Arianna.
- "Muy bien señora Graham todo va genial, está usted de cinco semanas, como ve en la pantalla, las dimensiones del feto son las correctas para ese periodo de gestación, le voy a dar unas recetas de unos complementos que tiene que tomar, como son ácido fólico, y algunas vitaminas y hierro, ya que según el análisis que se acaba de hacer, tiene el hierro bajo. ¿Cómo van las náuseas?"- le pregunto el nuevo obstetra de Dartacan, mientras, tanto ella, como yo, mirábamos emocionada en la pantalla como se veía un pequeño bultito, con la forma de una judía, al mismo tiempo que oíamos el latido de un corazón fuerte y rápido.
- "Mas o menos, soportable"- dijo mi amiga, pero tuve que corregirla, había veces que Dartacan era una niña pequeña.
- "De más o menos nada, hay días que no puede comer nada. La película del exorcista es un cuento de niños a su lado porque no se había hecho a la idea de que iba a ser madre, y pensaba que, si lo ignoraba, como a un mal cliente, desaparecería, pero no era así, por desgracia o por suerte, este cliente la seguiría y amaría el resto de su vida.
El médico no pudo evitar reírse ante mi referencia, para explicar lo que le pasaba a mi amiga.
- "¿Ustedes no son americanas? ¿verdad?"- nos dijo el amable cincuentón, que se había convertido en el nuevo obstetra de mi amiga.
- "Ella es española, en concreto es de Canarias, por eso tiene esa forma de decir las cosas un poco "diferentes", pero yo soy noventa y nueve por ciento española, y una o dos gotas de sangre americana."- le dijo mi amiga sonriendo. Emy, siempre que podía, rechazaba la parte de herencia genética de su desalmado padre.
El simpático obstetra, ni se inmutó ante el cometario de su nueva paciente. Me imaginé que, con los años que llevaría ejerciendo su profesión, encontrar a mujeres tan singulares como nosotras, le era ya hasta normal, más cuando solía asistir a los momentos más dolorosos, y felices, de cada mujer que pasaba por sus manos, era normal, que hubiera visto de todo.
- "Bueno pues señora Graham, le rectaré algo para que no se dedique a convertir en Regan, la famosa niña poseída del Exorcista. "- dijo el gracioso doctor, mientras se levantaba de su silla y se iba a su mesa en el consultorio, dejándonos privacidad, detrás del biombo, para que mi amiga se pudiera limpiar el gel que se le puso para usar el ecógrafo, y se adecentarse un poco, antes de continuar la consulta.
Finalizada, por fin, la esperada revisión del embarazo de Emy, con varias recetas y folletos que nos había dejado a la enfermera de parte del médico, nos fuimos a comprar ropa, en un principio, íbamos a ir al Centro Comercial Powell Ink Center, pero había muchas posibilidades de que, ahora que no llevaba mi disfraz de señora Cortes, fuera reconocida. Así que Emy tuvo la idea de ir al otro centro comercial más grande de Nueva York, el de la empresa rival del grupo Powell, el centro comercial Memphis South Center, perteneciente a la familia Memphis, dueña de Memphis Industries and Marketplace Group, más conocida como M.I.M Group.
- "¿Tú quieres que Keanu me mate verdad?, no sólo me voy a parecer como la hermana seximbol de Jessica Rabitt, sino que, además, para armarme para la guerra, me voy a comprar las armas al enemigo."- le objete pensando que esto se estaba yendo de las manos.
- "Bueno entonces regresemos a casa, y tras disfrazarte, vamos a comprar a Centro Comercial Powell Ink Center."- me dijo una decidida Emy.
Eso me pareció aún más pesado y engorroso, la verdad era que, tras mi impulso inicial, ahora que ya no estaba tan enfada, y en frio, mi parte racional me decía que esto que iba a hacer, era una locura. Nunca había sido de la mujeres seductoras, la vez que más descarada me volví, fue cuando las tres negociamos con nuestros maridos las condiciones de nuestros matrimonio, y si no recuerdo mal tras una entrada triunfal, y algunos comentarios descarados por nuestras parte, gracias principalmente a la deslenguada de Miriam, esa reunión terminó, de la forma muy abrupta, donde yo acabé metiéndome con las habilidades sexuales de mi marido, que provocó que de forma brusca, recibiera el mejor primer beso que ningún hombre puede dar en la vida, que tras la impresión inicial y el deseo incontrolable, nos asustáramos tanto las tres por lo que sentimos, que tuvimos que salir huyendo como verdaderas cobardes.
Pero eso lo hacemos las cuatro juntas, ahora estaba yo sola ante el peligro, y debía convertirme en alguien que nunca he sido, una mujer de fuego, seductora y devoradora de hombres, sinceramente, no estaba preparada.
Estaba tan centrada en mis pensamientos, que no me di cuenta de que Emy, solo hacía mirarme, y sin poder evitarlo, llamó a las únicas personas que no se cortarían nada en decirme lo que me merecía entonces, las peligrosas y siempre seguras, Elena y Miriam Powell.
- "Mosqueteras, nuestra líder, esta asustada2- fue lo único que dijo la decidida e inquebrantable de Dartacan.
- "¿Que ocurre Ari?, ¿de que tienes miedo?, ¿no será por lo que hablamos?"- pregunto Elena.
- "¿Qué ocurre? ¿Qué me he perdido?"- preguntaba al mismo tiempo Miriam.
Mientras Emy ponía en antecedentes a Miriam, yo las escuchaba mientras miraba a Emy.
- "¿Desde cuándo mi vida se había convertido en un chiste?"- pensé mientras las oía reír a carcajadas, con el relato de Emy.
- "Desde luego que tu marido y tú, sí que tienen grandes ideas, debería tomas más ejemplo el niño de mamá."- se quejó entre risa, Miriam.
- "Bien sólo me queda decirte una cosa, que te aclarara todo, ¿Prefieres toda tu vida ir a rastras de tu impresionante marido, o ser una compañera, rival, amante, y esposa, a partes iguales con él? ¿Volverlo tan loco que nunca más desee mirar a otra mujer, porque tú le llenas por completo y lo vuelve loco, que discutir contigo sea mejor, que tener sexo con cualquier mujer de este mundo?"- me dijo Elena seria ya, tras reírse como una loca.
Ante esta pregunta tan directa y motivadora no me quedaba otra respuesta.
- "Volverlo loco."- dije más segura que nunca.
- "Bueno pues, Emy, a partir de ahora tú diriges, arrastra a esa estúpida de Pontos donde sea, para transformarla en el adversario más peligroso que Keanu Powell ha tenido nunca en su vida."- dijo Miriam, para coronar lo que las tres mosqueteras pensaban que debía hacer.
Desde luego que hay que decir algo respecto a Emy, cuando se propone algo, no para hasta conseguirlo, por algo se ha convertido en nuestra Dartacan particular, sino cómo es posible que esa mujer me hubiera arrastrado al centro comercial Memphis South Center, entrando en cada una de las tiendas, mientras me hacía probar la ropa más sexy y tentadora que había en ella, incluyendo las tiendas de ropa interior, mientras miles de bolsas eran transportadas por mis pobres escoltas.
La podre William y sus hombres, en muchas ocasiones, por no decir la mayoría, que esa descarada de Dartacan, me hacía salir del probador con las reveladoras prendas, vuelvo a repetir, incluida casi indecente ropa interior, los pobres escoltas levantaba la mirada al techo para que su vista no se desviara hacia mi cuerpo, enfundada en ropa que en otra época te podía suponer ser quemada en la hoguera por bruja, al provocar el deseo en los débiles e inocentes hombres.
Finalmente, la obsesiva Chef quedó satisfecha, y tanto, mis escoltas, como yo misma pudimos descansar, por los menos por ese día.
Aunque supiera que el gran show que creó mi obsesiva amiga llamó el interés de un enemigo de los Powell, en especial de Keanu Powell, hubiéramos tenido mucho más cuidado, e incluso elegido otra localización para desarrollar el espectáculo que Emy, los escoltas y yo montamos esa tarde, en el centro comercial Memphis South Center.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio Concertado con el CEO: Esclavo del deseo #Libro 4
RomanceEste es el cuarto libro de Matrimonio concertado con el CEO: Esclavo del Deseo, en él se narra la historia de la última pareja Powell, la pareja formada, por el exigente y competitivo, Keanu Powell, con la inteligente y decidida Arianna Cortes. Aria...