Matrimonio Concertado con el CEO: Esclavo del deseo #Libro 4

Capítulo XXX. El descubrimiento: Las mosqueteras engañadas.

Arianna.

Me encontraba en la sala de espera del consultorio médico en espera de las pruebas antes de que el doctor me diera los resultados, sufrió un ligero mareo durante la junta de jefes, por insistencia de mi jefe Gordon, la verdad era que llevaba varios días con mareos y nauseas, Keanu insistió que fuera al médico, pero yo siempre eludía que era pasajero. Hasta que llegó el chantaje de mi jefe, que me obligó ir al médico a hacerme un chequeo, o como opción alternativa, me despediría, y llamaría a mi marido para comunicarle el motivo de mi despido.

Es por esto por lo que odiaba que mi identidad se hubiera descubierto, todo el mundo estaba pendiente de mí. Hace un maldito mes que, toda la sede de Nueva York había descubierto que la pelirroja y extraña señora Cortes, no era otra, sino que la señora Powell, desde el evento donde mi marido había terminado a puños con su rival Calthon Memphis, detalle que había salido por todos los periódicos de sociedad, que pronto fue retirado por ambas compañías, tanto la MIM Group, como por Powell Holding. Ninguna de las dos familias le interesaba que eso saliera a la luz.

Pero el rumor que la señora Cortes, y la señora Powell, eran la misma persona, ese sí que no fue acallado, me sospecho que mi marido tuvo algo que ver, ese manipulador, no da puntada sin hilo. Aunque si hubo alguna duda, al día siguiente del evento, de quien era yo, el muy ... sin calificativos, porque ya no tengo los suficientes para describir, el bueno del CEO, Keanu Powell, lo dejo más que claro, cuando nada más entrar yo, como cada día, en la empresa, tras llegar retrasada por razones más que satisfactorias, que no voy a relatar, mientras recibía la mirada de todos los trabajadores, que cuchicheaban a mis espaldas, por los pasillos, para saber que de cierto era ese maldito rumor, y cuando finalmente llegué a mi departamento, delante de todo el personal, mi esposo me estaba esperando.

Pero no sólo me estaba esperado, me esperaba con un ramo gigante de rosas violetas, mi color favorido, junto a su asistente Jason, y sin previo aviso, sin mediar palabra, sin prepararme primero, me abrazó y me besó delante de todos, ni opción me dio de poder evitarlo, dejándome totalmente colorada, paralizada, mientras ese maldito, me metía la lengua hasta la garganta.

Mientras todos mis compañeros se quedan impactados, totalmente, mudos, en cuestión de estrategia de manipulación, Keanu Powell, es el rey, o el demonio según como quieran mirarlo. Sólo mi jefe fue el que se apiadó de mí, y ante tanto descaro por parte de CEO, dijo mi jefe haciendo que mi vergüenza fuera menor.

- "Presidente Powell, está bien que este enamorado, y que quiera demostrar el amor por su esposa, delante de todos, pero por favor este es mi departamento y hemos venido a trabajar, bastante malo es que haya retrasado a mi secretaria, para que encima le impida continuar con su trabajo, así que le pido que se retire, o me vere en la obligación de llamar su madre para contarle como el CEO de esta empresa de dedica a molestar a mi secretaria."- dijo mi maravilloso jefe.

Ante estas palabras la cara de mi marido se volvió rígida, mientras Jason y otros compañeros de trabajo soltaban una inevitable carcajada, por primera vez los trabajadores del grupo descubrían que, pese a todo, Keanu Powell, era humano, y estaba enamorado, e incluso al ser reprendido, se avergonzaba.

Yo lo empujé lejos de mí y con la mirada lo reprendí también.

- "Jason por favor llévate a tu jefe y que se ponga a trabajar de una vez, a ver si así se deja de jueguecitos, que los demás estemos ocupados."- me queje mirando a mi marido, señalándolo con el dedo, en forma de advertencia.

Él sólo me miró sonrió descarado, y encogiendo los hombros dijo antes de irse:

- "Bueno Gordon, me voy, pero recuerda, cuida a mi mujer, más tarde paso a recogerla, cuando acabe de trabajar."- y sin más se fue dejándome con miles de caras mirándome sorprendidas.