Capítulo XVI. Un baño de realidad, arrepentimiento y redención.

845 86 2
                                    


Arianna.

Aún no podía creer que el Keanu me hubiera dicho lo que me dijo, ¿cómo se pude creer que yo desee abortar a nuestro hijo?, es verdad que no fui totalmente sincera con los medios, pero en definitiva lo hice por él, para darle lo que él quería.

Me costó mucho regresar a casa, tenía que pensar como hablarlo con él, para arreglar esto, y desde luego que me pidiera perdón por las palabras que me dijo. Nunca me hubiera creído que Keanu podía ser así, había ido a la yugular, a donde más duele, sin importarle el dolor que sus palabras me podían causar.

Cuando entré en la mansión me fui directa su despacho, era el lugar donde él se encerraba, siempre que tenía una preocupación o teníamos una desavenencia, pero al entrar en él vi que estaba vacío.

- "Quizás esté en su piso de soltero."- pensé, así que llamé a William para que me dijera si sabía algo de mi marido.

Tras dar el primer tono de llamada, oí el móvil de mi jefe de escoltas por el pasillo, y voces que venían del salón. Sali del despacho para encontrarme con mis hermanos, y William, los tres me miraron al verme aparecer, me di cuenta de que Marcos estaba serio y algo enfadado, por el contrario, Guille parecía triste, y seguro, por como tenía los ojos de rojos e hinchados, que había llorado.

- "¿Qué habrá pasado?"- pensé, aunque mi urgencia ahora era otra, preguntaría a William por mi marido y luego hablaría con mis hermanos, lo más seguro era que esos dos se habían peleado, la adolescencia había vuelto más intolerante a mi hermano Marcos, incluso con su hermano pequeño, al que adoraba.

- "Veo que William os a recogido de casa del abuelo, William te había llamado para preguntarte si has visto..."- no pude terminar mi pregunta cuando Marcos me interrumpió furioso.

- "William sal, y llévate a Guille, tengo que hablar con mi hermana."- la voz de Marcos me sorprendió, nunca lo había oído hablarme así.

Por un segundo, si cerraba los ojos, podía imaginarme perfectamente, que la voz de Marcos era la de un Keanu más joven, desde luego ese maldito niñato no paraba de imitar a su cuñado.

- "Lo que me faltaba dos intransigentes, soberbios, y dominantes hombres en mi vida."- pensé antes de mirar a mi hermano seria.

- "No estoy para tus juegos de poder, Marcos, en otros momentos, establecemos una lucha de voluntades, para ver quien se sale con la suya, pero en este momento, estoy ocupada, debo hablar con Keanu, y por ahora..."- Marcos volvió a interrumpirme.

- "No está, se ha ido."- dijo y lo mire sin comprender, no entendía de que me estaba hablando.

- "¿Quién o qué no está?"- pregunté, sabía que si no habla con él no me iba a dejar ir, así es de tozudo mi hermano, una característica también copiada de su adorado cuñado.

- "Keanu, se ha ido a Nueva York, ¿Qué has hecho hermana?"- oí las palabras, las oí seguro, pero en el impacto, me sonaron como ecos lejanos, y sentí por un segundo que mis piernas se aflojaban.

- "¿Keanu se ha ido, sin hablar conmigo?"- pensé mareada, en incrédula.

Fue algo extraño que mi hermano fuera el que me sujetó, para que no me cayera al suelo, en mi estúpida inconciencia, llegué a pensar que no me había dado cuenta de que mi hermano ya no era tan niño, si con dieciséis años podía levantar a su hermana mayor en sus brazos con facilidad, para sentarla en un sillón.

- "¿Estas bien Ari?"- el diminutivo que de mi nombre que sólo usaban mis hermanos, y en ocasiones mis amigas, fue lo que me hizo reaccionar, mientras sentía una gran opresión en el pecho.

Matrimonio Concertado con el CEO: Esclavo del deseo #Libro 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora