Overlord: El que se quedó PRT. 2

Capitulo 21 Volumen 8

No podían ver la fuente del crujido, pero no era necesario. Todos conocían el sonido de una puerta cerrándose. Cada uno de ellos estaba acostado en una cama individual sin extras de sobra. Sus cadenas eran lo suficientemente cortas para permitir el movimiento, pero no el movimiento 'libre'. Más de uno de los miembros cautivos de las Escrituras se preguntó por qué se molestaron con las cadenas, ya que ninguno tuvo éxito en romper el hechizo que los sujetaba.

Pero cuando el crujido terminó y la puerta se cerró con un clic, todos los miembros de la escritura pudieron sentir que los efectos del hechizo comenzaban a desvanecerse.

Cuando Alain pudo volver a mover la cabeza, echó otro vistazo a la habitación.

Estaban en una torre alta, fácilmente dos veces más grande que cualquiera de los castillos de la Teocracia Slane. La razón era bastante obvia, muchas razas semihumanas eran mucho más grandes que los humanos. Las camas al menos estaban hechas para humanos, incluso al estilo de la Teocracia Slane, el tipo de cosas que uno podría encontrar en la casa de un comerciante acomodado, si no en la de un noble. El colchón y las mantas eran dignos de la realeza, siendo de un tono púrpura oscuro con ribetes escarlata con volantes. Al lado de cada cama había un gran armario de pie tallado en madera de color crema que se pulía hasta que brillara, y al pie de cada cama había un baúl de madera color canela que también se pulía hasta obtener una superficie similar a un espejo.

Alain finalmente recuperó el uso de su voz y dijo: "¿Están todos bien?"

Uno por uno, sus gruñidos y gemidos se convirtieron en dificultad para hablar, y su dificultad para hablar se convirtió en respuestas más claras a medida que sus lenguas recuperaban su pleno uso.

"Estoy vivo."

"Estoy bien."

"Estoy enojado, pero por lo demás bien..."

Así fue pasando de uno a otro, y poco a poco los miembros de la Escritura Negra encontraron que los efectos del hechizo comenzaban a desvanecerse.

El traqueteo de las cadenas traía recuerdos de su hogar, los elfos que caminaban penosamente siendo sacados de los campos de batalla, o los abatidos y desesperanzados que arrastraban los pies con pasos cortos que se acortaban al apretar sus propias cadenas pesadas, subiendo los escalones de los bloques de subasta. O en los peores latifundios donde las familias importantes se aferraban a las opiniones más radicales de los yvonianos o dominicanos sobre los duendes... la comparación surgió en la mente de cada uno de ellos, y no gustó a ninguno de ellos.

"¡¿Que hacemos ahora?! ¡¿Qué diablos hacemos ahora?!" Tenghe medio gritó mientras trataba de mantener sus palabras en un susurro. Sus cadenas comenzaron a sonar más y se sentó y comenzó a caminar por el suelo de piedra mientras abría los brazos y trataba de romper las cadenas.

La respuesta de los demás fue un montón de artes marciales, las cadenas se aflojaron y luego se tensaron cuando los héroes de la humanidad respondieron a su cautiverio con violentos intentos de libertad. El traqueteo y los gritos de furia rebotaban en los muros de piedra como pequeñas piedras en pesados ​​escudos.

Sus intentos de librarse de las cadenas no fueron interrumpidos. El significado de esa falta de interrupción no pasó desapercibido para Alain. 'Ellos saben... no... no, ellos 'creen' que no podemos liberarnos de nuestras cadenas.' Negó la realidad de que podrían haber tenido razón y se pasó a One Man Army. "¡Todos, prestenme su atención por un momento!" Soltó las palabras y sus iras y frustraciones se detuvieron brevemente. "¿Tal vez si trabajamos juntos?" Agarró la mano izquierda de One Man Army e inclinó su cabeza hacia la otra.

La comprensión amaneció y los miembros de la Escritura Negra comenzaron a emparejarse, un par agarraría la muñeca izquierda y derecha de un tercero, y todos tirarían en direcciones opuestas.

"¡Jalen! ¡Jalen! ¡Jalen!!" Lo gritaron como trabajadores portuarios en el largo río sacando peces en sus grandes redes anchas. "¡Avanza! ¡Somos la escritura negra! ¡Somos más fuertes que el metal! Alain los animó lo mejor que pudo, y el sudor brotó de cada frente cuando, una por una, sus artes marciales comenzaron a perder sus efectos.

"¡¿De qué están hechas estas cadenas?!" Cielo y Tierra se quedó sin aliento cuando sintió que sus camaradas aflojaron su agarre y su propio cuerpo finalmente abandonó la lucha.

"Incluso la adamantita no debería resistir tanto poder..." dijo Divine Chant con curiosidad académica, sus dedos jugaban con las cadenas que colgaban entre sus muñecas. (Nt: Me canse de traducir los nombres de esta gente, lo dejare como tal XD)

"Mi padre era herrero. Antes de que me exploraran, pasé mi infancia jugando en la forja de mi padre, pensé que había visto todos los metales que había. Pero tiene que haber más que adamantita en esto, el color no es el correcto". Cedran dijo y acercó la cadena a su ojo. "Sea lo que sea lo que hay en esta cosa, no creo que lo estemos rompiendo. De ninguna manera pronto de todos modos. El gigante de un monje con escudo gruñó su frustración y tensó las cadenas una vez más para enfatizar antes de quedar inerte y relajado, su cuerpo cayendo en una posición sentada en la cama donde había estado acostado antes.

"¿Te estás rindiendo?" Preguntó la Cadena Divina, sus manos acariciaron las cadenas que lo ataban como si hubiera encontrado un nuevo amante. Era un esfuerzo obvio del hombre de cabello oscuro para no mirarlos de nuevo como lo había hecho cuando recuperó el control de sus ojos por primera vez.

Cedrán se encogió de hombros. "No, pero no llegaremos a ningún lado cansándonos".

Podríamos probar las paredes. El Humano Más Fuerte sugirió, sus gruesos músculos se tensaron con una flexión, "Estas paredes, o tal vez la puerta-"

"Venga ya." Alain ladró. "¿Crees que nos pondrían cadenas que no podemos romper, pero olvídate de las paredes y la puerta?"

"¡Bueno, no podemos simplemente sentarnos aquí!" El Humano Más Fuerte respondió y, desafiando la objeción de Alain, se acercó a la pared y, entrelazando los dedos para formar un enorme puño, echó el brazo hacia atrás y balanceó su carne contra la piedra.

Se sacudió, la habitación retumbó...

Pero nada pasó.

Apartó el puño y se miró los dedos.

"Estaban listos para nosotros". Alain siseó. "Tal vez han estado planeando esto durante años. Si lo que dijo el Capitán era cierto... ha estado de su lado durante mucho tiempo. Esta habitación se hizo solo para albergarnos".

"¡Mierda!" El grito colectivo se elevó justo cuando sonó un golpe en la puerta de la habitación y una voz se oyó dentro.

"¿Puedo pasar?" Preguntó la voz de la mujer.

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