando prometí que no saldría del hotel, y que ellos me vigilarían desde el circuito de vigilancia del hotel.
- "Señora Powell, ¿Todo está bien? Vimos que la señorita Margot Mitchell, entraba en el despacho de gerencia y hablaba con usted. Nos dimos cuenta de que, por la expresión de la señorita Mitchell, no estaba muy contenta."- me dijo mi jefe de escoltas al llegar al coche.
- "Con que se llama Margot Mitchell, William sácame toda la información que pueda de esa maldita víbora, creo que tendremos más de un enfrentamiento con ella, y tendrás que protegerla de mí, en más de una ocasión."- le dije, el escolta me miró serio, pero sólo dijo.
- "Lo tendrá mañana a primera hora, señora Powell."- y sin más nos dirigimos al piso de lujo donde Emi me esperaba con una botella de vino, que de seguro se convertirían en dos, cuando tuviera que contarle lo que me había pasado con cierta víbora con pretensiones.
Mi ira no se iba a calmar fácilmente. Esta noche iba a ser muy larga, ya que sólo me calmaría, si le daba una paliza a una tal Margot Mitchell, y de manera urgente.
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Matrimonio Concertado con el CEO: Esclavo del deseo #Libro 4
RomanceEste es el cuarto libro de Matrimonio concertado con el CEO: Esclavo del Deseo, en él se narra la historia de la última pareja Powell, la pareja formada, por el exigente y competitivo, Keanu Powell, con la inteligente y decidida Arianna Cortes. Aria...